La m¨²sica de Xavier Cugat calienta el Grec
Recordar a este personaje hist¨®rico siempre es un acierto y a¨²n m¨¢s por estos pagos en los que parece que ya todos han olvidado su nombre y m¨¢s aun su m¨²sica
Noche calurosa de verano en un teatro Grec sumido en esa normalidad que ser¨¢ nueva o simplemente anormal pero de la que no vamos a escapar tan f¨¢cilmente como pens¨¢bamos. M¨¢s que normalidad lo que imperaba el martes en Montju?c era la naturalidad tanto en el acceso al recinto con cuentagotas (ninguna aglomeraci¨®n), las conversaciones previas tras la mascarilla o el embarque aeron¨¢utico al anfiteatro. Una vez dentro, y es de agradecer, casi todas las mascarillas permanec¨ªan en su lugar. Solo una minor¨ªa de inc¨ªvicos desconsiderados, a los que los acomodadores no llamaban la atenci¨®n, la utilizaban para taparse el pescuezo.
Recordar a este personaje hist¨®rico siempre es un acierto y a¨²n m¨¢s por estos pagos en los que parece que ya todos han olvidado su nombre y m¨¢s aun su m¨²sica. Un personaje que encaja perfectamente en el t¨®pico del profeta y su tierra: mientras que en los Estados Unidos (y tambi¨¦n en el resto de Am¨¦rica) no se le erigen estatuas porque al ser de Girona seguro que se le puede encontrar un pasado esclavista (ya se sabe: todos los catalanes lo tenemos) por aqu¨ª, tal vez precisamente por ser de Girona, lo tenemos abandonado en el pozo del olvido (podr¨ªa ser el t¨ªtulo de una de sus canciones).
Cugie es uno de esos personajes hist¨®ricos que acumula todos los t¨®picos: de los inicios de una vida aventurera a un encadenado explosivo de relaciones de pareja concluyendo con un precioso Rolls Royce vintage aparcado ante la puerta de lo que entonces era el Hotel Ritz barcelon¨¦s. ?Su m¨²sica? Sobre ese punto pr¨¢cticamente nadie estar¨ªa dispuesto a romper una lanza en su favor. Solo por esa raz¨®n este espect¨¢culo de largo nombre (que requiere un subt¨ªtulo en catal¨¢n para que podamos relacionar el original en ingl¨¦s con Cugat) ya merece todos los elogios.
Si tenemos en cuenta el programa de mano virtual (?una nueva moda o ahorros municipales?) se trataba de Teatro Musical pero la parte teatral, si se le puede llamar as¨ª, era m¨ªnima, m¨¢s bien una peque?a an¨¦cdota entre canciones excesivamente par¨®dica y superficial que nos pod¨ªamos haber ahorrado sin problemas. Divertido el vestuario de Anna Moliner y poco m¨¢s.
Por suerte la m¨²sica compens¨® todas las carencias esc¨¦nicas convirtiendo la velada en un bombazo. Un t¨®rrido pu?ado de temas de esos que est¨¢n clavados en la historia de cualquiera que tenga m¨¢s de cincuenta a?os, de El Manisero o Siboney a Historia de un amor o Me lo dijo Adela. Servidos en magn¨ªficos arreglos por una big band impecable dirigida por David Pastor que se luci¨® en algunos solos de trompeta. El trabajo que Pastor esta haciendo con la orquesta del Taller de M¨²sics es francamente encomiable. Magn¨ªficas tambi¨¦n las tres voces de la orquesta, no tanto la de Moliner, no porque no cante bien sino por el exceso de parodia que imprimi¨® a sus interpretaciones.
M¨²sica altamente contagiosa para levantarle los ¨¢nimos y hacerle olvidar la mascarilla (y todo lo que significa) a cualquiera.
I sing a song about bananas. Una nit tropical d¡¯homenatge a Xavier Cugat
Original Jazz Orquestra del Taller de M¨²sics.
David Pastor, direcci¨®n.
Saphie Wells, Eva del Canto y Antonio Navarro, voces.
Anna Moliner, Xavier Ruano y Ferran Vilajosana, actores.
Ester Nadal, direcci¨®n esc¨¦nica.
Helena Tornero, dramaturgia.
Teatre Grec, 28 de julio.
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