Perfil | Pedro S¨¢nchez, el hombre de la remontada eterna
S¨¢nchez pas¨® de candidato despreciado en las primarias de 2014 a referente de la izquierda europea en 2024 con fama de imbatible e indoblegable
Le cost¨® muchos a?os lograr que creyeran en ¨¦l. Casi todos, incluso algunos amigos ¨ªntimos, le miraron con condescendencia cuando les anunci¨®, all¨¢ por 2014, que quer¨ªa presentarse a las primarias del PSOE. En ese momento no lo conoc¨ªa casi nadie, hab¨ªa entrado de rebote dos veces de diputado en el Congreso ¨Dno sali¨® a la primera porque iba muy atr¨¢s en las listas y tuvo que esperar a que abandonaran otros, primero Pedro Solbes y luego Cristina Narbona¨D y se hab¨ªa movido dentro del aparato econ¨®mico del partido, siempre haciendo papeles de forma eficaz pero discreta. Parec¨ªa impensable que pudiera competir con Susana D¨ªaz, la estrella del partido en aquel momento, y Eduardo Madina, el gran aspirante de la renovaci¨®n.
Pero S¨¢nchez no dud¨® un momento. La suerte, el esfuerzo y su fe absoluta en s¨ª mismo, tres elementos clave en su carrera, se fundieron para darle una oportunidad: Susana D¨ªaz decidi¨® no presentarse si no era ascendida pr¨¢cticamente por aclamaci¨®n ¨Drechaz¨® medirse con Madina¨D pero se veng¨® del vasco, que se hab¨ªa negado a retirar su candidatura, y puso toda la maquinaria del PSOE andaluz a trabajar a favor de la candidatura de S¨¢nchez para hundir a Madina. Lo logr¨®.
Ah¨ª ya se vio muy r¨¢pido que S¨¢nchez no era un t¨ªtere dispuesto a obedecer a la baronesa andaluza. El madrile?o, que llevaba toda la vida en pol¨ªtica y se hab¨ªa curtido en la sombra, aprendi¨® muy r¨¢pido a mandar, se hizo fuerte en la secretar¨ªa general y desafi¨® a la todopoderosa D¨ªaz. Logr¨® imponerse como candidato electoral; fue a los comicios de 2015, con muy malos resultados; intent¨® la investidura con Ciudadanos y fracas¨®; volvi¨® a levantarse para la repetici¨®n electoral en 2016 y, cuando todo parec¨ªa listo para matarlo definitivamente con un sorpasso de Podemos, de nuevo se salv¨®, por 200.000 votos. Podemos nunca m¨¢s volver¨ªa a estar tan cerca de dar la campanada.
Pero los obst¨¢culos no hab¨ªan acabado. S¨¢nchez, que ten¨ªa a casi todos los barones territoriales en contra, se enfrent¨® a todos con su ¡°no es no¡±, su rechazo tajante a abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy para facilitar la gobernabilidad. El Gobierno llevaba diez meses en funciones y S¨¢nchez estaba dispuesto a una tercera repetici¨®n electoral con tal de no hacer esa cesi¨®n al PP. La c¨²pula del PSOE organiz¨® entonces una operaci¨®n interna para destituir al secretario general e imponer la abstenci¨®n en la investidura de Rajoy. Y, despu¨¦s de un dram¨¢tico 1 de octubre de 2016, con un Comit¨¦ Federal del PSOE en el que hubo llantos, urnas escondidas y maniobras para echarlo, finalmente S¨¢nchez dimiti¨®, dej¨® su esca?o y se fue a reflexionar, como ahora pero lejos, a California, mientras los socialistas se absten¨ªan en el Congreso y permit¨ªan la investidura de Rajoy.
Volvi¨® convencido, contra todo y contra todos, de que pod¨ªa recuperar el poder. Le hab¨ªan abandonado incluso sus amigos de siempre. Le dio igual. Busc¨® unos pocos fieles en las federaciones ¡ªenfrentados a sus respectivos barones, que eran casi todos anti-S¨¢nchez, con la excepci¨®n del PSC¨D y recorri¨® Espa?a en un Peugeot 407, durmiendo en casas de militantes. De nuevo su fe inquebrantable en s¨ª mismo, una habilidad para el relato que empez¨® a desplegar ah¨ª y un poco de fortuna le llevaron a una inesperada pero arrolladora victoria por m¨¢s de 10 puntos sobre Susana D¨ªaz en las primarias de 2017.
Parec¨ªa que al fin vendr¨ªan tiempos m¨¢s f¨¢ciles, pero no fue as¨ª. S¨¢nchez ten¨ªa todo el poder, pero el PSOE no remontaba. Le iba muy mal en las encuestas, incluso se vio superado en ellas por el Ciudadanos de Albert Rivera. En 2018, S¨¢nchez viv¨ªa en un permanente ruido interno, con Susana D¨ªaz y varios barones maniobrando contra ¨¦l. Pero lleg¨® la sentencia del caso G¨¹rtel, se lanz¨® a una moci¨®n de censura que antes siempre hab¨ªa descartado, aprovech¨® la oportunidad de una conjunci¨®n entre el PNV y el entonces PDeCAT y de nuevo la fe inquebrantable en s¨ª mismo, el esfuerzo y la suerte le llevaron de forma completamente inesperada, cuando estaba cuarto en las encuestas, a La Moncloa.
S¨¢nchez arm¨® en horas un Gobierno con fichajes independientes y de prestigio, y se present¨® como el primer presidente espa?ol con dominio de idiomas y una clara ambici¨®n de ser alguien en el circuito de los l¨ªderes internacionales. Y, adem¨¢s, empez¨® una gesti¨®n progresista ¡ªpactada con sus socios de Podemos, entonces casi con tantos diputados como ¨¦l, 85 a 71¡ª mientras su imagen ganaba puntos en las encuestas: subida del salario m¨ªnimo a 900 euros ¡ªun 22% de golpe, la mayor de la historia¡ª aumento de las pensiones, reformas econ¨®micas.
En Espa?a muchos a¨²n no lo tomaban en serio. En la derecha, incluso, lo llamaron okupa, pensaban que se hundir¨ªa r¨¢pidamente con una mayor¨ªa muy inestable. S¨¢nchez convoc¨® elecciones en 2019, cuando ERC tumb¨® los Presupuestos y la derecha ven¨ªa de la foto de Col¨®n. La jugada volvi¨® a salirle: el PP de Pablo Casado se hundi¨® hasta los 66 diputados, su m¨ªnimo hist¨®rico, y el PSOE logr¨® casi el doble, 123.
Ten¨ªa dos opciones de Gobierno: acuerdo con Podemos y los nacionalistas, o con Ciudadanos. El pacto con Albert Rivera no sali¨® y S¨¢nchez cometi¨® ah¨ª el que muchos analistas ven como un error evidente: forz¨® una repetici¨®n electoral por no querer una coalici¨®n con Pablo Iglesias, el PSOE perdi¨® esca?os y el PP se recuper¨® mucho. Eso oblig¨® al l¨ªder socialista a aceptar un Gobierno de coalici¨®n con Podemos pero m¨¢s d¨¦bil y m¨¢s atada a ERC y EH Bildu.
Nada m¨¢s empezar a funcionar el Gobierno de coalici¨®n, con sus enormes dificultades, lleg¨® la pandemia y arras¨® todo. Pero S¨¢nchez y su ministro de Sanidad, Salvador Illa, despu¨¦s de un inicio de gesti¨®n desastroso ¨Dtardaron varios d¨ªas en decidir el confinamiento cuando el virus estaba entrando desde Italia, que tiene decenas de vuelos diarios con Espa?a¨D, salieron fortalecidos: Illa gan¨® las elecciones en Catalu?a y S¨¢nchez, al que la oposici¨®n intent¨® tumbar en plena crisis sanitaria, logr¨® mantener su valoraci¨®n alta entre la izquierda, aunque el rechazo en la derecha iba creciendo sin freno.
La coalici¨®n aprovech¨® para hacer una gesti¨®n progresista, con un escudo social costos¨ªsimo ¡ªse llegaron a pagar 5.000 millones de euros al mes solo en ERTEs¡ª que protegi¨® a los trabajadores. El pa¨ªs sali¨® de la pandemia con muchas heridas y m¨¢s de 120.000 muertos, pero con una econom¨ªa con vida. Despu¨¦s llegaron otras medidas, como la reforma laboral de Yolanda D¨ªaz. De nuevo, la suerte de S¨¢nchez entr¨® en acci¨®n: la reforma decisiva sali¨® por un voto, por un error de un diputado del PP.
La coalici¨®n progresista logr¨® aprobar casi 200 leyes en la legislatura, mientras en otros pa¨ªses europeos avanzaban la derecha y la ultraderecha. S¨¢nchez adem¨¢s multiplic¨® sus gestos hacia la izquierda, como la exhumaci¨®n de los restos del dictador Francisco Franco para sacarlos del mausoleo de Cuelgamuros y llevarlos a un discreto cementerio familiar.
La derecha, sin embargo, no se qued¨® quieta. El PP descabalg¨® a Pablo Casado, que hab¨ªa acusado de pr¨¢cticas inaceptables a la presidenta madrile?a, Isabel D¨ªaz Ayuso ¡ªcuyo hermano se hab¨ªa llevado en plena pandemia una comisi¨®n de 234.000 euros por vender mascarillas a la Comunidad de Madrid¡ª, y encumbr¨® a Alberto N¨²?ez Feij¨®o. La derecha se fue rearmando, la desaparici¨®n de Ciudadanos y el desgaste del PSOE y Unidas Podemos hicieron mella y poco a poco S¨¢nchez fue cayendo en las encuestas mientras Feij¨®o se disparaba. En ese contexto estall¨® la guerra en Ucrania, que dispar¨® la inflaci¨®n.
Parec¨ªa llegado el final del imbatible S¨¢nchez. Las elecciones auton¨®micas y locales de 2023 eran la puntilla: el PSOE perdi¨® casi todo su poder. Y de nuevo ¨¦l dio otra vuelta de tuerca y ese mismo d¨ªa decidi¨® adelantar las elecciones generales. Cuando casi todo el PSOE estaba hundido y daba por hecha la llegada de la derecha, S¨¢nchez se ech¨® la campa?a a la espalda, recorri¨® los medios que m¨¢s le hab¨ªan criticado y en los que ¨¦l no hab¨ªa querido comparecer hasta entonces, y moviliz¨® de una manera imprevista a la izquierda con la ayuda inestimable de Feij¨®o, que permiti¨® que la campa?a se viera dominada por sus pactos auton¨®micos y municipales con Vox.
S¨¢nchez sigui¨® cometiendo errores importantes ¡ªel debate con Feij¨®o fue un desastre¡ª pero siempre se levantaba. Y logr¨® lo que parec¨ªa imposible: un mill¨®n de votos m¨¢s que en 2019. Feij¨®o gan¨® por poco m¨¢s de 300.000 votos, 1,3 puntos.
Despu¨¦s de aceptar la amnist¨ªa a los encausados del proc¨¦s que, hasta ese momento, siempre hab¨ªa rechazado, S¨¢nchez fue investido con el apoyo de Sumar, PNV, EH Bildu, ERC, Junts y el BNG. Ya desde las negociaciones se ve¨ªa que la extrema debilidad de esa mayor¨ªa iba a deparar una legislatura muy complicada. El presidente decidi¨® no presentar proyecto de Presupuestos para 2024 en cuanto se convocaron las elecciones catalanas, y ese fue un golpe duro para los socialistas. Pero, aun as¨ª, confiaban en recuperarse despu¨¦s de esos comicios, enfocar la legislatura y volver a exhibir el milagro eterno de Pedro S¨¢nchez, la remontada perpetua.
S¨¢nchez ahora tiene muchos m¨¢s detractores que en 2014, cuando empez¨® y casi nadie lo conoc¨ªa. El odio que le profesa un sector importante del mundo conservador es imposible de ocultar. El antisanchismo es un factor pol¨ªtico muy relevante, de la misma manera que lo es la conexi¨®n especial que el presidente ha logrado con una parte importante del electorado progresista, que ve en ¨¦l al representante m¨¢ximo de la resistencia frente a la derecha. Pero lo que ya no sufre el S¨¢nchez de 2024 es lo que le pasaba en 2014, esto es, que no sea tomado en serio. Sus rivales pueden detestarlo, pero incluso los m¨¢s ultras saben que es un pol¨ªtico con una inmensa capaz de recuperarse de las ca¨ªdas. Y con un tir¨®n electoral indiscutible que puede darle la vuelta a cualquier situaci¨®n. En 10 a?os, S¨¢nchez ha logrado que toda la pol¨ªtica espa?ola gire alrededor de ¨¦l, a favor o en contra. Por eso en cinco d¨ªas no se ha hablado de otra cosa m¨¢s que de su continuidad o su ca¨ªda. Ahora que no se va, el juego empieza de nuevo con ¨¦l en el centro, como siempre.
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