La pandemia empuja a los manteros a la recogida de chatarra
Los 700 vendedores ambulantes de Barcelona intentan buscar alternativas tras la ca¨ªda del turismo
Las calles se han vaciado de manteros. La pandemia ha acabado con el turismo y, fruto de la falta de visitantes, centenares de vendedores ambulantes ilegales han comprobado c¨®mo su ¨²nica manera de conseguir ingresos desaparec¨ªa. Los m¨¢s de 700 vendedores que plantaban habitualmente la manta en el centro de Barcelona han tenido que reinventarse en un mercado laboral inexistente al no disponer de papeles. Decenas de manteros se han reconvertido en chatarreros, seg¨²n explica el Gremio de Recuperaci¨®n de Catalu?a. Otros intentan ganarse el jornal en las campa?as de la fruta.
Ali, nacido en Senegal, tiene 33 a?os. La noche del pasado 4 de julio dorm¨ªa entre unos cartones en un porche junto a la sede de los Castellers de Lleida. Hac¨ªa pocos d¨ªas que hab¨ªa abandonado Alicante, donde se ganaba la vida vendiendo camisetas falsificadas de f¨²tbol sobre una manta. En Lleida buscaba trabajo recogiendo fruta al igual que centenares de manteros procedentes de Barcelona, la Costa Dorada, el Maresme¡ Con la covid a duras penas se ven manteros en unas calles vaciadas por la crisis sanitaria.
Lamine Sarr es mantero y uno de los portavoces del autoproclamado Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de Barcelona. Sarr define la situaci¨®n actual: ¡°Las Administraciones no nos consideran ciudadanos. Los due?os de los restaurantes ahora lo est¨¢n pasando mal y eso que ganaban mucho dinero ?imag¨ªnate c¨®mo debemos estar nosotros?¡±. Sarr sostiene que la balanza vuelve a estar en contra del eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil: ¡°Los que pagan IVA, IRPF¡ pueden recibir ayudas. Nosotros que somos tambi¨¦n vecinos de Barcelona y pagamos impuestos indirectos no recibimos nada. El Estado sigue queriendo que seamos mano de obra barata y por eso ahora nos buscamos la vida en el campo o recogiendo chatarra¡±.
El pasado mes de marzo los manteros crearon un banco de alimentos propio para ayudarse entre el colectivo. Llegaron a repartir comida a 300 familias que antes viv¨ªan exclusivamente de la venta ilegal. Despu¨¦s, aprovecharon que una decena de manteros crearon la marca Top Manta y ahora venden de forma legal camisetas y otra ropa con sus dise?os en una peque?a tienda del Raval para, con la peque?a infraestructura que tienen, fabricar batas y mascarillas para hospitales. ¡°Despu¨¦s de todo ese sacrificio no nos dan ni el derecho al ingreso m¨ªnimo vital¡±, denuncia Sarr.
Cada tarde, media docena de manteros intentan vender alguna camiseta en la plaza Catalunya de Barcelona. ¡°Es il¨®gico, puedes estar d¨ªas sin hacer ninguna venta y expuestos a que venga la polic¨ªa. Esta situaci¨®n no se acabar¨¢ si no se modifica la ley de extranjer¨ªa¡±.
Amadou Diallor, tambi¨¦n de nacionalidad senegalesa, lleva a?os trabajando como chatarrero en Barcelona. Fue uno de los fundadores de la chatarrer¨ªa municipal, clausurada hace unos meses, pero sigue dedic¨¢ndose al reciclaje de metales. ¡°Ahora veo a much¨ªsimos compatriotas dedic¨¢ndose a la chatarra que antes eran manteros¡±, explica. Victoria Ferrer, la directora del Gremio de Recuperaci¨®n de Catalu?a ¡ªantiguo Gremio Sindical Provincial de Chatarreros¡ª asegura que antes de la crisis del coronavirus hab¨ªa m¨¢s de 33.000 personas dedicadas exclusivamente a la venta particular de chatarra. ¡°Ahora hay muchos m¨¢s y m¨¢s problemas a?adidos. Por un lado, sigue habiendo la misma cantidad de chatarra y por otro, el precio de los metales se ha desplomado¡±, mantiene.
Mame Mor fue mantero durante muchos a?os y ahora trabaja como barrendero. ¡°Si no llega a ser por los servicios sociales y por las ayudas, no s¨¦ qu¨¦ hubiera sido de muchos de mis compa?eros ¡ªexplica sobre la solidaridad entre el colectivo¡ª. Ha habido manteros que se han ido a trabajar a la oliva a Ja¨¦n y han vuelto sin haber trabajado porque el problema en Espa?a es que sin papeles no puedes trabajar¡±.
La activista leridana Nogay Ndiaye asegura que el pasado verano conoci¨® en el Segri¨¤ a decenas de manteros que fueron a buscarse la vida recogiendo fruta. ¡°El problema no es nuevo pero sin ayudas, ni permiso de residencia y con todo parado creyeron que en Lleida estaba la ¨²nica salida. No todos lo consiguieron y ahora siguen sobreviviendo en otras campa?as de fruta que no siempre respetan los derechos de estos humanos¡±, lamenta.
La cooperativa de exmanteros se mantiene
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