Un agente amnistiable: ¡°No pueden meter en el mismo saco a quienes cumplimos un mandato judicial y a quienes lo desobedecieron¡±
Uno de los guardias civiles investigado tras participar en la retirada de las urnas en el refer¨¦ndum ilegal del 1-O en Catalu?a reflexiona sobre c¨®mo le afecta la nueva ley de Amnist¨ªa. Es una de las 400 personas encausadas por delitos ocurridos como consecuencia del ¡®proc¨¦s¡¯
Jorge, nombre ficticio de un Guardia Civil del GRS (Grupo de Reserva y Seguridad, los antidisturbios del instituto armado) es uno de los 73 agentes susceptibles de ser amnistiados por la nueva Ley de Amnist¨ªa, presentada por el PSOE en el Congreso de los Diputados esta semana entre una enorme pol¨¦mica pol¨ªtica, judicial y social.
?l est¨¢ siendo investigado en una causa del juzgado n¨²mero 4 de Matar¨® (Barcelona) por tres presuntos delitos de lesiones, da?os e impedimento del derecho de reuni¨®n, tras intervenir en la retirada de las urnas de algunos colegios el 1-O, el d¨ªa que se celebr¨® el refer¨¦ndum ilegal en Catalu?a. Hoy, ante la aprobaci¨®n de la nueva norma, que anular¨¢ la ¡°responsabilidad penal, administrativa y contable¡± de m¨¢s de 300 independentistas y 73 polic¨ªas encausados por el proc¨¦s, lo tiene claro: ¡°Yo no voy a entrar a valorar si la amnist¨ªa est¨¢ bien o no, pero no pueden meter en el mismo saco a quienes cumplimos un mandato judicial y a quienes lo desobedecieron¡±, resuelve.
Jorge particip¨® en dos de los operativos policiales m¨¢s complicados ante el desaf¨ªo independentista catal¨¢n: el asedio a la Consejer¨ªa de Econom¨ªa en Barcelona, el 20 de septiembre de 2017, que recuerda como ¡°el peor d¨ªa de servicio¡± de su vida; y la retirada de las urnas de los colegios el 1-O, que es por lo que fue procesado. ¡°Yo cumpl¨ª con mi deber, que es hacer cumplir la ley, pero ahora nos comparan y nos ponen a la misma altura de quienes la desobedecieron y cometieron delitos, y no: somos partes distintas en el proceso¡±, reflexiona.
Un proceso que ha durado ya seis a?os. En los que, para ¨¦l, se paralizaron sus ascensos profesionales por estar encausado, qued¨® excluido de posibles condecoraciones por el mismo motivo, y la ansiedad y la desmotivaci¨®n crecieron al ritmo del vaiv¨¦n judicial de la causa. ¡°Para los que han hecho cosas que no deben es un premio, pero para nosotros no: ?qui¨¦n me devuelve mis horas de sue?o, mi descanso, mi tranquilidad mental?, ?qui¨¦n rebaja mis picos de ansiedad?, ?qui¨¦n repara la desmoralizaci¨®n y la desmotivaci¨®n laboral que vivimos despu¨¦s de todo aquello?, ?Y qu¨¦ pasa con los posibles ascensos perdidos y el estancamiento de nuestra carrera profesional?¡±, se pregunta. ¡°Tampoco nadie me devolvi¨® la mochila con mis efectos personales y mi documentaci¨®n nunca, ni me han indemnizado por ello¡±, se?ala.
Aquel 20 de septiembre Jorge entr¨® a realizar el registro en la Consejer¨ªa de Econom¨ªa a las 8.00 de la ma?ana, junto a otros 11 compa?eros, y no pudieron salir hasta las 8.00 del d¨ªa siguiente ¡°por el asedio de la gente que se concentr¨® all¨ª¡±, recuerda. Se calcula que se congregaron unas 50.000 personas para dificultar las labores policiales. La secretaria judicial tuvo que salir por la azotea. ¡°Nosotros no nos ¨ªbamos a ir por la puerta de atr¨¢s. Saldr¨ªamos por donde hab¨ªamos entrado, aunque fuera en gr¨²a¡±, se reivindica.
Sus coches, aparcados en la puerta, fueron destrozados y desvalijados por los manifestantes. Su mochila desapareci¨®. Recuerda con ¡°impotencia¡± y con ¡°rabia¡± aquellas horas en las que no les mandaron apoyo alguno, ¡°habiendo 300 compa?eros en el puerto¡±, y que los Mossos d¡¯Esquadra se limitaron a hacerles llegar seis bocadillos para repartir entre toda la comitiva judicial del registro: ¡°No ten¨ªamos nada all¨ª dentro, ni dinero para comprar en las m¨¢quinas expendedoras¡±, relata. ¡°Era tal el hostigamiento en la puerta de la Consejer¨ªa que hac¨ªamos relevos cada media hora¡±, cuenta. ¡°Yo no sab¨ªa entonces ni quienes eran los Jordis, conoc¨ªa solo a Oriol Junqueras¡±, dice. ¡°Fue penoso, acabamos todos llorando de impotencia, de rabia, por lo que nos hab¨ªan hecho, por lo que nos hab¨ªa pasado¡±.
Diez d¨ªas m¨¢s tarde, Jorge se encontraba retirando urnas en los colegios y centros electorales, que se habilitaron para la consulta ilegal y cumpliendo con la correspondiente orden judicial. ¡°Nos acusaron por un presunto exceso de fuerza, pero los v¨ªdeos, tanto los de ellos como los nuestros, demostraron que no existi¨® tal cosa¡±, asegura. ¡°Tuvimos que forzar la cerradura y hubo forcejeos y empujones, no usamos defensas, solo los escudos, y nos tiraron mesas y sillas, pero bueno, ah¨ª est¨¢n los v¨ªdeos, por eso se archiv¨®¡±, recuerda. Sin embargo, luego se reabri¨® tras presentarse un recurso en la audiencia provincial.
Ahora, con esta nueva Ley de Amnist¨ªa en curso, sus sensaciones son ¡°una mezcla de verg¨¹enza y desilusi¨®n¡±. ¡°Verg¨¹enza porque, por haber cumplido un mandato judicial, es decir, por cumplir con mi deber, se me pone a la misma altura de quienes incumplieron la ley. Y Desilusi¨®n porque llevo seis a?os investigado por ese motivo, por hacer mi trabajo lo mejor posible, y llegado este punto dudas de tu labor y te planteas si merece la pena. Nos han puesto a los pies de los caballos para nada. Yo soy completamente apol¨ªtico, pero lo ¨²nico que se es que yo no he cometido ninguna ilegalidad. A m¨ª la amnist¨ªa no me va a devolver nada¡±.
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