El ¡®Vaporcito¡¯ de El Puerto, el mito que nadie quiere rematar
La asociaci¨®n gaditana constituida hace tres a?os para restaurar el barco declarado BIC tira la toalla por falta de ayudas y quiere desmantelarlo ante un posible colapso
El Vapor de El Puerto de Santa Mar¨ªa se convirti¨® en un icono de la memoria colectiva de la bah¨ªa de C¨¢diz en alg¨²n momento del siglo XX. Varias pel¨ªculas ¡ªuna de ellas con Juanita Reina¡ª, un popular pasodoble del Carnaval o la querencia del poeta Rafael Alberti tuvieron mucho que ver. El naufragio en el verano de 2011 lo aup¨® directamente a mito local. Tanto como para que una oleada de lamentos y promesas vac¨ªas para su salvaci¨®n corriese entonces de C¨¢diz a El Puerto de Santa Mar¨ªa. Pero solo lleg¨® a reflotarse y el esqueleto de ese barco, desvencijado y al borde del peligroso colapso en un antiguo varadero, se ha convertido 12 a?os despu¨¦s en un dilema dif¨ªcil de resolver. Sin dinero, ni proyecto para restaurarlo, ni aparente inter¨¦s, pero con una declaraci¨®n de Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC) que lo protege, ?Qui¨¦n rematar¨¢ ahora al m¨ªtico Vaporcito?
El Vapor, apuntalado a duras penas en una de las m¨¢rgenes del r¨ªo Guadalete, es ahora apenas una sombra de lo que fue. Naci¨® en 1929 como medio de transporte entre El Puerto y C¨¢diz, se convirti¨® en emblema tur¨ªstico de la bah¨ªa y fue protegido en 2001 como BIC por su ¡°dimensi¨®n simb¨®lica, de reafirmaci¨®n cotidiana¡±, como recogi¨® su expediente de catalogaci¨®n. Pero cuando al Adriano Tercero ¡ªla nave, botada en 1955 era la tercera desde que comenz¨® la ruta y ya ni era de vapor¡ª le sobrevino el hundimiento tras un accidente en el puerto de C¨¢diz, su presencia ya era m¨¢s ic¨®nica que rentable. Desde ese verano de 2011, los m¨²ltiples proyectos infructuosos para devolverlo a la vida y los cambios de titularidad han confirmado que no parece haber un final feliz para la motonave.
¡°Su estado es cr¨ªtico no, lo siguiente¡±, resume sin rodeos Javier Bello, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de El Puerto. Hace ya seis meses que la cubierta de lo que queda del barco colaps¨®. La popa tambi¨¦n se ha desplomado y los tablones que a¨²n quedan en el casco resisten a duras penas. La impronta decr¨¦pita choca con el entorno, inmerso en la recta final de unas obras de remodelaci¨®n que convertir¨¢n el antiguo varadero ¡ªantes cubierto por una tapia¡ª en un paseo abierto. Y es precisamente esa nueva imagen y la previsible presencia de personas en una zona antes cerrada la que ha destapado la inquietud ante el posible colapso de los restos de la embarcaci¨®n. De ah¨ª que el alcalde Germ¨¢n Beardo (PP), seg¨²n avanz¨® en una entrevista en Diario de C¨¢diz, haya pedido a la actual propiedad el traslado de la motonave. Pero esta se niega a tocarlo en su actual estado, ante el riesgo de que sufra da?os un bien protegido como BIC.
Hace ya tres a?os que el Adriano Tercero pertenece a la Asociaci¨®n Cultural El Vaporcito, una entidad conformada por 15 socios fundadores que se animaron a embarcarse en la empresa de restaurarlo. El anterior propietario, que lo compr¨® despu¨¦s del naufragio para devolverle la actividad, se lo cedi¨® gratuitamente, tras descartar la viabilidad del proyecto. El nuevo cap¨ªtulo del Vapor se anunci¨® con fanfarria en una rueda de prensa en mayo de 2020 ¡ªla primera tras el confinamiento de la pandemia¡ª, en la que se plante¨® convertir la motonave en un museo en dique seco en ese varadero. La idea iba a costar unos 400.000 euros que iban a financiarse gracias a la colaboraci¨®n p¨²blico-privada. Pero en la entidad ya han tirado la toalla. ¡°Ah¨ª est¨¢ la hemeroteca, ah¨ª estaba todo el mundo para la foto. Pero luego no ha habido nada¡±, confiesa abatido Jose Mar¨ªa Garc¨ªa Flores, presidente de la asociaci¨®n.
Garc¨ªa asegura llevar ya tiempo pidiendo reuniones con el alcalde y con la Delegaci¨®n Provincial de Cultura de la Junta andaluza para plantearles un radical planteamiento: descatalogar el barco como BIC y desmantelarlo. ¡°Est¨¢ tan deteriorado que ya no hay forma de hacer nada con ¨¦l. Antes cre¨ªamos que podr¨ªamos aprovechar las cuadernas al menos, pero ya ni eso. Es un peligro porque puede caerle a cualquier persona que pase por ah¨ª¡±, explica el presidente. Pero desde Cultura explican que eliminar la protecci¨®n de un bien es un proceso burocr¨¢tico y largo que puede durar m¨¢s de un a?o. Por eso conminan a la propiedad a realizar el traslado del varadero acreditando ¡°que se realiza con las condiciones adecuadas para que su fisionom¨ªa, integridad, estructura y aspecto no vayan a verse alteradas¡±.
Aunque para Garc¨ªa eso no es una opci¨®n, acorralado por el coste econ¨®mico que tendr¨ªa ese movimiento o las sanciones que podr¨ªa acarrearle a la asociaci¨®n cualquier percance. La entidad adem¨¢s ya est¨¢ tocada, despu¨¦s de organizar galas, actividades y venta de camisetas y pulseras, y descubrir que ¡°la gente ha sido reacia¡±. ¡°Mucha gente ha colaborado, pero no tanta como cre¨ªamos¡±, a?ade el presidente. Al otro lado, Bello asegura que han tenido ¡°el arropo¡± prometido por el Consistorio en la organizaci¨®n de las actividades, pero que ¡°el proyecto no ha funcionado¡±. ¡°La gente tiene un buen recuerdo del Vaporcito, pero al ser una propiedad privada, poco m¨¢s se ha podido hacer, tanto la ciudadan¨ªa como el Ayuntamiento¡±, a?ade el concejal.
Conforme Garc¨ªa y los suyos han constatado la dura realidad de conseguir una salida digna para el Adriano Tercero, han ido perdiendo la cuenta de cu¨¢nto costar¨ªa ya repararlo. Los da?os de estar abandonado a la intemperie ya elevan la restauraci¨®n total a 600.000 euros, seg¨²n estima el presidente. La ¨²ltima opci¨®n que barajaron fue la de recuperar solo el cascar¨®n externo ¡°y eso costar¨ªa 150.000 euros¡±, pero ya es una opci¨®n descartada. ¡°Hemos perdido tiempo y dinero. Nos ha costado sacrificio y no hemos visto la recompensa. Lo que quer¨ªamos es que no se perdiese. Pero ni el Ayuntamiento de C¨¢diz, ni el de El Puerto, ni la Autoridad Portuaria, ni Cultura de la Junta han apostado y nosotros con miserias no podemos hacer tanto¡±, se queja el responsable de la asociaci¨®n.
Lo que ha pasado, a juicio del profesor de Historia de la Universidad de C¨¢diz, Jos¨¦ Antonio Ruiz Gil, es que ¡°no queda claro en absoluto que los habitantes de El Puerto se identifiquen con su Vaporcito¡±, seg¨²n defendi¨® en su art¨ªculo El Vapor de El Puerto, ?museo o desguace?, publicado en la web local Gente del Puerto. Ah¨ª, el experto ya abogaba en junio del a?o pasado por asumir la realidad e incoar un expediente de revocaci¨®n de la protecci¨®n al barco para poderlo desguazar, aludiendo a los errores t¨¦cnicos con los que se realiz¨® la protecci¨®n. Ruiz asegura, adem¨¢s, que ese paso no es incompatible siquiera con que siga siendo BIC, en este caso intangible, el nexo cultural y social creado con los viajes del Vaporcito y que hicieron posible una importante producci¨®n cultural: pel¨ªculas como La Lola se va los Puertos (1947), el pasodoble Viene a esta tierra un barquito del autor del Carnaval Paco Alba (1965) o las referencias que el poeta Rafael Alberti le dedic¨® en La arboleda perdida.
La clave est¨¢ en qui¨¦n ser¨¢ el que, 12 a?os despu¨¦s de intentonas infructuosas, firme la sentencia final del Vaporcito. El Ayuntamiento asegura tener la mano tendida para resolver el entuerto, siempre que sea la asociaci¨®n la que gu¨ªe los pasos. ¡°Tanto para la soluci¨®n como para quitarlo de en medio, tenemos que colaborar, pero la responsabilidad es de ellos¡±, explica Bello. Garc¨ªa afirma estar dispuesto a que su asociaci¨®n, justamente creada para salvarlo, sea el que le d¨¦ la puntilla, pero pide ayuda. Que atiendan su llamada auxilio es ya la ¨²nica esperanza que les queda. ¡°Estamos tocados. Estamos con la moral por los suelos. Lo estamos pasando muy mal. Ten¨ªamos mucha ilusi¨®n¡±, zanja Garc¨ªa entristecido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.