Las hermanas Lisbon toman la palabra
¡®Aquell d¨ªa t¨¨rbol¡¡¯, que Al¨ªcia Gorina estrena en el Lliure, recupera la historia de la pel¨ªcula ¡®Las v¨ªrgenes suicidas¡¯ pero desde el punto de vista femenino
La sala Fabi¨¤ Puigserver del Lliure de Montju?c abre la temporada el pr¨®ximo 14 de octubre con la reapropiaci¨®n que han hecho la directora Al¨ªcia Gorina y la dramaturga Eleonora Herder de la pel¨ªcula de Sofia Coppola Las v¨ªrgenes suicidas, 20 a?os despu¨¦s del estreno. El montaje, al que han bautizado Aquell d¨ªa t¨¨rbol que vaig sortir d¡¯un cinema de l¡¯Eixample i i vaig decidir convertir-me en un om (en cartel hasta el 14 de noviembre), protagonizado por cinco actrices adolescentes salidas de un exigente casting, da voz a esas chicas de las que se habla en la pel¨ªcula (y en la novela original, de Jeffrey Eugenides, de 1993) sin que ellas lleguen a decir casi ni una palabra. La historia original nos sit¨²a en Detroit, en los a?os 70, en la familia Lisbon, terriblemente conservadora, con cinco hijas adolescentes que se plantean suicidarse despu¨¦s de que sus padres las encierren en casa para protegerlas.
La directora, que reconoce que la pel¨ªcula la marc¨®, explica que, cuando la vio, no cay¨® en la cuenta de que las (presuntas) protagonistas, pr¨¢cticamente ni hablaban: ¡°Ellas son objetos, en la pel¨ªcula¡±, comenta. ¡°Aqu¨ª les hemos dado voz para convertirlas en sujetos de su propia historia¡±. Herder buce¨® en la novela para revelar que, de casi 300 p¨¢ginas, las ni?as hablan, entre todas y a lo largo de todo el libro, lo que cabr¨ªa en una p¨¢gina. ¡°El resto, o sea todo, es la visi¨®n que aportan personajes masculinos. ?Pues aqu¨ª se pasan dos horas hablando ellas!¡±, subraya la dramaturga. ¡°Deconstruimos el cine tradicional, con una visi¨®n heterosexual y masculina, y le damos la vuelta¡±.
Gorina reconoce en la obra referentes como sus creaciones Watching Peeping Tom (una reflexi¨®n sobre pel¨ªculas turbadoras) o de Puputytt?, la chica conejita, de Saara Turunen (tambi¨¦n muy feminista y adolescente), pero lo tiene claro: ¡°No se trata de criticar la pel¨ªcula, sino de explicar lo que no cuenta¡±, apunta. ¡°Hemos creado una obra a partir de otra preexistente en la que hemos detectado la ausencia de algo importante. Y hemos llenado ese vac¨ªo¡±. Para ello han contado con Alicia Falc¨®, Roc Mart¨ªnez, Blau Granell, Abril Pinyol y Lea Torrents, actrices muy j¨®venes salidas de una audici¨®n muy exigente entre m¨¢s de 300 chicas. ¡°No representan a toda su generaci¨®n¡±, aclara Gorina, ¡°porque entonces estar¨ªamos ante un estereotipo, ante un anuncio de Benetton. Y no. En el casting hemos buscado a actrices que aporten a la obra¡±. Se trataba de llenar ese vac¨ªo.
En el mes de mayo, las cinco seleccionadas estuvieron reunidas durante 10 d¨ªas con el equipo. ¡°Fueron 10 d¨ªas fundamentales¡±, explica Lea Torrents. ¡°Nos hicieron entrevistas a fondo en las que dejamos ir cosas muy nuestras que luego Leo [Herder] ajust¨® en el guion. Pero lo importante fue que nos tuvieran tan presentes en el proceso de creaci¨®n¡±, a?ade, ante el asentimiento de las otras cuatro. Roc va m¨¢s all¨¢, incluso: ¡°Cuando tienes la oportunidad de hablar de ti misma, empiezas a darte cuenta de qui¨¦n eres. Y esto da un poco de miedo pero, sobre todo, es guay¡±.
La obra, a partir de esa feminidad irreal e idealizada de la pel¨ªcula, muestra c¨®mo ha cambiado el mundo en estos 20 a?os. ¡°Ahora la sociedad se est¨¢ reestructurando alrededor de movimientos de activistas que, en muchos casos, son muy j¨®venes, incluso adolescentes¡±, dice la directora. El cambio clim¨¢tico, los abusos sexuales, cuestiones de g¨¦nero, la familia¡ Son muchos los argumentos que han aportado para llenar ese vac¨ªo de la pel¨ªcula. Y, sobre todo, el encierro al que est¨¢n sometidas las ni?as no es f¨ªsico, como en la versi¨®n cinematogr¨¢fica: ¡°Aqu¨ª no est¨¢n encerradas en ninguna casa. Est¨¢n encerradas en sus cuerpos¡±, adelanta Gorina.
La presencia de los veteranos Joan Carreras y Mia Esteve, interpretando no solo a los padres de las ni?as, sino a m¨¢s personajes adultos, permite plasmar en el escenario el di¨¢logo y el conflicto intergeneracional. ¡°Los adultos ya nos hemos reivindicado bastante desde el poder. No estamos aqu¨ª para dignificarnos, sino para darles voz a ellas¡±, sostiene Carreras, categ¨®rico y con admiraci¨®n hacia sus jovenc¨ªsimas compa?eras de reparto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.