Guerra admite que la oposici¨®n del PSOE a la OTAN fue ¡°un doble juego¡±
El exvicepresidente critica la ley de Violencia de G¨¦nero y denuncia en su libro la ¡°infecci¨®n de los nacionalismos catal¨¢n y vasco¡±


Habla Alfonso Guerra: ¡°Actualmente, en la pol¨ªtica existe una p¨¦rdida de valores morales; se han instalado la mentira y la aceptaci¨®n de la contradicci¨®n. Ahora se admite sin pesta?ear que una persona se comprometa con un principio, con una acci¨®n o con una idea, y que a los tres d¨ªas diga exactamente lo contrario¡±. Son palabras del exvicepresidente del Gobierno en su libro La rosa y las espinas (La Esfera de los Libros), cuya presentaci¨®n el pasado mi¨¦rcoles en el Ateneo de Madrid, arropado por Felipe Gonz¨¢lez, levant¨® una enorme polvareda por los ¨¢cidos ataques que ambos veteranos socialistas dirigieron a los pactos de su partido con el nacionalismo perif¨¦rico.
El libro, que recoge conversaciones con el escritor Manuel Lamarca grabadas para un documental en 2022, trasluce p¨¢gina tras p¨¢gina la incomodidad del exdirigente con los tiempos que le ha tocado vivir a sus 83 a?os. Y permite cotejar algunas de sus reflexiones sobre la actualidad, como esa a prop¨®sito de la mentira en pol¨ªtica, con acontecimientos pasados que ¨¦l mismo relata. Por ejemplo, el brusco giro que dio el PSOE en los a?os ochenta a su posici¨®n sobre la OTAN.
Guerra, entonces n¨²mero dos de los socialistas, recuerda c¨®mo, en el final de los gobiernos de UCD, el ef¨ªmero presidente Leopoldo Calvo Sotelo decidi¨® por su cuenta el ingreso de Espa?a en la Alianza Atl¨¢ntica. El PSOE se declaraba en contra y su l¨ªder, Felipe Gonz¨¢lez, exigi¨® un refer¨¦ndum. Su mano derecha se encarg¨® de organizar una campa?a de propaganda p¨²blica para reclamarlo. No muy sincera, como mostrar¨ªan los hechos posteriores y admite el propio protagonista: ¡°(¡) Pens¨¦ y repens¨¦ el lema, le di todas las vueltas del mundo. Al final, result¨® una frase muy sutil, que dec¨ªa: ¡®OTAN, de entrada, no¡¯. No dec¨ªa ¡®OTAN no¡¯, sino ¡®OTAN, de entrada, no¡¯. Esa formulaci¨®n permit¨ªa una coartada, una v¨ªa de escape, una v¨¢lvula de salida; inclu¨ªa un doble juego intencionado¡±. A la direcci¨®n del partido no le gust¨®: ¡°No les parec¨ªa un mensaje claro, pensaban que hab¨ªa que optar por ¡®OTAN no¡¯. Mi respuesta fue: ¡®Perm¨ªtanme ponerlo as¨ª, porque dentro de un tiempo ustedes van a cambiar de parecer. ?Y qu¨¦ hacemos entonces? Dejen abierta una salida¡±. El refer¨¦ndum se celebr¨® cuatro a?os despu¨¦s, el PSOE defendi¨® el s¨ª y lo gan¨®.
El malestar de Guerra con la ¨¦poca actual y sus pol¨ªticos deja un reguero de frases: ¡°La pol¨ªtica se ha convertido en un territorio hostil¡±, ¡°algunos pol¨ªticos y ciertos medios de comunicaci¨®n han ido deteriorando la vida p¨²blica¡±, ¡°a la pol¨ªtica llegan los de segunda fila¡±¡ Esas nuevas hornadas que claman contra el ¡°r¨¦gimen del 78¡å solo est¨¢n ¡°ocultando su ignorancia¡±, ¡°son hijos de Putin¡±, ¡°j¨®venes ruidosos, extremadamente soberbios y presumidos¡± que ¡°buscan la disoluci¨®n del sistema porque as¨ª ellos consiguen sobresalir m¨¢s¡±. Guerra no cita expresamente a Pedro S¨¢nchez, aunque s¨ª carga contra el ¡°disparate¡± del Gobierno de coalici¨®n: ¡°No es una coalici¨®n, es un Gobierno de cuotas, de tal manera que el presidente renuncia a ser presidente en algunos aspectos de sus funciones¡±.
M¨¢s cosas que irritan a Guerra del mundo y la Espa?a de hoy: la ley de violencia de g¨¦nero, por ejemplo. ¡°El mismo delito se castiga con distintas penas en funci¨®n del sexo¡±, denuncia, lo que, a su juicio, deber¨ªa haber sido anulado por el Tribunal Constitucional, ¡°pero como hay una opini¨®n p¨²blica y publicada que arremete contra el que diga algo contra esa ley, pues los magistrados callaron¡±. Lo que Guerra llama ¡°pol¨ªticas de diversidad¡± no puede etiquetarse de ¡°feminismo¡±, se trata en realidad de ¡°un movimiento antifeminista¡± que ha establecido ¡°hasta 13 grupos en funci¨®n del g¨¦nero y las preferencias sexuales¡±.
De entre sus diatribas, el veterano exdirigente reserva la m¨¢s en¨¦rgica para denunciar que en Espa?a ¡±se ha extendido una especie de infecci¨®n a trav¨¦s de los nacionalismos catal¨¢n y vasco¡±. ¡°Tienen una concepci¨®n muy autoritaria de la sociedad¡± y ¡°persiguen una lengua [el castellano] como hac¨ªa Franco con el catal¨¢n¡±. Su arremetida incluye la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica del Gobierno balear que encabezaba hasta junio una compa?era de partido, la actual presidenta del Congreso, Francina Armengol: ¡°Ahora all¨ª, un celador de un hospital, despu¨¦s de a?os ejerciendo su trabajo, no puede realizar esa funci¨®n si no re¨²ne el nivel de catal¨¢n requerido¡±.
Siguiendo las reflexiones del libro, no extra?a su virulenta oposici¨®n a una posible amnist¨ªa a los encausados por el proc¨¦s. ¡°No existe diferencia entre Tejero y Puigdemont¡±, sostiene. La negativa de jueces belgas y alemanes a extraditar al expresident huido es una prueba de que ¡°hay una ¨¦lite europea que siempre menosprecia la capacidad de Espa?a¡±, sentencia Guerra, quien cree que el Tribunal Supremo deber¨ªa haber impuesto ¡°penas m¨¢s duras¡± ¨Dfueron de entre 9 y 13 a?os de c¨¢rcel¨D a los l¨ªderes del proc¨¦s luego indultados por S¨¢nchez.
En sus tiempos, a Guerra lo apartaron del mando del PSOE y, seg¨²n presume, se reprimi¨® para no enlodar a la organizaci¨®n en una contienda fratricida: ¡°Yo no pod¨ªa levantar una bandera contra la direcci¨®n del partido, eso significaba una guerra civil dentro del PSOE¡±. Ahora la levanta con ardor . Y es que la pol¨ªtica, dice, va ¡°degenerando, degenerando...¡±.
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