Los partidos en Catalu?a contienen la respiraci¨®n ante un 9-J marcado por los pactos para la investidura
El PSC busca su quinta victoria seguida mientras Junts y ERC pugnan por el liderazgo independentista
Los partidos en Catalu?a se enfrentan este domingo a la cuarta cita electoral en dos a?os. Exhaustos material e ideol¨®gicamente, contienen la respiraci¨®n ante unos comicios en los que las cuitas partidistas eclipsan el intenso debate sobre el futuro de la UE o la preocupaci¨®n ante el auge de la ultraderecha. Pero, sobre todo, la coincidencia con las negociaciones para la formaci¨®n de la Mesa del Parlament y la investidura del futuro president ha terminado por poner sordina a cualquier intento de llevar la campa?a a temas europeos.
En los ocho comicios europeos celebrados en Espa?a la media de participaci¨®n en Catalu?a llega escasamente al 51%. Salvo los picos de las primeras elecciones, en 1987, y las ¨²ltimas, en pleno juicio al proc¨¦s en 2019, la gr¨¢fica siempre ha tendido al valle. En 2009, cay¨® hasta rozar el 37%, su m¨ªnimo hist¨®rico. La primera duda este domingo es qu¨¦ acogida tendr¨¢n entre los votantes unos comicios donde los resultados dom¨¦sticos ser¨¢n mirados con lupa.
Que la pol¨ªtica ha cambiado de rasante en Catalu?a lo muestran las encuestas, que siguen la estela de estos dos a?os. O la comparativa con c¨®mo estaban las cosas en los comicios europeos de 2019. Los vientos soplan ahora a favor de los socialistas catalanes, que enlazan cuatro victorias y persiguen la quinta. Hace cinco a?os, el PSC buscaba su camino tras su traves¨ªa del desierto por la polarizaci¨®n del proc¨¦s. Javi Lopez, el principal catal¨¢n en la lista socialista, es eurodiputado desde 2014. De la mano de Illa, el PSC, alineado con Pedro S¨¢nchez, ha ido acumulando poder territorial, coronado con la alcald¨ªa de Barcelona, y sumando r¨¦cords: en las auton¨®micas logr¨® por primera vez una victoria en esca?os y votos y tambi¨¦n que el independentismo ¨Co antes nacionalismo¨C perdiera la mayor¨ªa absoluta. Con un llamamiento a la movilizaci¨®n para frenar a la extrema derecha, el PSC quiere ser decisivo de la misma forma que lo fue el 23-J, cuando aport¨® a S¨¢nchez un mill¨®n de votos.
En la cita de 2019, el panorama era distinto. Entonces todos los ojos estaban puestos en c¨®mo se resolver¨ªa el mano a mano entre el expresident Carles Puigdemont, entonces instalado en B¨¦lgica, y Oriol Junqueras, sentado en el banquillo. El fundador de Junts se impuso por 254.000 votos. Junts y ERC sumaron 1,7 millones de papeletas en Catalu?a, rozando el 50% del total. Junts logr¨® entonces tres eurodiputados y ERC, que iba ya en coalici¨®n con EH Bildu y BNG, obtuvo lo mismo. Ahora los de Puigdemont vuelven a apostar por la f¨®rmula en solitario, mientras los republicanos han ampliado su candidatura, Ara Rep¨²bliques, incluyendo a los baleares de Ara M¨¦s.
El independentismo como colectivo conf¨ªa en hacer una demostraci¨®n de fuerza tras perder la mayor¨ªa en el Parlament. Pero, dentro de ese bloque, cada partido necesita un buen resultado por razones diferentes. Los de Puigdemont, que tienen a Toni Com¨ªn como cabeza de cartel, buscan una victoria que apostille su superioridad ante ERC. La imposibilidad de que el expresident sea investido ha reforzado la opci¨®n de buscar una repetici¨®n electoral. En cuanto a ERC, en plena pugna interna por el futuro del partido y a¨²n en shock tras perder 13 diputados, un buen resultado de la mano de Diana Riba evitar¨ªa enlazar una cuarta derrota. Si el resultado no es bueno, les quedar¨¢ el consuelo de enmascarar sus resultados en los de Ara Rep¨²blicas. De salvar los muebles, podr¨ªan ganar fuerza en las negociaciones de la investidura, donde sus 20 diputados tienen mucho peso.
Los comunes llegan a al 9-J con dos objetivos. El prioritario, quedar por delante de Podemos en los primeros comicios en los que se enfrentan en Catalu?a desde que comenzaron a ir juntos, con Catalunya Si Que Es Pot. El segundo, sostener los resultados de Sumar. En un a?o los comunes han perdido dos diputados en el Parlament y buena parte del espacio municipal, incluida la alcald¨ªa de Barcelona. En las generales, en todo caso, fueron la segunda fuerza m¨¢s votada en Catalu?a. No parece tan sencillo, sin embargo, mantener la fidelidad del voto en un espacio cada vez m¨¢s densificado, m¨¢s a¨²n cuando el PSOE plantea su discurso m¨¢s progresista y Podemos pretende convertir Catalu?a en uno de sus trampolines.
La campa?a tambi¨¦n es le¨ªda en clave nacional para el PP y Vox. En el discurso de ambos ha salido el tema catal¨¢n pero solo como ariete contra el PSOE. El PP logr¨® en las pasadas catalanas salir del ostracismo, con 15 diputados, y ha planteado el 9-J como un gran plebiscito contra S¨¢nchez y la amnist¨ªa. Finalmente, Ciudadanos se la juega en el que podr¨ªa ser el ¨²ltimo intento de no desaparecer del mapa por parte de esta formaci¨®n, nacida en Catalu?a como respuesta contra el nacionalismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.