La nueva vida sin coche de los afectados por la dana
Algunos vecinos caminan kil¨®metros para llegar al trabajo o no regresan a dormir a sus casas, a la espera que el Consorcio realice los pagos por los veh¨ªculos perdidos
Para conservar su trabajo, Fernando Naval¨®n, de 45 a?os, duerme al menos tres noches por semana en su cami¨®n en un pol¨ªgono de Paterna. No tiene otra opci¨®n. Su turno como conductor termina tan tarde que no puede utilizar ning¨²n servicio p¨²blico de transporte que lo traslade a su casa en Paiporta, a 11 kil¨®metros de distancia. La riada del 29 de octubre dej¨® inutilizable el Volkswagen Polo que a¨²n no terminaba de pagar y que usaba para llegar a casa. No tiene noticias del Consorcio de Compensaci¨®n de Seguros, la entidad encargada de cubrir los riesgos por desastres naturales, y desconoce cu¨¢nto le van a dar por su antiguo veh¨ªculo, por tanto, no sabe cu¨¢nto puede gastarse en uno nuevo.
Perder el coche ha supuesto un cambio dr¨¢stico en la rutina de la mayor¨ªa de los afectados por la dana. Si Flor¨ªn Butnaru, de 40 a?os, antes pod¨ªa encender su Ford Kuga en la calle Francisco Villa, de Alfafar, y en 15 minutos estacionar en su trabajo en el municipio de Moncada (a m¨¢s de 20 kil¨®metros de distancia), hoy ese breve viaje se ha convertido en una traves¨ªa de al menos dos horas. ¡°Si tengo suerte, un amigo me puede llevar en su veh¨ªculo, si no, debo levantarme a las cuatro de la ma?ana para empezar a caminar y tomar un autob¨²s que se tarda 1 hora en llegar¡±, lamenta.
El 29 de octubre, la riada arrastr¨® su veh¨ªculo dos kil¨®metros m¨¢s all¨¢ de su vivienda. En la ma?ana intent¨® arrancarlo, pero el veh¨ªculo, que hab¨ªa comprado hace cuatro a?os y que tampoco hab¨ªa terminado de pagar, ya no se encend¨ªa. Situaciones como la de Butnaru se cuentan por cientos de miles en las zonas afectadas. La Asociaci¨®n Espa?ola de Desguace y Reciclaje del Autom¨®vil estima que los coches retenidos rondan los 200.000, de los cuales un 90% ser¨¢n declarados siniestro total; etiqueta que reciben cuando el coste de las reparaciones excede un porcentaje considerable del valor del coche, generalmente entre el 75% y el 100%.
Perder el veh¨ªculo tambi¨¦n ha trastocado el d¨ªa a d¨ªa fuera del horario laboral a Butnaru y su familia. Desde que perdieron el coche, su hija de 13 a?os no puede acudir a los entrenamientos de voleibol en las tardes y mucho menos a los torneos que se desarrollan en otros pueblos de la provincia. Incluso llenar el carrito de la compra se ha convertido en un desaf¨ªo. ¡°Ahora solo nos llevamos lo que podemos transportar en las manos¡±, declara este ciudadano, que entre las largas caminatas y el estr¨¦s acumulado, estima haber perdido ocho kilos en las ¨²ltimas semanas.
La mayor¨ªa de propietarios esperan que el Consorcio agilice las visitas periciales y el dep¨®sito de los pagos para iniciar la compra de un nuevo veh¨ªculo. Butnaru adquiri¨® su Ford Kuga hace cuatro a?os por 24.000 euros. El d¨ªa que el agua destroz¨® su auto, a¨²n deb¨ªa 9.000 euros al concesionario. El dinero del seguro tan solo le servir¨¢ para cubrir esa deuda, aunque a¨²n desconoce cu¨¢nto va a recibir.
Jorge Gonz¨¢lez, del Gabinete Jur¨ªdico Pericial, una entidad privada con sede en Madrid, explica que el monto de los pagos depende de la tasaci¨®n de las aseguradoras, que se gu¨ªa en unas tablas dispuestas por el Gobierno. Este perito expone que los propietarios de veh¨ªculos con un valor inferior a 3.000 euros han logrado recuperar hasta el 80% de su precio real. En cambio, para los modelos m¨¢s modernos, cuyo precio en el mercado ronda o supera los 15.000 euros, los propietarios est¨¢n obteniendo aproximadamente el 60% del valor, entre 8.000 y 9.000 euros. ¡°Lo que implica una considerable p¨¦rdida¡±, clarifica.
Sin embargo, las compensaciones est¨¢n tardando en llegar. Ninguno de los seis casos entrevistados para el reportaje ha recibido el pago del seguro. Juan Carlos Lucena, director t¨¦cnico de GP Group, se?ala que, dependiendo de la complejidad de los expedientes y el volumen de solicitudes en tr¨¢mite, los pagos pueden demorarse hasta seis meses. Y en este momento, seg¨²n Lucena, las oficinas del Consorcio est¨¢n desbordadas de trabajo. No solo deben gestionar los expedientes relacionados con veh¨ªculos da?ados, sino tambi¨¦n los de viviendas y negocios afectados por la dana. Hasta la fecha, la entidad han recibido unas 220.000 reclamaciones, y estiman que las compensaciones alcanzar¨¢n los 3.500 millones de euros, lo que equivale a cerca de tres a?os de ingresos para la organizaci¨®n.
Mientras espera la llamada del seguro, Rafael Cu¨¦llar, de 55 a?os, recorre diariamente en bicicleta los 15 kil¨®metros que separan Catarroja de su trabajo en Almussafes. La riada le arrebat¨® su BMW Serie 3. Su esposa, Olga Vico, de 48 a?os ha perdido su trabajo porque no ten¨ªa forma de llegar sin veh¨ªculo. ¡°Tampoco tenemos ni tren ni metro¡±, lamenta. Vico relata que antes de la dana, si el tren se suspend¨ªa por alg¨²n motivo, pod¨ªa ir a Paiporta para tomar el metro, pero actualmente este se encuentra suspendido y sin fecha de reapertura. Para esta ciudadana lo m¨¢s triste es que ya no puede visitar a su familia con regularidad. ¡°Perder el auto nos ha truncado la vida¡±, sentencia.
Los veh¨ªculos de la familia compuesta por Javier Casado, de 40 a?os, y Elena Ambiz, de 38, se encuentran en lo que ellos llaman un ¡°limbo legal¡±. Narran que sus coches no han recibido la etiqueta de ¡°siniestro total¡±, porque a¨²n se encienden y funcionan. Sin embargo, temen que si el perito no los visita pronto, el lodo termine afectando al funcionamiento y que se queden sin recibir la compensaci¨®n debida. Gonz¨¢lez no ve un motivo para la preocupaci¨®n; explica que las revisiones periciales son capaces de detectar en qu¨¦ momento se ha producido el da?o y que, adem¨¢s, los usuarios tienen hasta un a?o para reclamar al seguro el pago de los da?os. ¡°Aunque en algunos casos puede que sea necesario recurrir al trabajo de un perito privado para contrastar los informes realizados por los peritos del Consorcio¡±, agrega.
De momento, esta familia se ve obligada a utilizar un veh¨ªculo de la madre de Ambiz, un autom¨®vil que se turnan con dos hermanos m¨¢s. ¡°Tenemos un cronograma para poder hacer las compras o llevar a nuestro hijo al parque¡±, cuenta entre risas y agrega que la pr¨®xima adquisici¨®n ser¨¢ un veh¨ªculo el¨¦ctrico, similar al que perdieron en la dana. Entienden, sin embargo, que los precios pueden ser elevados para otras familias. Con la ayuda desplegada por el Gobierno, quienes adquieran un enchufable puro, recibir¨¢n una subvenci¨®n de 10.000 euros y quienes opten por un veh¨ªculo a gasolina, de 5.000. Si el autom¨®vil es de segunda mano, estas ayudas descienden a la mitad.
Butnaru ha acudido a la Feria del Autom¨®vil de Valencia para buscar una alternativa ¡°viable de pagar¡± que sustituya al viejo Ford Kuga que perdieron en la riada. La feria, que se celebra cada diciembre, ha sido reflejo de la urgente necesidad de la poblaci¨®n por conseguir un nuevo veh¨ªculo. Mati Hern¨¢ndez, del equipo de ventas de Ford, expone que una feria es un ¨¦xito si pueden vender dos autos por d¨ªa, en esta ocasi¨®n ha llegado a firmar hasta 10 ventas en 24 horas. Butnaru solo tiene claro una cosa: el nuevo veh¨ªculo de la familia no va a ser el viejo modelo que perdieron en la dana. ¡°Nos trae malos recuerdos¡±, zanja este ciudadano.
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