Un alga invasora implacable amenaza la biodiversidad, la pesca y el turismo en el sur de Espa?a
Se llama ¡®Rugulopteryx okamurae¡¯, procede de Asia, y su retirada de las playas comienza a ser un gasto extra dif¨ªcil de asumir para los ayuntamientos de M¨¢laga y C¨¢diz
Su capacidad para sobrevivir es portentosa. Habita adherida al fondo rocoso, pero tambi¨¦n es capaz de hacerlo en suspensi¨®n, flotando a la deriva. Se puede reproducir por esporas y tambi¨¦n por esquejes que pueden generar, cada uno, cientos de nuevos individuos. Su multiplicaci¨®n parece infinita si se tiene en cuenta que en apenas un metro cuadrado puede haber miles de ellas. El alga marina Rugulopterix okamurae, original de Asia, lleg¨® a Ceuta en 2015 en las aguas de lastre de alg¨²n barco. Tard¨® solo un a?o en cruzar el estrecho de Gibraltar. Con la ayuda del cambio clim¨¢tico, en menos de una d¨¦cada ha arrasado el fondo marino de buena parte de la costa de C¨¢diz, reduciendo la biodiversidad, golpeando a la pesca comercial y causando problemas al turismo. La Costa del Sol occidental es su nueva v¨ªctima. ¡°El impacto es total¡±, subraya Mar¨ªa Altamirano, catedr¨¢tica de Bot¨¢nica de la Universidad de M¨¢laga. ¡°Es como cuando un incendio arrasa un parque natural, pero como esto no se ve, apenas se act¨²a¡±, explica.
Andaluc¨ªa es, de momento, la regi¨®n m¨¢s afectada del pa¨ªs, pero su presencia empieza ya a convertirse en un problema para diferentes costas tan variadas como Alicante, Almer¨ªa, Canarias, Murcia o Bilbao. La flota pesquera anda desesperada y los ayuntamientos se dejan el presupuesto en eliminar las arribazones que llegan a sus playas, que generan miles de toneladas de residuos. Las cifras hablan solas. Solo en Estepona se han retirado m¨¢s de 18.000 toneladas desde 2020, seg¨²n los datos del Ayuntamiento, que gasta un mill¨®n de euros cada a?o en estos trabajos. En Casares, con apenas 2,2 kil¨®metros de playa, el pasado mes de abril se retiraron 460 toneladas de algas debido al intenso viento de poniente. Su delegada de Playas, Noelia Rodr¨ªguez, asegura que retirarlas supone un ¡°esfuerzo extraordinario¡± tanto de personal como de gasto. Y es algo que ocurre casi a diario, desde Conil hasta pr¨¢cticamente la ciudad de M¨¢laga, m¨¢s de 200 kil¨®metros de costa. Y bajo el mar la especie ya coloniza ¨¢reas protegidas como Cabo de Gata, en Almer¨ªa.
Las investigadoras Sandra Mogoll¨®n, Mariana Zilio, Eva Buitrago, ?ngeles Caraballo y Roc¨ªo Y?iguez han calculado que la Rugulopterix okamurae causa 3,3 millones de euros de p¨¦rdidas a un municipio como Tarifa (que no llega a los 20.000 habitantes y donde en 2020 se retiraron 2.300 toneladas de algas), seg¨²n indican en las conclusiones de su estudio El impacto econ¨®mico de Rugulopteryx okamurae. ¡°Sobre todo en la pesca¡±, afirman las cient¨ªficas, que destacan que su modelo se podr¨ªa aplicar ¡ªcon modificaciones¡ª a otros territorios para contabilizar el impacto global de los sectores pesquero o tur¨ªstico.
La catedr¨¢tica Mar¨ªa Altamirano, vicepresidenta de la Sociedad Espa?ola de Ficolog¨ªa, aclara que ¡°no hay ni un solo funcionario que haya dejado de comer por culpa del alga: donde hay que poner el foco es en el sector pesquero¡±, destaca quien cree que ante la imposibilidad de actuar donde el alga est¨¢ ya asentada, hay que implementar ¡°ya¡± medidas para prevenir que siga distribuy¨¦ndose en otros lugares. El Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica ¡ªque incluy¨® a la especie en el Cat¨¢logo Espa?ol de Especies Ex¨®ticas Invasoras a finales de 2020¡ª puso en marcha en 2022 una estrategia de control, pero no ha tenido demasiado ¨¦xito.
Mientras el turismo todav¨ªa mira de reojo, la flota pesquera lleva a?os dentro de un t¨²nel del que no sabe bien c¨®mo salir. ¡°La especie ha cubierto todas las zonas de hasta 50 metros de profundidad con luz solar en nuestra costa. La transformaci¨®n del ecosistema ha sido bestial¡±, sostiene Nicol¨¢s Fern¨¢ndez, gerente de la Federaci¨®n de Cofrad¨ªas de Pescadores de C¨¢diz. El portavoz relata que el erizo ha desaparecido de Tarifa, como el pulpo de todo el entorno del Cabo de Trafalgar: donde antes se capturaban mil toneladas anuales ahora apenas quedan ejemplares. Hay m¨¢s datos escalofriantes. De las 800 toneladas de pez sable que se capturaban en 2015 se pas¨® a 600 kilos en 2019, reducci¨®n similar a las de especies como el voraz.
La flota compite en un caladero cada vez m¨¢s peque?o y esquilmado porque en el resto de la costa pescan algas en vez de peces. Luego pasan semanas enteras limpiando las redes. O las tienen que tirar y gastar 3.000 euros en comprar nuevos aparejos. Por eso muchas embarcaciones acaban en el desguace. No rentan. La Junta de Andaluc¨ªa ha ofrecido ayudas puntuales, pero la flota pide m¨¢s recursos de investigaci¨®n, instrucciones claras sobre c¨®mo actuar o que les permitan modificar su actividad. Quieren dirigirla a la pesca del at¨²n, especie que aseguran se ha recuperado ¡°enormemente¡± e incluso ¡°ya tiene una comunidad residente en el Estrecho¡±. ¡°Este es un tema muy grave en el que las administraciones han hecho dejaci¨®n de funciones¡±, sostiene Fern¨¢ndez.
Miles de toneladas al a?o
¡°Es un disparate. Un aut¨¦ntico desastre¡±, insiste Daniel G¨®mez, concejal de Playas de Mijas, localidad malague?a donde solo el a?o pasado retiraron m¨¢s de 4.000 toneladas de esta especie invasora de sus 14 kil¨®metros de costa. G¨®mez afirma que, de momento, su descomposici¨®n genera malos olores y atrae piojos marinos, pero que el turismo todav¨ªa no se ve afectado ¡°porque se realiza un enorme esfuerzo para mantener todo limpio¡±. ¡°Un d¨ªa limpias y a la ma?ana siguiente vuelve a estar todo inundado. Y lo peor es que esto ha llegado para quedarse¡±, subraya el edil. Los operarios de Marbella, por ejemplo, arrancan sus jornadas a las cinco de la madrugada con un arsenal de maquinaria con el objetivo de dejar las playas limpias cada d¨ªa. Las m¨¢s afectadas son las de San Pedro Alc¨¢ntara, Nueva Andaluc¨ªa, Fontanilla y Cabopino, donde eliminar las arribazones ¡ªun millar de toneladas de media anual¡ªha supuesto ya m¨¢s de tres millones de euros de gasto, seg¨²n fuentes municipales.
A veces hay tantas que es imposible quitar todos los restos org¨¢nicos, lo que para el Ayuntamiento ¡°puede generar una mala imagen de las playas, tanto para vecinos como para turistas, y puede suponer tambi¨¦n un problema para los servicios de playas como hamacas o chiringuitos¡±. A municipios como Benalm¨¢dena, Torremolinos o M¨¢laga solo llegan algunos peque?os arribazones de manera puntual, pero todo hace indicar que pronto tambi¨¦n deber¨¢n acostumbrarse a ellas. Tambi¨¦n a incorporar a sus presupuestos anuales la limpieza de playas por culpa de esta especie invasora, as¨ª como el gasto que supone su traslado a los centros de tratamiento.
Cada localidad ha gestionado durante estos a?os la recogida de algas a su manera, pero desde marzo la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol se ha hecho cargo de su transporte hasta el Centro Ambiental de Casares, reduciendo el alto gasto municipal: deben pagar 42 euros por cada tonelada. Hasta ahora all¨ª se trataba como cualquier otro residuo s¨®lido urbano ¡ªpor eso no hay ni estad¨ªsticas¡ª pero ahora se manejar¨¢ como residuo de poda sucio. Ello permitir¨¢ elaborar compost, venderlo y recuperar algo de dinero. Tambi¨¦n hay investigaciones para utilizar el alga como elemento de construcci¨®n para cosm¨¦tica o incluso para calzado, aunque aun sin demasiado ¨¦xito.
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