C¨®mo adquirir un mamut, enviarlo a casa y montarlo
EL PA?S sigue el proceso de ensamblado del espectacular esqueleto de paquidermo prehist¨®rico adquirido por Cosmocaixa para su colecci¨®n
Si pegabas la oreja a las tres grandes cajas de madera con el letrero de ¡°fr¨¢gil¡± y le echabas imaginaci¨®n o¨ªas como un rumor lejano de poderosos pasos acolchados en la tundra. Entre la expectaci¨®n y el temor, daban ganas de gritar como el guerrero prehist¨®rico Naoh de La guerra del fuego, la novela de J. H Rosny (seud¨®nimo de los dos hermanos belgas Boex) que dio origen a la pel¨ªcula de Jean-Jacques Annaud En busca del fuego: ¡°?Los mamuts son fuertes!, ?el gran mamut es m¨¢s fuerte que los otros!: ?¨¦l aplastar¨ªa al tigre y al le¨®n como gusanos, derribar¨ªa a diez uros de un golpe de su poderoso pecho! ?Nosotros somos amigos del gran mamut!¡±.
Las cajas, arribadas al CosmoCaixa de Barcelona, conten¨ªan, en efecto, un mamut (a trozos). Uno de esos poderosos animales emblem¨¢ticos de la prehistoria, el icono de la Edad del Hielo. El extinto paquidermo peludo y de impresionantes defensas curvas tan representativo del pasado remoto como el T. Rex, monarcas cada uno de sus respectivos reinos perdidos. Al mamut uno siempre lo imagina abrigado, salvaje y melanc¨®lico caminando pesadamente hacia el crep¨²sculo. Ante las cajas cab¨ªa recordar tambi¨¦n el pasaje de otra novela, El clan del oso cavernario, de Jean M. Auel, cuando Ayla, la protagonista, contempla boquiabierta la manada de enormes criaturas, una descripci¨®n muy exacta: ¡°Los mamuts lanudos estaban bien adaptados al rudo clima periglacial de su fr¨ªo entorno. Sus gruesas pieles estaban protegidas por un forro denso de pelos suaves y una cubierta de pelos ¨¢speros, largos, de un moreno rojizo, de hasta cincuenta cent¨ªmetros de largo. Adem¨¢s, estaban aislados por una gruesa capa de grasa subcut¨¢nea de unos ocho cent¨ªmetros. Eran compactos y med¨ªan un promedio de tres metros de alto hasta la cruz. Sus enormes cabezas, grandes en proporci¨®n con su estatura general y casi la mitad de largas que el tronco, se ergu¨ªan por encima de los hombros en forma de c¨²pula puntiaguda. Sus orejas eran peque?as, sus rabos cortos y sus trompas relativamente cortas. Presentaban una alta joroba de grasa acumulada en la cruz. Sus lomos se inclinaban abruptamente hasta la pelvis. Pero lo m¨¢s impresionante eran sus largos colmillos arqueados¡±.
Todo eso hab¨ªa en las cajas. E iban a abrirlas.
Al frente de la operaci¨®n estaba, vestido como para una secuela de Parque Jur¨¢sico, ?lex P¨¦rez Jim¨¦nez, curator de CosmoCaixa responsable de exposiciones de ciencia, acompa?ado por la t¨¦cnica en conservaci¨®n Imma Mach¨ª, en bata blanca. Hab¨ªa nervios en el aire. ¡°Vamos a ver si est¨¢ todo¡±. Los operarios del transporte, de la firma Feltrero, levantaron la tapa de la primera caja tras sacar unos tornillos. Entre bolsas rellenas de material de protecci¨®n de embalaje se pod¨ªan ver objetos alargados envueltos cuidadosamente. ¡°Esto parecen costillas¡±. La conservadora tomaba fotos. ¡°Vaya, no hay packing list, deducimos que aqu¨ª van la cabeza y las defensas¡±.
Cosmocaixa, el museo de la ciencia de la Fundaci¨®n La Caixa, ha adquirido en EE UU el ejemplar de mamut que ha viajado en las cajas. Es un esqueleto completo, que va a ser el centro de una gran exposici¨®n itinerante sobre estos animales y que luego se quedar¨¢ en la sede barcelonesa como una de las grandes atracciones de la colecci¨®n`permanente. La muestra Mamut. El gigante de la Edad de Hielo, se ver¨¢ en CaixaForum Sevilla del 1 de diciembre al 10 de abril y en CaixaForum Zaragoza de mayo a septiembre. Reci¨¦n llegado de EE UU a trozos y antes de partir para Sevilla, el esp¨¦cimen ha recalado en Barcelona para ser montado a fin de examinar que todo encaje bien, y que no les hayan dado gato por mamut. La operaci¨®n ha requerido tres d¨ªas de trabajo minucioso, tras los cuales el mamut ha sido vuelto a desmontar y embalado de nuevo, con la tranquilidad de que todo est¨¢ correcto.
¡°Aunque hablamos de un mamut, en realidad puede que haya huesos de m¨¢s de uno¡±, se?alaba durante el desembalaje P¨¦rez Jim¨¦nez, que es quien se ha encargado de conseguir el animal. ¡°Procede originariamente de un sitio donde aparecieron muchos huesos y lo extrajeron cazadores de f¨®siles, no fue un levantamiento paleontol¨®gico¡±. En todo caso, ¡°el grado de originalidad del f¨®sil es muy alto¡±, y es un magn¨ªfico ejemplar. ¡°Un mamut lanudo (Mammuthus primigenius, de hace entre 50.000 y 40.000 a?os, de la zona del r¨ªo Irtish, en la regi¨®n de Tium¨¦n, en Siberia occidental; no sabemos el a?o del hallazgo¡±, se?alaba el especialista. El esqueleto no tiene apenas partes reconstruidas, excepto el encaje de las defensas en la cabeza y alguna falange.
No ha viajado desde Siberia, sino desde Tucson, donde estaba a la venta en el almac¨¦n de un paleont¨®logo ruso afincado en la localidad, que es donde se celebra una famosa feria paleontol¨®gica y mineral¨®gica en la que puedes adquirir desde meteoritos a pterod¨¢ctilos. ¡°Son como las Galer¨ªas del Tresillo de los f¨®siles¡±, se?alaba el curator. ¡°Tienen hasta tiranosaurios, estegosaurios y triceratops¡±. El mamut se ha comprado a trav¨¦s de la empresa GeoDecor, especialista en suministrar f¨®siles excepcionales a coleccionistas y museos. ?Y cu¨¢nto cuesta un mamut? ¡°Este, 480.000 euros, precio de mercado, lo justo para un ejemplar tan bueno¡±. El precio es ¡°con transporte incluido¡±, vamos, el mamut puerta a puerta.
¡°Lo vimos en fotos, era justo lo que quer¨ªamos y a un precio razonable¡±, continuaba el cient¨ªfico. ¡°Un mamut as¨ª es un activo important¨ªsimo para un museo como CosmoCaixa, siempre hab¨ªamos querido tener uno, son unos animales impresionantes y que caen simp¨¢ticos¡±. ?Cotizan al alza los mamuts? ¡°No sabr¨ªa decir, es la primera vez que compramos uno, pero es un hecho que los dinosaurios, por ejemplo, suben de precio; por el T. Rex Stan se han pagado m¨¢s de veinte millones, y hay duras pugnas en las subastas por los ejemplares notables¡±. El mamut de CosmoCaixa, que no tiene nombre ni se lo pondr¨¢n (aunque podr¨ªa haber sido Manny, como el de Ice Age), mide 3,5 metros de alto por 6 de largo (un buen tama?o para mamut lanudo) y parece ser un macho. No requiere conservaci¨®n.
Los mamuts, que no son los ancestros de los elefantes actuales sino que comparten un antepasado com¨²n con ellos, entraron en barrena hace 11.000 a?os y desaparecieron definitivamente -por distintas razones entre las que se mencionan el cambio clim¨¢tico y la presi¨®n cineg¨¦tica humana- hace tan s¨®lo unos 4.000 a?os, pues en esas fechas quedaba a¨²n una peque?a poblaci¨®n enana en la isla de Wrangel, en el ¨¢rtico ruso. Los mamuts, de los que se cuentan hasta 11 especies, aparecieron en ?frica hace 5 millones de a?os y salieron de all¨ª hace 3,5 millones. Hace 40.000 a?os y durante los siguientes 20.000 a?os los mamuts lanudos vagaron por Eurasia y luego cruzaron por el helado estrecho de Bering hacia Alaska.
El actual elefante asi¨¢tico es el pariente vivo m¨¢s cercano al mamut. En Siberia se han conservado mamuts intactos congelados en el permafrost. Lo que ha permitido apreciar c¨®mo era el pelaje (tres capas) e incluso que pose¨ªan un pliegue de piel en el ano para evitar la congelaci¨®n (eran tiempos duros y fr¨ªos). Hay quien incluso ha probado su carne. No es filete de ternera. Sabe tan fuerte que se usa como cebo de primera para las trampas de zorros. Entre los ejemplares m¨¢s notables de los millares de restos encontrados est¨¢n el primero hallado, el mamut Adams; Jarkov, llevado en helic¨®ptero en su bloque de hielo, el Berezkova, con su pene erecto, y las momias de mamut beb¨¦s Lyuba y Dima, en la que hasta se encontr¨® restos leche de la madre en su est¨®mago. Contar con restos frescos de mamut (se ha hallado incluso test¨ªculos en buen estado relativo) ha alimentado el sue?o de poder clonar alg¨²n d¨ªa al animal y resucitar la especie. Hay toda una industria de extracci¨®n de mamuts en Rusia, con algunas facetas oscuras. El marfil de mamut es muy valioso pues no es ilegal su tr¨¢fico como el de los elefantes.
?Qu¨¦ relaci¨®n ten¨ªan los cazadores prehist¨®ricos con el mamut? ¡°Era como el cerdo de la ¨¦poca, se aprovechaba todo. Incluso hay evidencias de que se emplearon sus huesos como armaz¨®n para caba?as¡±. Poco a poco las piezas del mamut de CosmoCaixa iban siendo extra¨ªdas de las cajas, desenvueltas y colocadas alineadas en el suelo y en unas mesas al efecto para establecer el orden de montaje (van numeradas). Las costillas, las v¨¦rtebras, un enorme omoplato¡ Mamut, modelo para armar. Aparecieron las defensas (los mal llamados colmillos son en realidad incisivos superiores modificados). Preciosas y recurvadas, pulidas. Las llevaron los operarios a hombros como en una pel¨ªcula de Tarz¨¢n. ¡°Parecen falsos de tan bonitos, ?verdad?¡±, apuntaba P¨¦rez-Jim¨¦nez.
El mamut sustituir¨¢ en la exposici¨®n permanente de CosmoCaixa al dinoterio que estaba cedido por el Institut Crusafont de Sabadell y que volver¨¢ a su casa. Con el de CosmoCaixa, Barcelona aumenta su poblaci¨®n de mamuts, reducida a la popular escultura del parque de la Ciutadella de 1906 tras el cierre en 2016 del privado Museo del Mamut de la calle de Montcada, que exhib¨ªa un esqueleto completo y una reproducci¨®n a tama?o natural adem¨¢s de otros restos.
Finalmente, el mamut de CosmoCaixa se alzaba en toda su impresionante envergadura. La mirada recorr¨ªa el esqueleto tratando de averiguar si faltaba una clav¨ªcula intercostal como la que le robaba al brontosaurio del sufrido Cary Grant el fox terrier George de Katherine Hepburn en La fiera de mi ni?a. Pero todo parec¨ªa perfecto. Habemus Mammuthus.
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