La otra Semana Santa andaluza es civil, tiene cofrades y pasos, pero no curas
Las asociaciones civiles proliferan al margen de la Iglesia, sobre todo en las barriadas de extrarradio, y acogen a homosexuales y divorciados, pese a las mofas que las minusvaloran como ¡°piratas¡±
El sevillano ?lvaro Maroto es cofrade desde que tiene uso de raz¨®n. Podr¨ªa haberse conformado con ser hermano de la Estrella, donde le inscribieron desde que naci¨®, pero quer¨ªa m¨¢s. All¨¢ por 2009, cuando ten¨ªa 16 a?os, tuvo la idea de poner en pie una cofrad¨ªa en Sevilla Este, un barrio a las afueras de la capital con m¨¢s de 60.000 vecinos. Toc¨® a la puerta de tres parroquias sin ¨¦xito, as¨ª que decidi¨® tirar por la calle de en medio. ¡°Porque tres p¨¢rrocos no quieran no tiene por qu¨¦ quedarse el barrio sin hermandades con la de cofrades que hay. Ya habr¨¢ alguno que nos quiera¡±, reflexion¨® el hoy presidente de la asociaci¨®n civil Consuelo y Esperanza. En esas siguen y no son los ¨²nicos. Andaluc¨ªa vive desde hace m¨¢s de una d¨¦cada una eclosi¨®n de asociaciones civiles con cofrades, pasos e im¨¢genes, pero sin curas. Crecen exponencialmente al margen de la Iglesia mientras intentan sacudirse de las mofas que las minusvaloran como ¡°piratas¡±.
El quinto s¨¢bado de Cuaresma, el pasado 16 de marzo, fue el term¨®metro del auge de estas asociaciones civiles en Sevilla, epicentro del movimiento. Las aceras y balcones del barrio de San Bernardo se ca¨ªan de sevillanos y for¨¢neos para ver a la Abnegaci¨®n, una de las punteras del fen¨®meno de las asociaciones civiles. En el cortejo hab¨ªa enseres cofrades, imponente paso de misterio y agrupaci¨®n musical de relumbr¨®n, la Virgen de los Reyes. Lo ¨²nico que desentonaba en la estampa es que los cofrades que integraban la procesi¨®n no llevaban h¨¢bito de nazareno y que el recorrido no parti¨® de una parroquia. ¡°Quiz¨¢s empezamos la casa por el tejado, pero si todo est¨¢ creciendo es porque la Iglesia y las hermandades no nos est¨¢n acogiendo como deber¨ªan. Abnegaci¨®n naci¨® porque no nos acogieron, si no no existir¨ªamos¡±, reflexiona su presidente, Javier G¨¢mez Villar.
Esa falta de cobijo que alegan Maroto y G¨¢mez es uno de los ¡°m¨²ltiples factores¡± que Francisco Javier Escalera, catedr¨¢tico de Antropolog¨ªa Social de la Universidad Pablo de Olavide, encuentra en el origen y arraigo de las asociaciones civiles. Muchas de las entidades, como ocurri¨® con Abnegaci¨®n en 1992, surgieron de una cruz de mayo infantil que quiso tener im¨¢genes a las que venerar y proyectos sociales de caridad que desarrollar. ¡°Nacen cuando van a sus parroquias y muestran una necesidad que no se ve contestada por diversos motivos¡±, reflexiona Crist¨®bal M. Calvo, presidente de la civil Salud y Esperanza y de la federaci¨®n Fecosevilla, que integra hasta a diez de estas entidades. Pero Escalera identifica m¨¢s motivos. El lugar donde se han hecho fuertes no es casual, la mayor¨ªa germin¨® en barriadas de extrarradio en las que no exist¨ªan cofrad¨ªas y en el que estas corporaciones se han convertido en ¡°la v¨ªa para fortalecer el sentido de pertenencia y de identidad¡±, como apunta Escalera, que se plantea realizar una investigaci¨®n acad¨¦mica ante un fen¨®meno por estudiar, pero que, solo en Sevilla, ya cuenta con unos 20 grupos y mueve ¡°entre 15.000 y 20.000 personas¡±, seg¨²n estima Calvo.
No es el ¨²nico vac¨ªo que han venido a completar las entidades civiles. El catedr¨¢tico cree que han calado tambi¨¦n en los barrios populares como reacci¨®n ¡°al fortalecimiento de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica de ejercer un mayor control sobre las cofrad¨ªas¡±, especialmente de sus cuentas y de quienes participan en la direcci¨®n de estas cofrad¨ªas. Divorciados o personas LGTBI visibles y casadas, en definitiva ¡°gente que no ha seguido el cursus honorum de la membres¨ªa cat¨®lica¡±, como apunta Escalona, pueden estar en la c¨²pula de las asociaciones civiles sin que ¡°nadie les mire por encima del hombro¡±, como confirma G¨¢mez. ¡°No es que seamos m¨¢s o menos laxas, es que no tenemos la sobrefiscalizaci¨®n que tienen las cofrad¨ªas¡±, apunta Calvo, que asegura que ese control ha estado provocado, en ocasiones, por la falta de formaci¨®n de algunas de estas hermandades.
Pero el delegado diocesano de Hermandades y Cofrad¨ªas de Sevilla, el sacerdote Marcelino Manzano, no cree que el origen de las civiles est¨¦ en un control eclesi¨¢stico m¨¢s f¨¦rreo de las religiosas. Apunta que las asociaciones civiles surgen ¡°por desconocimiento o porque no encajan en la comunidad parroquial¡± y defiende la ortodoxia en las cofrad¨ªas: ¡°Exigen un proceso de formaci¨®n exigente porque la realidad de una hermandad es la que es¡±. Y a?ade: ¡°Aun respetando las buenas acciones que realizan [las civiles], llevan a la confusi¨®n de los fieles¡±. De ah¨ª que el Arzobispado haya iniciado una pol¨ªtica de acercamiento a los grupos civiles para intentar reconducirlos al largo camino hacia su conversi¨®n como hermandad, un proceso que exige convertirse primero en agrupaciones, en las que el m¨¢ximo dirigente es el p¨¢rroco de la iglesia que ser¨¢ su sede, y que termina cuando son erigidas como hermandades, bajo el paraguas de asociaciones religiosas de culto p¨²blico.
La mayor¨ªa de las asociaciones civiles han recogido el guante con inter¨¦s, resume Calvo: ¡°Todas luchan por la integraci¨®n en su parroquia porque no dejan de ser una herramienta pastoral¡±. Aunque otras no parecen tan dispuestas, como apunta Manzano: ¡°Las hay que est¨¢n en di¨¢logo conmigo, pero de otras solo tengo noticias por los medios¡±. Entre las primeras, estuvo Consuelo y Esperanza, que lleg¨® a estar integrada en la parroquia de la Asunci¨®n de Sevilla Este durante ocho a?os. ¡°Nos confirmaron a los 170 hermanos, nos dieron formaci¨®n contin¨²a, limpi¨¢bamos la iglesia, ¨¦ramos catequistas¡±, rememora Maroto. Tambi¨¦n les dijeron que ni homosexuales casados, ni divorciados pod¨ªan estar en la junta. ¡°?Por qu¨¦? Si trabajan m¨¢s que otros¡±, se pregunta molesto el presidente. Pese a ello, acataron la norma y les bendijeron a las tallas del Cristo y la Virgen. Hasta que el p¨¢rroco cambi¨® y, a finales de noviembre de 2023, decidi¨® extinguir la ya agrupaci¨®n de fieles y expulsar a las im¨¢genes, que han vuelto a recibir culto en un oratorio privado, como la mayor¨ªa de asociaciones civiles. ¡°Ahora, estamos en un limbo¡±, reconoce Maroto.
Nuestro Benditos Titulares entran en su oratorio.
— El Consuelo (@ConsueloSevEste) January 29, 2024
Pr¨®ximamente se informar¨¢ de la fecha de apertura. pic.twitter.com/iOauJPQRhI
¡°A la autoridad eclesi¨¢stica le sienta muy mal todo este fen¨®meno [...] No es m¨¢s que la ruptura del monopolio sobre los s¨ªmbolos cat¨®licos. La Iglesia no deber¨ªa tener el control de que la gente pueda rendir culto a entidades divinas¡±, reflexiona Escalera. De hecho, aunque las di¨®cesis intenten poner cortapisas, dif¨ªcilmente lo consiguen y el movimiento de las asociaciones civiles ya est¨¢ presente en localidades de fuerte raigambre cofrade, como Jerez de la Frontera. El pasado mes de septiembre tambi¨¦n lleg¨® a C¨¢diz capital con la salida del Grupo de Fieles de Mar¨ªa Sant¨ªsima de la Consolaci¨®n, que despert¨® airadas quejas del Consejo de Hermandades y Cofrad¨ªas de la ciudad. ¡°Se nos tacha de ilegales o piratas porque no estamos al amparo eclesi¨¢stico, pero las asociaciones civiles son totalmente legales. Hacemos uso del derecho constitucional de la libertad religiosa¡±, explica Calvo.
Por eso Escalera cree que el movimiento puede dar m¨¢s de s¨ª y crecer¨¢, sobre todo porque no aprecia rechazo en el conjunto de la sociedad, en este caso en la sevillana, solo en los sectores m¨¢s ortodoxos: ¡°Las tratan como si fuesen de segunda divisi¨®n del f¨²tbol [...] Pero esto no es algo de cuatro casposos. La Semana Santa, pese al laicismo, es un fen¨®meno profundamente popular, vinculado a la est¨¦tica y a la forma de entender la sociabilidad¡±. Que se lo digan a Maroto y a los suyos, a los que el ¨²ltimo rev¨¦s no ha restado ni un ¨¢pice de ganas. 15 a?os despu¨¦s reviven de nuevo aquella negativa que les llev¨® a fundar Consuelo y Esperanza, pero amilanarse no entra sus planes. ¡°A nosotros no nos va a frenar nadie, por mucho que un p¨¢rroco nos eche¡±, advierte combativo.
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