¡°Esto era mucho m¨¢s dif¨ªcil que los Presupuestos¡±
Mar¨ªa Jes¨²s Montero amarra el pacto fiscal y ahora busca el camino para consolidar la legislatura con las Cuentas. El PP cree que Aldama hundir¨¢ a S¨¢nchez, pero los socios no quieren saber nada de moci¨®n de censura con Feij¨®o y no creen las acusaciones del empresario
El abismo del naufragio de la legislatura estuvo realmente muy cerca esta semana. Tal vez m¨¢s que nunca. Con Pedro S¨¢nchez siguiendo la operaci¨®n desde Brasil, donde participaba en el G-20, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, la mujer m¨¢s poderosa del Gobierno, tuvo que desplegar toda una obra de ingenier¨ªa negociadora con un grupo de personas coordinado por ella, casi todos hombres, que multiplicaron los contactos para impedir que cayera el paquete fiscal. Detr¨¢s de ese fracaso se iban por el desag¨¹e unos 5.000 millones de euros en recaudaci¨®n y otros 7.200 millones del quinto desembolso de los fondos europeos. Pero hab¨ªa una consecuencia a¨²n m¨¢s grave, de la que se ha hablado poco: la Comisi¨®n Europea iba a exigir a Espa?a que, si no era capaz de aumentar los ingresos, entonces tendr¨ªa que comprometer un ajuste de gasto que implicar¨ªa recortes profundos. Un desastre completo que pod¨ªa realmente hundir la legislatura.
El ¨¦xito final ha sido tan dif¨ªcil de lograr que el Gobierno vive un momento de euforia que le hace pensar que ahora s¨ª puede consolidar definitivamente la legislatura con la aprobaci¨®n en los primeros meses de 2025 de las Cuentas. ¡°Esto era mucho m¨¢s dif¨ªcil de pactar que los Presupuestos, si hemos podido poner de acuerdo a tantos grupos de ideolog¨ªas diferentes sobre los impuestos, las Cuentas son factibles¡±, insisten varios miembros del Gobierno.
En medio de la euforia lleg¨® el duro golpe de la declaraci¨®n ante el juez del empresario V¨ªctor de Aldama, que implica a varios dirigentes del PSOE y al equipo de la propia Montero en supuestos cobros ilegales de dinero, pero tanto S¨¢nchez como los implicados trasladan una gran tranquilidad. Ya han iniciado los tr¨¢mites para querellarse contra ¨¦l todos los aludidos. En La Moncloa insisten en que no tiene ninguna credibilidad y no aporta ninguna prueba. Y el presidente incluso se burl¨®: ¡°?Menuda inventada!¡±.
El desgaste pol¨ªtico de este caso est¨¢ por dilucidar, porque Aldama insiste en que profundizar¨¢ en su denuncia. Nadie en el Ejecutivo niega su gran impacto medi¨¢tico y el des¨¢nimo que puede generar entre los progresistas. El empresario ha aparecido retador con el presidente del Gobierno ¡ª¡°si tantas pruebas quiere [S¨¢nchez], que no se preocupe que las tendr¨¢¡±, lleg¨® a decir¡ª. Pero mientras el PP cree que la acusaci¨®n del empresario acabar¨¢ con el Gobierno de S¨¢nchez, el presidente y su equipo cuentan con una gran ventaja pol¨ªtica: ninguno de los socios ha dado credibilidad alguna a Aldama. Y los m¨¢s sensibles, PNV y Junts, a los que apel¨® Alberto N¨²?ez Feij¨®o para pactar una moci¨®n de censura, han despreciado abiertamente esa idea y han dejado claro que no quieren saber nada de un pacto con los populares.
M¨¢s bien al contrario, la mayor¨ªa parece haberse reforzado en una votaci¨®n que lleg¨® el jueves despu¨¦s de las declaraciones de Aldama, sin que estas cambiaran nada en sus acuerdos. Feij¨®o insiste en presionar a PNV y Junts, les dice que si siguen apoyando a S¨¢nchez son ¡°c¨®mplices¡±, pero ellos no han dado muestras de alejarse del Gobierno, sino lo contrario: de quien se distancian cada vez m¨¢s es del PP. ¡°Muchos grupos han vivido este tipo de acusaciones sin pruebas, desde Podemos a Junts o ERC, y ahora se sienten solidarios con esta situaci¨®n, nadie de la mayor¨ªa ha pedido dimisiones ni nada parecido¡±, resume un miembro del Gobierno. Mariano Rajoy cay¨® porque el PNV entendi¨® que no pod¨ªa seguir apoy¨¢ndolo tras la sentencia del caso G¨¹rtel. Ahora la situaci¨®n es diferente y ni el PNV ni Junts creen a Aldama, ni hay ninguna decisi¨®n judicial de momento que implique a nadie m¨¢s que a Jos¨¦ Luis ?balos. ¡°Est¨¢ perimetrado, se tom¨® la decisi¨®n de echar a ?balos muy r¨¢pido y se ha cortado ah¨ª¡±, insisten en el Gobierno, aunque en otros sectores del PSOE y de Sumar si hay inquietud por el desgaste que pueda suponer el goteo de acusaciones.
Antes de llegar este lunes a la votaci¨®n del paquete fiscal, Montero llevaba un mes y medio intent¨¢ndolo. Pero no hab¨ªa manera. Parec¨ªa imposible poner de acuerdo a la vez a grupos enfrentados ideol¨®gica y pol¨ªticamente. Unos, Junts y PNV, quer¨ªan eliminar los impuestos a las grandes energ¨¦ticas. Otros, sus rivales de ERC y Bildu, quer¨ªan mantenerlos e incluso subirlos. Mientras, Sumar y Podemos tambi¨¦n rivalizan en casi todas las cuestiones, incluida la fiscal, y eso aumenta la complejidad.
El Gobierno ya ten¨ªa amarrado a Junts y PNV con un acuerdo para eliminar el impuesto a las grandes energ¨¦ticas. Pero ERC, Bildu, BNG y Podemos se negaban a aceptarlo. R¨¢pidamente se vio que el gran escollo era ERC. Pilar Vallugera, portavoz en la comisi¨®n de Hacienda, insist¨ªa ante sus interlocutores del Gobierno: antes del voto necesitaba una garant¨ªa de que habr¨ªa un decreto para recuperar ese impuesto. Si luego Junts quer¨ªa tumbar ese decreto, era su responsabilidad: que asumiera ese coste pol¨ªtico de decirle a los ciudadanos que eran ellos los que tumbaban el impuesto. Pero ERC necesitaba eso antes de votar. Bildu y BNG la apoyaban. El PSOE insist¨ªa: primero votamos a favor y despu¨¦s negociamos la f¨®rmula. Los socialistas no quer¨ªan problemas de ¨²ltima hora con Junts. Vallugera aguantaba.
Los socialistas intentaron entonces una maniobra arriesgada: preguntaron al PP si, en caso extremo, estar¨ªa dispuesto a desgajar el dictamen para que al menos saliera la parte de la transposici¨®n de la directiva europea sobre el impuesto m¨ªnimo del 15% para las grandes empresas. El PP puso una condici¨®n imposible pol¨ªticamente: que el PSOE retirara todas sus enmiendas para garantizar que no se aprobar¨ªa ninguna en el pleno del jueves, esto es que no habr¨ªa pacto posterior para el paquete fiscal.
Todo caminaba hacia el fracaso. La tensi¨®n pod¨ªa respirarse en la sala de la comisi¨®n de Hacienda. Carlos Moreno, mano derecha de Montero, estaba all¨ª hablando con todos en nombre de su jefa. Rafael Simancas, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, tambi¨¦n estaba all¨ª conectado con F¨¦lix Bola?os, su jefe y siempre detr¨¢s de todas las negociaciones, sobre todo con ERC y con Podemos. Santos Cerd¨¢n, secretario de organizaci¨®n del PSOE, tambi¨¦n estaba desde su despacho pendiente por si fallaba algo con Junts, que es su encargo habitual. Y Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, el expresidente y facilitador habitual de gestiones para salvaguardar la mayor¨ªa, tambi¨¦n estaba atento y hablando con todos para facilitar acuerdos. Pero era Montero quien dirig¨ªa y coordinaba todos los movimientos.
Montero hizo un ¨²ltimo intento por tel¨¦fono con Vallugera.
¡ªPilar, por Dios, no puede caer el dictamen.
¡ªNo insistas, Mar¨ªa Jes¨²s. Si no hay un compromiso previo, votamos no.
La votaci¨®n se tuvo que parar ante el riesgo de fracaso. Se votaron las enmiendas, pero Alejandro Soler, presidente de la comisi¨®n, del PSOE, forz¨® un largo receso para negociar antes de decidir sobre el dictamen. ¡°A las 23.00 votamos¡±, dijo antes de desaparecer. Si ca¨ªa, era el fin. Mientras el PP estaba cada vez m¨¢s molesto, en la mayor¨ªa los diputados multiplicaban las llamadas, sal¨ªan nerviosos a los pasillos, esperaban respuesta mientras fumaban.
Al final se lleg¨® a un documento con el compromiso de hacer un decreto para recuperar el impuesto a las energ¨¦ticas. Pero hubo un fallo log¨ªstico. Cuando a¨²n no se hab¨ªa avisado a Junts de que saldr¨ªa ese texto, hubo un malentendido y ERC, Bildu y BNG lo hicieron p¨²blico antes de tiempo. Junts se enter¨® por los medios, se sinti¨® traicionado y bloque¨® todo. Carles Puigdemont amenaz¨® con tumbar el dictamen. No pod¨ªa hacerlo en comisi¨®n, donde su voto no era imprescindible, pero s¨ª en pleno. Era un suicidio llevarlo al pleno del jueves sin tenerlo cerrado con ellos.
Ah¨ª se form¨® r¨¢pidamente un gabinete de crisis. Mientras Soler desaparec¨ªa escondido en un despacho y no contestaba a las llamadas, lo que imped¨ªa que la comisi¨®n se reanudase ¨Dhab¨ªa anunciado el voto a las 23.00 y no reapareci¨® hasta las 00.40¨D para enfado del PP, el Gobierno y Junts improvisaron una videoconferencia. Por el PSOE estaban Mar¨ªa Jes¨²s Montero, Santos Cerd¨¢n y Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Por Junts, Puigdemont, que se incorpor¨® m¨¢s tarde, Jordi Turull y Miriam Nogueras. Despu¨¦s de casi una hora, Montero y Puigdemont desbloquearon el asunto: Hacienda se compromet¨ªa a enviar un comunicado garantizando que el pacto con Junts sobre el impuesto a las energ¨¦ticas se manten¨ªa. Se public¨® justo despu¨¦s de la votaci¨®n, para evitar m¨¢s problemas ante una reacci¨®n de otros socios. Al final Junts estaba satisfecho, y ERC, BNG y Bildu tambi¨¦n.
El mensaje pol¨ªtico era muy relevante. El Gobierno hab¨ªa logrado poner de acuerdo en el tema m¨¢s delicado posible a rivales pol¨ªticos con ideolog¨ªas opuestas. ?Por qu¨¦? Porque en el fondo, explican muchos de los dirigentes consultados, hay una voluntad de que la legislatura siga adelante y porque la idea alternativa, la de que todo caiga y se abra paso a un Gobierno PP-Vox, genera un rechazo enorme en todos, incluido Junts y PNV, los socios a los que apela Feij¨®o en todo momento y hasta ahora sin ning¨²n ¨¦xito.
A¨²n faltaba Podemos para la votaci¨®n en pleno el jueves. Ah¨ª fue clave F¨¦lix Bola?os, interlocutor habitual de Ione Belarra desde que ambos estaban juntos en el Gobierno. El mi¨¦rcoles negociaron todo el d¨ªa y a¨²n por la noche, pero no hab¨ªa acuerdo. Podemos exig¨ªa que Junts aceptara el impuesto a las energ¨¦ticas, algo inviable. Bola?os les ofrec¨ªa avances en otras cuestiones importantes para ellos, en pol¨ªtica social, pero Belarra insist¨ªa que ten¨ªa que haber un giro en el impuesto a las energ¨¦ticas. Al final, en la ma?ana del jueves, despu¨¦s de una reuni¨®n en el Congreso entre Bola?os y Belarra, hubo acuerdo: Podemos pasaba al s¨ª a cambio de una comisi¨®n en la que estar¨¢ Junts y PNV para tratar de negociar un impuesto sobre las energ¨¦ticas, aunque sea suavizado, con desgravaciones casi totales para la inversi¨®n en descarbonizaci¨®n. Y si no hay acuerdo, se ir¨¢ al decreto pactado con ERC, BNG y Bildu.
Montero mantuvo informado de todos estos movimientos a Junts, para que no pasara lo mismo que el lunes. Y sali¨® p¨²blicamente a tranquilizar a ERC al asegurar que el Gobierno iba a cumplir con todos los acuerdos que hab¨ªa sellado, por tanto incluido el que ten¨ªa con los republicanos. Miriam Nogueras se reuni¨® con la vicepresidenta en el Congreso y le traslad¨® que no hab¨ªa problema. Ellos aceptaban la f¨®rmula porque entienden que no cambia el pacto que tienen con el PSOE para ¡°no gravar a las empresas energ¨¦ticas que mantengan su compromiso efectivo de inversiones para la descarbonizaci¨®n¡±. S¨¢nchez lleg¨® euf¨®rico a la zona de Gobierno en el Congreso. ¡°Hemos salvado dos match point en una semana, el de Teresa Ribera en Bruselas y el del pacto fiscal¡±, resume un ministro. El presidente incluso brome¨® con los suyos sobre Aldama. Para ¨¦l, explican en su entorno, lo importante es que la mayor¨ªa se ha mantenido de nuevo y hay legislatura para rato. As¨ª sali¨® a los medios, con tono euf¨®rico.
Montero y su equipo negociador hab¨ªan cuadrado el c¨ªrculo: toda la mayor¨ªa votaba de nuevo a favor de una ley decisiva. La sombra de Aldama y su explosiva declaraci¨®n, que se produjo casi a la vez que el remate de la negociaci¨®n m¨¢s importante de los ¨²ltimos meses, enrareci¨® el ambiente en el Congreso.
La oposici¨®n est¨¢ convencida de que esto es el principio del fin de S¨¢nchez. No creen que pueda sobrevivir a una denuncia en cadena de un empresario aparentemente dispuesto a todo contra la c¨²pula del PSOE.
Pero el Gobierno y sus socios trabajan ya en un sentido muy diferente. Esta semana se va a votar en el Congreso al nuevo presidente de RTVE: con toda probabilidad saldr¨¢ elegido Jos¨¦ Pablo L¨®pez en segunda votaci¨®n, con mayor¨ªa absoluta. De nuevo, la mayor¨ªa mostrar¨¢ su unidad en una votaci¨®n clave. El mi¨¦rcoles S¨¢nchez comparecer¨¢ para hablar de la dana, aunque es probable que el PP y Vox la giren hacia un monogr¨¢fico sobre Aldama. El jueves habr¨¢ un nuevo Consejo de Ministros con m¨¢s ayudas, y el viernes empieza el Congreso del PSOE, donde no est¨¢ prevista una gran revoluci¨®n y sobre todo parece que Santos Cerd¨¢n, el puesto clave, seguir¨¢ como secretario de organizaci¨®n tras las acusaciones de Aldama, que ¨¦l niega categ¨®ricamente. ¡°Nunca he estado con este se?or, que geolocalicen los m¨®viles a ver si he estado con ¨¦l¡±, lleg¨® a decir despu¨¦s de que el empresario sostuviera que le dio 15.000 euros en un sobre. Y tambi¨¦n habr¨¢ congreso de ERC ese fin de semana.
A partir de ah¨ª, Montero y los dem¨¢s negociadores se pondr¨¢n ya a tope en la nueva negociaci¨®n: la senda de d¨¦ficit, para arrancar ya en 2025 con los Presupuestos, que ahora ven en el Gobierno como mucho m¨¢s factibles. Mientras la oposici¨®n ve al Gobierno de S¨¢nchez en sus estertores, La Moncloa trabaja para consolidarlo y garantizar otros tres a?os de legislatura. En pocas semanas se sabr¨¢ quien de los dos tiene raz¨®n.
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