Tormentas el¨¦ctricas e iron¨ªa en el BAM
Viva Belgrado ponen el m¨²sculo e Hidrogenesse su fino humor distante en la segunda noche de fiestas
La m¨²sica este a?o, segundo pand¨¦mico en fiestas, tiene al BAM como reclamo musical para el centro de la ciudad, donde despliega tres de sus cuatro escenarios en torno a las Ramblas. Eso permiti¨® comprobar que el viernes noche las terrazas volv¨ªan a estar repletas de turistas, quiz¨¢s no los suficientes, nunca llueve a gusto de todos, pero con un nuevo hit entre los dedos: unos brebajes de vivos colores propios de sem¨¢foros marcianos que se consumen en copas descomunales y con unas ca?as que parecen p¨¦rtigas que sugieren beber en pie. Ese mundo es uno de los que se reflejan con iron¨ªa en la m¨²sica de Hidrogenesse, que junto con los cordobeses Viva Belgrado, se coronaron como referentes de la segunda noche musical de la Merc¨¨ 2021.
Pero yendo por orden cronol¨®gico, abri¨® plaza en uno de los escenarios del Moll de La Fusta Juicy Bae, una joven sevillana cuyo trap hizo temblar las mascarillas de su p¨²blico, tan joven como ella, mediante unos bajos que tambi¨¦n hac¨ªan mella en las meninges. Concierto resuelto con solvencia y despachado con aires de diva de la calle, que como tal se cambi¨® de vestuario parando la actuaci¨®n, el primer atav¨ªo, verde y deconstruido, evoc¨® a un anuro mudando de piel. Juicy, voz con autotune y con apariencia de desinter¨¦s en su tono, algo muy propio en el estilo, hizo que sus seguidoras, ellas otra vez mayor¨ªa en un concierto de trap, olvidasen las sillas. Que lo hiciesen de las mascarillas lo evitaba un eficiente equipo que reconven¨ªa su media asta y evit¨® que se fumase, fuese lo que fuera. Y como hac¨ªa falta reserva, como en todos los conciertos, y la previsi¨®n resulta en muchos casos imprevisible, bastante p¨²blico se arracim¨® en el paseo para seguir el concierto, y cuando son¨® Mami d¨®nde est¨¢s, all¨ª no hubo ley. Imposible poner puertas al campo.
Tampoco en la Pla?a dels ?ngels, donde pese a que este a?o no hay escenario, se concentr¨® una multitud de bolsillo haciendo sus cosillas. Entre ellas fumar tantos porros por metro cuadrado que en busca del concierto de Viva Belgrado cruzarla instalaba en el rostro, s¨®lo por el mero hecho de respirar, una expresi¨®n de pasmada beatitud. Suerte que los cordobeses limpiaban cualquier enajenamiento con un concierto tirante como la piel de una pandereta. M¨¢s hardcores, intensos y directos que disco, abrieron con piezas de su ¨²ltimo trabajo para acabar sumergi¨¦ndose en su pasado. Cabezazos al aire, guitarras en combusti¨®n, bajista de espalda al p¨²blico, acentos de ritmo que ca¨ªan como tormentas y un sonido potente y matizado para coronar al cuarteto mediante un concierto espl¨¦ndido.
Menos f¨ªsicos, m¨¢s ir¨®nicos, m¨¢s festivos, m¨¢s sutiles, pero igual de espl¨¦ndidos, Hidrogenesse recibieron el reconocimiento de las fiestas en el otro escenario del Moll de la Fusta, casi a los pies del descomunal yate Al Raya, un edificio tumbado de 110 m de eslora en el que seguro no se beben brebajes con p¨¦rtiga. E Hidrogenesse, vestidos como artistas con estilo, cantaban en Vuelve conmigo a Italia: ¡°?Crees que podremos encontrar/una discoteca cutre y barata?¡±. Su mordacidad ganaba enteros cerca del yate, como cuando atacaban No hay nada m¨¢s triste que lo tuyo, Ellos sobrevivir¨¢n o, cerca de Col¨®n como estaban, afirmaban que el almirante fue una mujer ¡°porque no se ha encontrado su partida de nacimiento, un detalle muy femenino¡±, dijeron parafraseando en ¡°SUS¡± a la escritora Mar¨ªa Dolores de la Fe, que expuso esta teor¨ªa en el Direct¨ªsimo de Jos¨¦ Mar¨ªa ??igo en los setenta. Imposible no rendirse ante un mundo visto as¨ª.
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