S¨¢nchez viste traje de Estado para el ¡°Plan Unidad, Eficacia y Responsabilidad¡±

La dana que ha asolado la provincia de Valencia, generando una conmoci¨®n transversal en toda Espa?a y alertando a la cuestionada clase pol¨ªtica del pa¨ªs no ha sido la ¨²nica grave crisis que ha afrontado Pedro S¨¢nchez durante sus seis a?os en La Moncloa. En ese aspecto, no ha tenido un d¨ªa de asueto. Se han escrito libros e innumerables reportajes sobre su capacidad de resiliencia, externa, por todo tipo de imponderables, y tambi¨¦n interna, con encarnizadas batallas. Muchos camaradas, compa?eros, conmilitones, amigos, colaboradores, rivales y adversarios del actual l¨ªder del PSOE han sucumbido en ese camino. Otros han sido rehabilitados, tras el conveniente purgatorio. Es legendaria, tambi¨¦n, su memoria. El presidente del Gobierno es un pol¨ªtico pr¨¢ctico y utilitarista en lo ideol¨®gico, lo que muchos han simplificado con una cr¨ªtica a sus camale¨®nicos cambios de opini¨®n. Lo que es incontestable es que S¨¢nchez tiene muchos trajes en su armario y tambi¨¦n que ahora, con esta tremenda crisis sobre la mesa, ha rescatado el de hombre de Estado y adalid de los servicios p¨²blicos, bajo el ¡°Plan Unidad, Eficacia y Responsabilidad¡± presentado este martes para afrontar las consecuencias de la cat¨¢strofe de la dana.

Una sangrienta divisi¨®n interna para ser elegido secretario general del PSOE tras ser aclamado por los militantes en unas primarias, una crisis econ¨®mica, un volc¨¢n, la borrasca Filomena, una pandemia mundial, una guerra en Ucrania, el recrudecimiento del conflicto en Oriente Pr¨®ximo, llegadas masivas de inmigrantes, los indultos y la amnist¨ªa a los l¨ªderes del proc¨¦s y ahora la peor cat¨¢strofe natural en d¨¦cadas. El balance de contingencias a las que se ha enfrentado Pedro S¨¢nchez desde que lleg¨® a la presidencia a trav¨¦s de una in¨¦dita moci¨®n de censura en 2018 no tiene f¨¢ciles precedentes. Hasta sus rivales aceptan que su perfil pol¨ªtico es el de un arrojado, y sus partidarios lo ensalzan como alguien valiente, que no se amilana y que se crece ante los castigos.

El ¨²nico momento en el que S¨¢nchez entr¨® p¨²blicamente en shock, como reconocen en su entorno, fue cuando comenz¨® lo que ¨¦l considera un acoso judicial, medi¨¢tico y pol¨ªtico contra su esposa, Bego?a G¨®mez. Eso le llev¨® a escribir y publicar una carta personal a la ciudadan¨ªa en la que anunciaba que se tomaba cinco d¨ªas de meditaci¨®n para decidir si merec¨ªa la pena continuar con su inagotable pasi¨®n pol¨ªtica y de poder. Ese debate lo releg¨® hace tiempo, pero la herida abierta en su entorno m¨¢s personal sigue supurando.

La dana le ha devuelto otra vez a la lona de los combates imprevisibles. Tras unos d¨ªas de dudas y de estudiar alternativas, en los que ha parecido que muchos responsables del PSOE, del PP y de otros partidos sopesaron que el desastre podr¨ªa capearse como cualquier otra desgracia, con excusas o argumentarios partidistas, el presidente se ha enfundado su perfil m¨¢s institucional. Los insultos, agresiones y ataques sufridos el domingo en Paiporta (Valencia), donde acompa?¨® a los Reyes, han supuesto un punto de inflexi¨®n.

¡°Todos somos Estado¡±, solt¨® el jefe de Gobierno este martes en la sala de prensa de La Moncloa, al fin en una comparecencia con preguntas. Antes cont¨® los cuatro objetivos de su millonario plan de inversiones y subvenciones para los afectados por la dana, pero tambi¨¦n reivindic¨® el funcionamiento de los distintos servicios p¨²blicos implicados, nacionales y auton¨®micos. El l¨ªder del PSOE es un obseso de la ¡°opini¨®n p¨²blica y publicada¡±, es decir, de todo lo que se cuenta de ¨¦l y su Gobierno, y por eso quiso dedicar un cap¨ªtulo de su intervenci¨®n para recuperar aquel t¨¦rmino de la ¡°cogobernanza¡± que tanto le gust¨® durante la pandemia. S¨¢nchez subray¨® ah¨ª de nuevo la a veces olvidada obviedad de que Espa?a es ahora un ¡°Estado auton¨®mico, compuesto, no centralista¡±, para salir al paso de los que le reprochan no haber declarado la emergencia nacional o el estado de alarma en la Comunidad Valenciana, lo que habr¨ªa supuesto quitarle la autoridad m¨¢xima al presidente de esa regi¨®n, Carlos Maz¨®n, del PP. Insinu¨® que s¨ª tuvo ese debate, aunque, por ¡°respeto institucional¡± a las competencias de Maz¨®n, lo desech¨®. Ahora a¨²n lo mantiene vivo el PP.

Los periodistas sondearon a S¨¢nchez sobre varias trifulcas relacionadas con su supuesta responsabilidad en la tragedia y algunas decisiones que podr¨ªan haber retardado la acci¨®n, especialmente, de la Unidad Militar de Emergencia (UME), la que cre¨® hace 19 a?os el Gobierno socialista de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y que fue tachada por algunos populares entonces como un ¡°chiringuito¡±. S¨¢nchez se mordi¨® la lengua y no cay¨® en ese anzuelo. Solo se permiti¨® se?alar ¡°los discursos diferentes¡± entre Maz¨®n y el presidente de su partido, Alberto N¨²?ez Feij¨®o. Tampoco hizo ninguna autocr¨ªtica o reconocimiento de fallos. Hubo, s¨ª, un momento en el que el presidente baj¨® la guardia y avanz¨®, sin que le preguntaran espec¨ªficamente, c¨®mo se siente tras haber recibido un palazo y graves improperios en Paiporta. ¡°Estoy bien¡±, confes¨®.