Los partidos de la muerte

Mientras Europa y China van saliendo del confinamiento, el coronavirus se extiende por Am¨¦rica y el resto del mundo a raz¨®n de 150.000 contagios nuevos cada d¨ªa. La pandemia no ha terminado y la crisis econ¨®mica apenas ha comenzado. Conforme los organismos internacionales constatan que lo peor est¨¢ por llegar, las seguridades se derrumban y los mandatarios del mundo exhalan un estado de ¨¢nimo parecido al de los se?ores de la guerra de Juego de Tronos ante la llegada del temido largo invierno.

Lo que se acerca, de momento, es una gran batalla ideol¨®gica. Hasta ahora ha triunfado de alg¨²n modo la respuesta humanista a la crisis: las vidas antes que la econom¨ªa. Proteger a los m¨¢s vulnerables fue la consigna que se impuso ante los primeros titubeos acerca de si estaba o no justificado detener la econom¨ªa para evitar muertes. Ese debate va a volver. Las prisas por salir del confinamiento delatan una creciente presi¨®n para reorientar el discurso, especialmente de cara a una segunda posible segunda oleada en oto?o.

Gestionar pol¨ªticamente la crisis econ¨®mica puede ser m¨¢s complicado que gestionar la pandemia. Con todas sus limitaciones, la ciencia m¨¦dica es m¨¢s segura que la econ¨®mica y la batalla por redefinir los marcos mentales de esta crisis ha empezado ya. Angela Merkel lo ha advertido con su habitual lucidez: ¡°No debemos ser ingenuos. Las fuerzas antidemocr¨¢ticas y los movimientos radicales autoritarios est¨¢n esperando una crisis econ¨®mica para utilizarla pol¨ªticamente¡±. El PP se lo barrunta y por eso se pone a rueda de la estrategia crispante y mentirosa de Vox.

Esas fuerzas intentar¨¢n aplicar la misma estrategia que en la recesi¨®n de 2008, pero esta vez no podr¨¢n decir que la crisis es consecuencia de haber vivido por encima de nuestras posibilidades. Al contrario, la pandemia pone al descubierto las fragilidades de un sistema que aumenta las desigualdades. En 2008 el presidente franc¨¦s Nicolas Sarkozy lleg¨® a decir que hab¨ªa que refundar el capitalismo. Ahora Emmanuel Macron ha creado una comisi¨®n. Los 26 economistas que la componen han recibido el encargo de plantearse nada menos que repensar el mundo. Si alguna cosa tiene Macron es olfato pol¨ªtico. Sabe en qu¨¦ direcci¨®n sopla el viento y el viento trae ahora un rumor de cambio y contestaci¨®n que puede convertirse en hurac¨¢n.

Si hace unos a?os se repet¨ªa que no hab¨ªa alternativa al capitalismo, ahora se constata que en su actual deriva nos aboca al desastre social y ambiental. Ha sido un golpe observar que a pesar de haberse paralizado la econom¨ªa, las emisiones de gases de efecto invernadero apenas se han reducido en un 17%. ?Qu¨¦ habr¨¢ que hacer para eliminar el restante 83%? De momento se ha destinado alrededor del 10% del PIB global a paliar sus efectos inmediatos del par¨®n econ¨®mico, pero informes de la Reserva Federal norteamericana prev¨¦n que el desempleo escale hasta el 30%, algo inimaginable hace solo unos meses. No se sabe cu¨¢ntas de las empresas en crisis podr¨¢n recuperase. La digitalizaci¨®n se acelera y ahora se plantea con m¨¢s claridad que el actual sistema de reparto del trabajo y de redistribuci¨®n de la riqueza no permite una respuesta equitativa a la crisis.

En la batalla que viene se medir¨¢n las fuerzas de uno y otro lado del muro. En su libro La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre, Naomi Klein sosten¨ªa en 2007 que las pol¨ªticas econ¨®micas promovidas por Milton Friedman y el neoliberalismo se hab¨ªan impuesto en Occidente porque hab¨ªan sabido aprovechar las crisis para impulsar los cambios estructurales que han dado lugar al actual sistema. El soci¨®logo y activista norteamericano Peter Frase escribe en Jacobin que ha llegado la hora de contraponer un ¡°socialismo del desastre¡± a ese ¡°capitalismo del desastre¡± que practica el neoliberalismo, y plantear la crisis causada por la pandemia y la emergencia clim¨¢tica como un revulsivo para impulsar un cambio de sistema. ¡°A medida que se intensifica la pandemia de Covid-19, en la disyuntiva entre p¨¦rdida de ganancias y p¨¦rdida de vidas, nuestras clases dominantes eligen la muerte¡±, escribe sobre la gesti¨®n de Trump. En su libro Cuatro futuros, Frase sostiene que la pregunta no es si el capitalismo puede salvarse, porque no puede, sino cu¨¢l de los escenarios posibles acabar¨¢ imponi¨¦ndose. Seg¨²n el autor, la izquierda debe pasar a la ofensiva con propuestas de cambio que ahonden en las pol¨ªticas de justicia social, pol¨ªticas radicales en el sentido de ir a la ra¨ªz del problema. Y considera urgente hacerlo porque esta no es la ¨²nica soluci¨®n radical que se ofrece. La de los partidos de la muerte tambi¨¦n lo es.

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