PP y PSOE se juegan al elector moderado con sus cesiones a Vox y Junts
La derecha explota los pactos de S¨¢nchez con el independentismo, y la izquierda, los de Feij¨®o con los ultras. Las cesiones en materia de g¨¦nero penalizan a los populares y el pacto con Junts en inmigraci¨®n puede pasar factura a los socialistas


¡°Pelele del separatismo¡± y ¡°florero¡± han llamado los populares esta semana al presidente del Gobierno por el pacto entre el PSOE y Junts para delegar competencias de inmigraci¨®n a Catalu?a. Derecha ¡°tutelada¡±, ¡°sometida¡±, ¡°c¨®mplice¡± de los extremistas dice, por su parte, Pedro S¨¢nchez para referirse a los acuerdos entre el PP y Vox. En la eterna batalla pol¨ªtica por qui¨¦n impone su relato, el partido de Alberto N¨²?ez Feij¨®o explota las cesiones del l¨ªder socialista a Junts y ERC, mientras S¨¢nchez lo hace con las de Feij¨®o a Santiago Abascal. El Tribunal Constitucional, que ha recibido recursos de la izquierda y la derecha contra buena parte de las leyes y medidas derivadas de esos pactos, tendr¨¢ la ¨²ltima palabra, pero, ?cu¨¢l es el l¨ªmite entre el acuerdo o normal negociaci¨®n entre los representantes p¨²blicos y la traici¨®n al programa electoral y al ideario del partido? ?A qu¨¦ formaci¨®n perjudican m¨¢s? ?Qu¨¦ electorado es m¨¢s sensible a los c¨¦lebres ¡°cambios de opini¨®n¡±?
¡°La ¨²nica garant¨ªa¡±, recuerda el polit¨®logo Pablo Sim¨®n, ¡°de un partido para poder cumplir el 100% de su programa electoral es tener mayor¨ªa absoluta¡±. ¡°En el momento en que no es as¨ª, tienes que transaccionar con otros¡±, a?ade. Cualquier pacto pol¨ªtico, se?ala Paco Camas, director de investigaci¨®n de opini¨®n p¨²blica en Ipsos, ¡°implica una cesi¨®n y todos los partidos que han gobernado han tenido que ceder¡±. ¡°La pol¨ªtica est¨¢ hecha para decepcionar porque tiene mucho de contingencia, de adaptarse a las circunstancias¡±, explica.
Pero la interpretaci¨®n que el votante haga de esos pactos puede derivar o no en una penalizaci¨®n electoral. La soci¨®loga Bel¨¦n Barreiro, directora del Instituto 40dB. y expresidenta del CIS, explica: ¡°Las cesiones del PP a Vox no tienen menos coste que las de la izquierda a los independentistas. En ambos casos, los costes se centran en el electorado de bajo perfil ideol¨®gico, que se declara de centro o dice no tener ideolog¨ªa, que es un porcentaje importante de la poblaci¨®n. El n¨²cleo duro no se pierde, pero precisamente lo que determina en unas elecciones que la victoria caiga de un lado o de otro es la movilizaci¨®n y qu¨¦ hacen los indecisos¡±.
Hay ejemplos de cesiones a ambos lados, pero el da?o que provoquen en el voto lo va a determinar el asunto del que trate el pacto y la capacidad para explicarlo. ¡°En los programas electorales ¡ªprosigue Sim¨®n¡ª hay temas nucleares y perif¨¦ricos, en funci¨®n del ADN ideol¨®gico. La amnist¨ªa es un tema nuclear para el electorado independentista, pero para el de izquierdas no es tan relevante. Si Junts pidiera y S¨¢nchez accediera, por ejemplo, a bajar los impuestos a los ricos, el coste ser¨ªa mayor. El asunto de la inmigraci¨®n tambi¨¦n es m¨¢s sensible porque la narrativa del PSOE se construye en torno a la idea de cortar el paso a la extrema derecha porque es racista, y conceder algo en esta materia a Junts, que es identificado como partido racista o que tiene tintes xen¨®fobos para competir con Alian?a Catalana, que seguro s¨ª lo es, es m¨¢s sensible para su electorado. En el caso del PP, que ceda ante Vox en la derogaci¨®n de las leyes de memoria es irrelevante para su votante, pero cuando Juan Garc¨ªa-Gallardo quiso modificar el acceso al aborto en Castilla y Le¨®n, se negaron porque saben que tienen un electorado femenino importante. La derecha sufre cuando hace concesiones a la extrema derecha en materia de g¨¦nero¡±. La soci¨®loga Cristina Monge llama a esto el ¡°per¨ªmetro de seguridad¡± de los partidos: ¡°La dificultad consiste en llegar a un punto de encuentro donde todos los que acuerdan se sientan suficientemente c¨®modos y suficientemente inc¨®modos, sabiendo que no es su propuesta, pero sin violentar a su electorado. El PP pasa ese per¨ªmetro cuando hace suyas pol¨ªticas de la extrema derecha, recortando partidas que tienen que ver con la cooperaci¨®n al desarrollo, atenci¨®n a personas migrantes o a mujeres maltratadas que antes no cuestionaban. Y el PSOE lo hace en este ¨²ltimo pacto porque compra el marco ideol¨®gico a la derecha de control de fronteras y criminalizaci¨®n de la inmigraci¨®n¡±.
La ¡°delegaci¨®n¡± de competencias de inmigraci¨®n
La proposici¨®n de ley org¨¢nica registrada por el PSOE y Junts para la ¡°delegaci¨®n¡± a Catalu?a de ¡°competencias estatales en materia de inmigraci¨®n¡±, cuya aprobaci¨®n est¨¢ pendiente de un complicado tr¨¢mite parlamentario ¡ªPodemos y Comprom¨ªs se oponen¡ª, establece que la Generalitat, ahora presidida por un socialista, tendr¨¢ ¡°las facultades de control de frontera relativas a la ejecuci¨®n de la normativa del Estado sobre devoluci¨®n de personas extranjeras¡± en el territorio, ¡°en colaboraci¨®n con el resto de fuerzas y cuerpos de seguridad¡±, as¨ª como la propuesta de expulsi¨®n en el resto de casos; el control del centro de internamiento de inmigrantes y los permisos de residencia. El Gobierno lo hab¨ªa descartado hasta ahora. ¡°Las materias vinculadas con la expulsi¨®n de los migrantes est¨¢n residenciadas en la Administraci¨®n General del Estado¡±, declar¨® S¨¢nchez hace un a?o. ¡°Las competencias en materia de fronteras e inmigraci¨®n irregular¡±, hab¨ªa afirmado la ministra portavoz, Pilar Alegr¨ªa, ¡°son exclusivas de la Administraci¨®n General del Estado¡±. Tambi¨¦n el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, hab¨ªa asegurado en el Congreso que no eran susceptibles de ¡°ser transferidas o delegadas¡±.
Firmada la proposici¨®n de ley, el Gobierno y Junts interpretan el texto de manera diferente. El Ejecutivo sostiene que el pacto es constitucional porque, aunque el art¨ªculo 149 se?ala que la inmigraci¨®n y el control de fronteras son competencias exclusivas del Estado, el 150.2 permite delegarlas, que no transferirlas, lo que implica que se podr¨ªan recuperar en caso de conflicto. Junts asegura que esa delegaci¨®n es ¡°integral¡±. El partido de Carles Puigdemont tiene un discurso sobre inmigraci¨®n radicalmente opuesto al de la izquierda. Reivindicando la capacidad de expulsar a inmigrantes reincidentes, el secretario general, Jordi Turull, lleg¨® a incluir a los que llevaban ¡°ocho generaciones¡± en Catalu?a, y la formaci¨®n quiere fijar ahora por ley el grado de ¡°catalanidad¡± para poder acceder a los permisos de residencia y trabajo.

No es la primera vez que el Ejecutivo de S¨¢nchez accede a las pretensiones de sus socios de investidura con pactos que implican hacer lo contrario de lo que hab¨ªa dicho, como ocurri¨® con la amnist¨ªa del proc¨¦s, pero esta vez puede hacer m¨¢s da?o al PSOE, seg¨²n los expertos consultados. Paco Camas, de Ipsos, recuerda c¨®mo las encuestas mostraron un efecto ¡°reactivo¡± del electorado socialista a la reforma de los delitos de sedici¨®n y malversaci¨®n en 2022: ¡°Hubo quien se refugi¨® en la indecisi¨®n o la abstenci¨®n e incluso una fuga importante de votos al PP. Los acuerdos con Vox tambi¨¦n suelen perjudicar al PP, pero de un modo diferente desde que desapareci¨® Ciudadanos, porque como la prioridad para ese electorado es echar a S¨¢nchez, todo lo dem¨¢s se vuelve secundario, en la oposici¨®n no es un elemento suficientemente desmovilizador. Otra cosa es en el Gobierno, como le ocurri¨® a Mariano Rajoy, cuya gesti¨®n de la cuesti¨®n catalana termin¨® cost¨¢ndole una escisi¨®n, Vox, y hasta hoy¡±.
El giro de Feij¨®o
El PP ha endurecido su discurso para recuperar a un votante que era suyo antes de la escisi¨®n en un nuevo partido de su ala m¨¢s dura. Feij¨®o, que desde la Xunta criticaba a Pablo Casado por arrimarse demasiado a la extrema derecha ¡ª¡°No hemos sabido decirle a la gente que el PP no tiene nada que ver con Vox. A veces hemos cometido alg¨²n giro que parec¨ªa que ¨ªbamos a hacer un gobierno con Vox y eso ha preocupado a mucha gente¡±, dec¨ªa¡ª, bendijo las alianzas con Abascal cuando, ya como l¨ªder del partido, las necesit¨® para garantizarse poder territorial.
De las 11 comunidades que preside el PP, solo en cuatro lo hace con mayor¨ªa absoluta, obedeciendo a un ¨²nico programa. Si la fotograf¨ªa que mejor resume la debilidad parlamentaria es, en el caso de los socialistas, la de las negociaciones en Bruselas con Puigdemont, en el caso del PP es la del acuerdo de Extremadura entre Vox y la popular Mar¨ªa Guardiola, quien se resisti¨® a pactar con el argumento de que no pod¨ªa dejar entrar en su Gobierno a quien ¡°niega la violencia machista, deshumaniza a los inmigrantes y tira a la papelera la bandera LGTBI¡± y unas semanas despu¨¦s, describ¨ªa a ese mismo partido como ¡°un socio fiable¡±. Cuando Vox, que no el PP, rompi¨® el pasado verano las coaliciones de gobierno auton¨®micas, Guardiola se desentendi¨® de las obligaciones del pacto previo, como la derogaci¨®n de la ley de memoria regional para sustituirla por otra llamada ¡°de concordia¡±. ¡°Estamos aplicando la legislaci¨®n actual¡±, afirmaban desde la Junta, ¡°y vamos a seguir trabajando por la memoria de las personas que fueron asesinadas por sus ideas o por su vinculaci¨®n pol¨ªtica¡±. El proyecto qued¨® enterrado hasta que el PP necesit¨® recientemente los votos de Vox para una serie de medidas fiscales y accedi¨® a derogar la ley de memoria para sustituirla por otra que, seg¨²n dice ahora el consejero de presidencia, Abel Bautista, ¡°evite el enfrentamiento, el revanchismo, los bandos y las cuestiones ideol¨®gicas¡±, adoptando al 100% el argumentario de Vox sobre la materia.
En la Comunidad Valenciana, el PP cedi¨® a Vox, que niega el cambio clim¨¢tico, la presidencia de la comisi¨®n de investigaci¨®n sobre la dana. En el Ayuntamiento de Alicante ha accedido a quitar las partidas destinadas a igualdad, que seg¨²n Vox son ¡°gastos superfluos y derroche de propaganda feminista¡±, para aprobar los presupuestos, as¨ª como a la eliminaci¨®n de sanciones a los veh¨ªculos contaminantes que circulen por la futura Zona de Bajas Emisiones (ZBE).
Los populares han adoptado el ideario de la extrema derecha en Sevilla para sacar adelante las cuentas municipales, reduciendo las partidas destinadas a igualdad, violencia machista o atenci¨®n a los migrantes y suscribiendo convenios con una asociaci¨®n antiabortista. Tambi¨¦n en Valladolid y Zaragoza se firmaron convenios con la fundaci¨®n Red Madre. En un acto con la consejera de pol¨ªticas sociales del Consistorio zaragozano, del PP, la presidenta en la ciudad de esta fundaci¨®n, Rosa Mar¨ªa Marquina, declar¨®: ¡°Hoy por hoy, los que est¨¢n aportando m¨¢s nacimientos no son las mam¨¢s espa?olas, son las mam¨¢s que llegan a Espa?a. Les pedir¨ªa que se piense much¨ªsimo en esos beb¨¦s que nacen en Espa?a porque si no se les ayuda para tener un futuro mejor, lo que vamos a tener es un aumento de quinquis, de pandilleros y que hagan sus guetos. Son ni?os que se est¨¢n perdiendo [...], que van a crecer y van a ser un aumento de delincuencia para este pa¨ªs¡±.
En Burgos, el PP acept¨® en un primer momento la exigencia de Vox de eliminar las ayudas a todas las ONG que asisten a inmigrantes salvo C¨¢ritas a cambio del apoyo de la extrema derecha a los presupuestos. Al enterarse, C¨¢ritas anunci¨® que renunciaba a esas ayudas si no las percib¨ªan tambi¨¦n el resto de organizaciones. Ante el revuelo generado, la alcaldesa popular, Cristina Ayala, dio marcha atr¨¢s. En Ciudad Real, el PP rompi¨® el acuerdo de gobierno con Vox tras no ceder a las presiones para retirar un cuadernillo de colorear que muestra diversos tipos de familia ¡ªincluidas las formadas por personas del mismo sexo¡ª y que se entrega como obsequio a los escolares que visitan el Consistorio. En Santa Cruz de Bezana (Cantabria), la coalici¨®n PP-Vox impidi¨®, como ya hab¨ªan hecho antes las autoridades de Arabia Saud¨ª, Emiratos ?rabes Unidos o Kuwait, la exhibici¨®n de la pel¨ªcula infantil Lightyear, donde hay una escena de un beso entre dos mujeres.
En los pactos de gobierno tras las elecciones auton¨®micas de mayo de 2023, el PP asumi¨® buena parte del catecismo de Vox en materia de memoria, redujo subvenciones a sindicatos y ONG para aumentar las de la caza y la tauromaquia y acept¨®, en algunos casos, el concepto de violencia ¡°intrafamiliar¡± en lugar de ¡°machista¡±. Financial Times atribuy¨® a esos primeros acuerdos que Feij¨®o no lograra una mayor¨ªa suficiente para gobernar: ¡°El PP y los radicales de Vox suministraron ejemplos reales de c¨®mo funcionar¨ªa esa coalici¨®n y a un n¨²mero crucial de votantes no les gust¨® lo que vieron¡±. Citaban la prohibici¨®n de las banderas LGTBI, el negacionismo clim¨¢tico, la censura cultural y la actitud ante la violencia machista. El propio portavoz del PP, Borja S¨¦mper, atribuy¨® entonces a ¡°gestos estramb¨®ticos y frikis¡± de quien aspiraba a ser su ¡°socio de gobierno¡± que muchos de los que pensaban votarles no lo hicieran ¡°ante el riesgo de que Vox pudiera condicionar la pol¨ªtica espa?ola¡±.

¡°Por todo esto¡±, concluye Pablo Sim¨®n, ¡°y aunque suene parad¨®jico, los partidos tienen m¨¢s f¨¢cil pactar con las formaciones con las que comparten potencialmente menos electorado y por eso tradicionalmente el PP y el PSOE han preferido pactar con nacionalistas o regionalistas¡±. Felipe Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar pactaron con CiU y el PNV. Finalmente, advierte el polit¨®logo, siempre est¨¢ presente el riesgo de perder credibilidad, ¡°que es lo que m¨¢s desgasta y lo que hace que activar electoralmente en campa?a al sector menos ideologizado sea m¨¢s dif¨ªcil¡±.
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