Los narcos se abonan al secuestro en la Costa del Sol
Con el tr¨¢fico de drogas y la violencia de las bandas como tel¨®n de fondo, M¨¢laga est¨¢ a la cabeza en n¨²mero de raptos en Espa?a y dispone de un grupo policial especializado en este delito
Dos hombres de nacionalidad inglesa, padre e hijo, viajaron desde el sur de Reino Unido hasta M¨¢laga el 31 de marzo de 2019. Alquilaron un coche, reservaron un hotel en Estepona y, de repente, se esfumaron. Sus familiares recibieron poco despu¨¦s la llamada de unos delincuentes marroqu¨ªes con los que, supuestamente, los dos varones hab¨ªan quedado para adquirir hach¨ªs. Estaban en Marruecos y ped¨ªan un rescate econ¨®mico para liberarlos. Cortaron la comunicaci¨®n 48 horas despu¨¦s y su rastro se perdi¨®. La Polic¨ªa Nacional detuvo a dos brit¨¢nicos por ello, pero jam¨¢s encontr¨® los cuerpos de los desaparecidos. Este caso, en medio de la espiral de violencia que vivi¨® la Costa del Sol entre 2018 y 2019, fue el detonante para la creaci¨®n de un grupo policial especializado en secuestros, detenciones ilegales y extorsiones vinculados a la delincuencia organizada en territorio malague?o. ¡°El 99% est¨¢ relacionado con el narcotr¨¢fico¡±, cuenta uno de sus m¨¢ximos responsables, que pide anonimato. Es decir, las v¨ªctimas a menudo forman parte tambi¨¦n del mundo del narco. ¡°Por drogas se puede matar f¨¢cil: la televisi¨®n hace mucho da?o¡±, subraya.
El Grupo I de Crimen Organizado de la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (Udyco) tiene sede en la Comisar¨ªa Provincial de M¨¢laga y sus miembros est¨¢n preparados para actuar en cualquier momento. Desde su nacimiento han resuelto 29 casos y detenido a 125 personas, seg¨²n los datos facilitados por el Gobierno. Este ¨²ltimo a?o han tenido m¨¢s trabajo del habitual: en 2023 la provincia andaluza es l¨ªder en n¨²mero de secuestros (17) en toda Espa?a, empatada con Madrid. Desde que el Ministerio del Interior publica esta estad¨ªstica por provincias (empez¨® en 2017), el actual es el a?o con m¨¢s sucesos de este tipo.
Son investigaciones que tienen una primera fase donde cada segundo cuenta con el objetivo de liberar a la v¨ªctima y evitar que acabe ejecutada por sus captores. Lo primero es ubicar el lugar, la hora y con qui¨¦n estaba la ¨²ltima vez que se la vio en libertad. ¡°En esos d¨ªas no se descansa. Son 24 horas de trabajo cada jornada hasta que se consigue la liberaci¨®n. Es la esencia de la labor de este grupo¡±, relata el agente. La segunda fase se realiza m¨¢s tarde, en colaboraci¨®n con otros grupos policiales nacionales e internacionales, para tratar de identificar, localizar y detener a los responsables.
?Suponen los secuestros un paso previo a los asesinatos por ajuste de cuentas? ¡°A veces son un toque de atenci¨®n. Siempre se mantiene una l¨ªnea abierta a negociar¡±, subrayan fuentes policiales, que destacan que el elemento com¨²n de los secuestros ocurridos en la Costa del Sol es el uso indiscriminado de la violencia. Lo vivi¨® el pasado mayo el joven de 24 a?os al que atravesaron pies y manos con un cuchillo tras cortarle dos dedos y luego le dieron tal paliza que lo tiraron a una cuneta pensando que estaba muerto. Lo acusaban de participar en el robo de coca¨ªna por valor de tres millones de euros.
No siempre hacen falta esas cantidades. ¡°Aqu¨ª por dos kilos de marihuana te secuestran y te torturan para cobrar los 5.000 o 6.000 euros que cuesta esa droga¡±, a?ade el polic¨ªa. Por 27 kilos de hach¨ªs, dos espa?oles fueron capturados por una organizaci¨®n criminal a la que alguien les hab¨ªa robado esa cantidad de droga junto a un fusil AK-47 y varias armas cortas. Cinco personas fueron detenidas por ello a principios de este a?o.
Tambi¨¦n padeci¨® violencia el empresario de Estepona que fue secuestrado dos veces en junio. En la primera ocasi¨®n recibi¨® varios golpes mientras los captores, que lo escond¨ªan en una zona boscosa de Mijas, le exig¨ªan que les vendiera su bar. Se neg¨® y d¨ªas m¨¢s tarde sufri¨® otro rapto. Lo trasladaron a un cortijo en V¨¦lez-M¨¢laga. All¨ª le dieron pu?etazos en la cabeza, le golpearon con la hebilla de un cintur¨®n, lo amordazaron, le hicieron cortes con cuchillos e incluso le quemaron con cigarros y una espada al rojo vivo. Lo liberaron 12 horas despu¨¦s. ¡°Se ensa?aron con ¨¦l. Estaba hecho un Cristo¡±, subraya uno de los agentes que particip¨® en su liberaci¨®n. Siete hombres de nacionalidad francesa fueron detenidos. Se baraja la hip¨®tesis de que quisieran hacerse con el local para blanquear dinero procedente del tr¨¢fico de drogas.
Los implicados en estos hechos delictivos suelen pertenecer a organizaciones con gran infraestructura, personal muy profesionalizado y muchos recursos a su disposici¨®n gracias a las ganancias del narcotr¨¢fico. Tambi¨¦n hay bandas m¨¢s burdas en sus actuaciones, como los franceses que se tomaron la justicia por su mano despu¨¦s de que alguien entrase a robar en la villa que hab¨ªan alquilado: secuestraron a dos personas en plena calle para recuperar sus objetos. Otras cinco fueron arrestadas en enero pasado por la detenci¨®n ilegal de dos espa?oles a los que escondieron en un aljibe al norte de la capital malague?a. Ped¨ªan 50.000 euros por su rescate.
Amenazas de muerte
Hay tres tipolog¨ªas habituales de los secuestros en la Costa del Sol. La primera suele darse tras una operaci¨®n policial en la que los agentes se incauten de sustancias estupefacientes: el responsable del transporte o de la salvaguarda de la mercanc¨ªa es secuestrado como represalia para exigirle que pague de alguna manera lo que ha perdido. La segunda opci¨®n tiene que ver con la cadena de mando de los grupos criminales. Ante alg¨²n problema, el jefe busca un responsable, incluso aunque no lo haya, para imponerse. La tercera ocurre cuando un grupo criminal al que han robado su mercanc¨ªa ¡ªhach¨ªs, marihuana o coca¨ªna¡ª secuestra a una persona de la banda que, creen, ha sido la responsable, con el objetivo de que la pague o devuelva lo sustra¨ªdo.
Esto ¨²ltimo es lo que hicieron las 15 personas que fueron arrestadas el pasado enero despu¨¦s de llevarse por la fuerza a cuatro hombres que, entend¨ªan, les hab¨ªan quitado un cargamento de 1.500 kilos de hach¨ªs. Los trasladaron a una villa de la urbanizaci¨®n La Quinta Hills, en Marbella, y los ataron a una cama para encerrarlos en una habitaci¨®n. Solo los sacaban para golpearles o introducirles una pistola en la boca mientras les mostraban im¨¢genes de sus familiares, amenaz¨¢ndoles con matarlos. Si la polic¨ªa act¨²a con absoluta rapidez en cada rapto, este era especial: uno de los rehenes era diab¨¦tico y pod¨ªa morir sin su medicaci¨®n. Lo encontraron a tiempo pero en el l¨ªmite de sus fuerzas. Pas¨® un mes en el hospital, pero sobrevivi¨®.
Muchas de las v¨ªctimas suelen estar relacionadas tambi¨¦n con el narcotr¨¢fico, por eso algunas no denuncian, aunque si los polic¨ªas tienen conocimiento del caso deben investigar de oficio. Otras veces s¨ª acuden a comisar¨ªa tras ser liberadas ¡ªpor miedo a que les vuelva a ocurrir¡ª o son sus familiares los que avisan del rapto y relatan lo que les piden para liberarlos. Rara vez indican que las drogas son el trasfondo. A veces se inventan historias de que la deuda es por un coche o una vivienda, pero los agentes tratan de convencerles de que es importante saber el motivo real. Si hay droga por medio, saben que habr¨¢ violencia y que los sicarios no temblar¨¢n a la hora de actuar. ¡°Cuando alguien es v¨ªctima de secuestro no nos interesa nada m¨¢s que no sea liberarle¡±, insiste el jefe del Grupo I de Crimen Organizado. Para ello tambi¨¦n cuentan con el apoyo de otros agentes especializados y con los dos negociadores que hay en la Comisar¨ªa Provincial de M¨¢laga. ¡°El ¨¦xito no es cosa de uno, es del equipo¡±, concluye el agente, que destaca tambi¨¦n la colaboraci¨®n policial internacional para investigar y detener a responsables de secuestros en sus pa¨ªses.
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