La legislatura avanza otro paso a la espera de Catalu?a
S¨¢nchez y Feij¨®o consolidan posiciones con el acuerdo sobre el CGPJ, pero la estabilidad del Gobierno sigue en el aire y el PP no da s¨ªntomas de aflojar
El Gobierno se dice feliz y la oposici¨®n se dice feliz. Hac¨ªa mucho que la pol¨ªtica espa?ola no viv¨ªa una semana as¨ª, tras anatemizar durante a?os los grandes acuerdos. El pacto para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha repartido satisfacciones a izquierda y derecha. Como en un espejo invertido, en el Gobierno creen que el PP lo tendr¨¢ dif¨ªcil para seguir cuestionando la legitimidad de Pedro S¨¢nchez, y en el PP opinan que la izquierda ya no podr¨¢ continuar asimil¨¢ndolos a la extrema derecha. El Ejecutivo celebra poner fin a una anomal¨ªa constitucional de cinco a?os y medio, con un reparto equilibrado de un ¨®rgano que ejerc¨ªa sin disimulo como un ariete contra la coalici¨®n en el poder. Y en el PP ven reforzada la autoridad de su l¨ªder, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, contra las voces m¨¢s montaraces que torpedeaban el acuerdo.
Esta legislatura que lleva siete meses al ralent¨ª ha consumado otro hito. El primero y m¨¢s importante fue la ley de amnist¨ªa, condici¨®n inexcusable de los compa?eros de viaje del Gobierno. El acuerdo sobre el CGPJ, aunque nada aporta para soldar la fr¨¢gil base parlamentaria del Ejecutivo ¨Dm¨¢s bien ha incomodado a algunos aliados¨D, fija un mensaje, como destacan voces gubernamentales: la aceptaci¨®n t¨¢cita por parte del PP de que la legislatura sobrevive.
¡°El planteamiento es que el Gobierno est¨¢ tan d¨¦bil que presionando sin parar se derrumbar¨¢¡±, explicaba, semanas atr¨¢s, un diputado popular esc¨¦ptico con esa estrategia. Eso era antes de las elecciones europeas. El 9-J constituy¨® un triunfo para el PP, pero no remat¨® a S¨¢nchez, como muchos esperaban. Ahora, en el equipo de Feij¨®o insisten en que el Gobierno carece de mayor¨ªa estable incluso para aprobar Presupuestos, a la vez que admiten lo improbable de un desplome inminente. Y se preparan para una batalla m¨¢s larga. Se dicen dispuestos a pactar los equipos dirigentes del Banco de Espa?a y las comisiones reguladoras de la competencia y el mercado de valores. Fuera de eso, pese a que la tensi¨®n se haya relajado un tanto, no hay indicios de un cambio dr¨¢stico en la oposici¨®n. ¡°?C¨®mo vamos a cambiar si imputan al fiscal general del Estado o si la mujer del presidente va a declarar como imputada?¡±, advierten en el entorno de Feij¨®o.
La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, anunci¨® el mi¨¦rcoles ¡°el pistoletazo de salida¡± a los Presupuestos, con la publicaci¨®n de una orden para que los distintos departamentos transmitan sus previsiones. M¨¢s all¨¢ del gesto, todo el mundo asume que las cuentas son una quimera mientras no se aclare la situaci¨®n en Catalu?a. ¡°Si nos llaman ahora por esto, ni le cogemos el tel¨¦fono¡±, afirma un diputado independentista. ERC no se mover¨¢ hasta que no se decanten las negociaciones sobre la eventual investidura del socialista Salvador Illa. Junts, desplazado de ese foco, manda mensajes cada vez m¨¢s duros en cuestiones como el reparto de menores inmigrantes o medidas econ¨®micas sobre las que el Ejecutivo los ha sondeado discretamente.
¡°Hasta el 26 de agosto [cuando expira el plazo en Catalu?a para formar gobierno] no sabremos si podemos salir de este bucle¡±, admite un miembro del Ejecutivo. ¡°Salir del bucle¡± equivaldr¨ªa a despejar los Presupuestos y activar el programa de la coalici¨®n. Sumar lo espera con especial anhelo, necesitado de remontar el vuelo de sus fracasos electorales y l¨ªos internos. El problema es que ERC no se baja de su exigencia de una financiaci¨®n similar al cupo vasco, un asunto susceptible de destapar la caja de los agravios por las cuatro esquinas del pa¨ªs. Comprom¨ªs y Chunta Aragonesista, asociados a Sumar, ya amenazan con retirar su apoyo al Gobierno.
Si el PSOE mantuvo al corriente a Sumar de las negociaciones sobre el CGPJ capitaneadas por el ministro F¨¦lix Bola?os, los aliados parlamentarios quedaron al margen. Incluido el PNV, que hab¨ªa colocado un vocal en el Consejo saliente. Mientras en p¨²blico evitaban la cr¨ªtica, los nacionalistas vascos ¨Dcoincidencia o no¨D facilitaron el jueves en el Congreso la aprobaci¨®n de declaraciones del PP sobre la carencia de profesionales sanitarios y la relaci¨®n del Gobierno con las Cortes, presentadas por los populares como parte de su estrategia de desgaste. Malestares al margen, el apoyo de los dos grupos vascos est¨¢ garantizado. En el caso de EH Bildu, su portavoz de Justicia, Jon I?arritu, lo verbaliz¨® claramente en ETB: ¡°Estamos en desacuerdo, pero no creemos que este hecho puntual haya que unirlo al resto de la legislatura¡±. La denuncia de Podemos de que se ha instaurado la ¡°gran coalici¨®n PP-PSOE¡± no es tomada en serio por casi nadie entre los dem¨¢s aliados.
Aun en el caso de repetici¨®n electoral en Catalu?a, que tornar¨ªa inviables los Presupuestos por segunda vez, la voluntad de los socialistas es continuar a pesar de todo. Confiados, m¨¢s que nada, en la incompatibilidad entre la derecha y los soberanistas. ¡°Malmenorismo¡±, lo llama el portavoz de ERC, Gabriel Rufi¨¢n.
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