Jueces y fiscales en huelga: oportunidad para una reforma profunda
Esta protesta no se resuelve solo pagando un poco m¨¢s: hay que modificar completamente el conjunto de la arquitectura procesal
Nos encontramos ante una situaci¨®n ins¨®lita: los jueces y fiscales espa?oles, o al menos una sustancial mayor¨ªa, se van a declarar en huelga. Lo han hecho a trav¨¦s de sus asociaciones, habi¨¦ndose mostrado m¨¢s en¨¦rgicas las que la prensa suele vincular con una ideolog¨ªa conservadora, siendo m¨¢s prudentes, pero no reticentes, las que representan (siempre seg¨²n la prensa) las posiciones m¨¢s progresistas. En estas condiciones, leer estos posicionamientos en clave electoral es extraordinariamente f¨¢cil, con las municipales encima y las generales en muy pocos meses. Hay que recordar a rengl¨®n seguido que no todo el colectivo forma parte de una asociaci¨®n, sino s¨®lo algo m¨¢s de la mitad.
Sin embargo, pese a lo que sienta ideol¨®gicamente cada juez o grupo de jueces o la ilusi¨®n, m¨¢s ¨ªntima o m¨¢s manifiesta, que pueda hacerles poner en aprietos al Gobierno de coalici¨®n, entiendo que no es momento de simplismos pol¨ªticos, sino de ver en esta huelga una oportunidad. Y que no se convierta, como la anterior de Letrados de la Administraci¨®n de Justicia, en una oportunidad perdida, casi dir¨ªa dilapidada, de llevar adelante una reforma realmente transformadora de nuestra justicia para poner soluci¨®n a sus muchos problemas de los que ya les habl¨¦ hace muy poco, y me qued¨¦ extraordinariamente corto.
Es decir, esta huelga no se puede resolver con una especie de subasta sobre cu¨¢nto les subimos el sueldo a los jueces y a los fiscales, que es en lo que se acab¨® convirtiendo finalmente la negociaci¨®n para el fin de la huelga de letrados. Al contrario, aquella huelga debi¨® servir para replantearse el actual papel en el proceso judicial de dichos Letrados, valorando si su funci¨®n, tal y como est¨¢ concebida, a¨²n tiene aut¨¦ntico sentido en nuestra sociedad tecnol¨®gica actual, que no lo tiene. Pero ni siquiera se pens¨® en ello, sino s¨®lo en sus sueldos. Ahora mismo, la huelga de jueces y fiscales deber¨ªa servir para que todos ellos acaben teniendo una carga razonable de trabajo, porque no la que tienen y es inabarcable. La realidad es que s¨®lo la cubren aparentemente trampeando una y otra vez para evitar sanciones, o precisamente para no acabar en la situaci¨®n abierta ahora: la huelga.
Al contrario, es tiempo de pensar en reformas ambiciosas que deben modificar, no tanto los procedimientos (que tambi¨¦n) sino prioritariamente la forma de abordar los litigios, que es muy diferente. Explicado de forma muy simplista, no es razonable que un solo juez deba dictar m¨¢s de unas 300 sentencias al a?o, y ya son muchas, considerando que el a?o tiene 365 d¨ªas y hay fines de semana, fiestas y vacaciones. Y es que, ?c¨®mo se le puede dispensar la debida atenci¨®n a 300 procesos diferentes, valorando racionalmente toda su prueba, reflexionando sobre el derecho aplicable y tener todo ello seriamente en mente cuando se dicta sentencia? Pues bien, deben saber que un juez de primera instancia atiende, aproximadamente, no 300, sino unos 1.000 asuntos al a?o. Con eso est¨¢ dicho todo.
Sin embargo, desde hace d¨¦cadas, alg¨²n siglo incluso, los jueces se han acostumbrado a trabajar as¨ª. Sufriendo grandes retrasos, con plantillas o modelos de resoluci¨®n, con superficialidad para no perder tiempo y delegando la redacci¨®n de much¨ªsimas resoluciones sencillas en el personal de su juzgado, que no tiene ni la m¨¢s m¨ªnima competencia para dictar autos y sentencias. Y es que la realidad es que en un juzgado, todos sus integrantes acaban haciendo casi de todo, dividi¨¦ndose el trabajo en funci¨®n de su mayor o menor complejidad. Es un tradicional funcionamiento absurdo que s¨®lo aguanta por la fuerza de la costumbre, y hasta ahora por la prudencia para no plantarse y convocar una huelga como esta.
?C¨®mo hemos podido aguantar los ciudadanos que nuestras demandas o denuncias sean presentadas, y no obtengamos al menos una primera respuesta (ni siquiera una soluci¨®n definitiva) hasta al cabo de semanas o meses? Tambi¨¦n nos hemos acostumbrado a que los deudores paguen con retraso, o a que las compa?¨ªas a¨¦reas y otras grandes empresas abusen de nosotros o, por poner otro ejemplo (hay decenas), a que nos roben nuestro tel¨¦fono m¨®vil, el mismo env¨ªe su posici¨®n, acudamos a la polic¨ªa denunciando que sabemos d¨®nde est¨¢ y que nadie haga nada para recuperarlo, pues har¨ªan falta ¨®rdenes judiciales (insisto, judiciales) de entrada y registro que es imposible obtener en tan poco plazo¡ s¨®lo por un tel¨¦fono m¨®vil.
Dicho en otras palabras. Lo que denuncia (o debiera denunciar) esta huelga no se resuelve pagando un poco m¨¢s a jueces y fiscales. Ese ser¨ªa (tal vez ser¨¢) un parche indigno que dejar¨¢ todo como estaba. Los perjudicados por la nefasta situaci¨®n de la justicia espa?ola no son s¨®lo los jueces y los fiscales, sino principalmente la ciudadan¨ªa en su conjunto, que no va a ver c¨®mo su pesadilla al entrar en contacto con la Justicia se resuelve porque aumente la remuneraci¨®n de jueces y fiscales. Sin descartar esas subidas de sueldo ¨Cciertamente, los sueldos son bajos, y no solamente los suyos¨C, hay que modificar completamente el conjunto de la arquitectura procesal, es decir, todo el modelo, para que los ciudadanos se vean atendidos en cuesti¨®n de horas en casos urgentes, y en no m¨¢s de unas pocas semanas en casos m¨¢s complejos.
Y es perfectamente posible que suceda si se emprenden las reformas debidas, para las que ahora mismo ya no hay tiempo en esta legislatura, no hay que enga?arse. Pero solamente hace falta un poco de creatividad para esa futura reforma, a la vez que renunciar por completo y de una vez al tradicionalismo. No se puede continuar como hasta ahora, porque nada cambiar¨¢ entonces.
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