Los p¨¢jaros del bosque llenan la Catalu?a vaciada
El ¨²ltimo atlas de aves nidificantes constata su extensi¨®n en antiguos terrenos agr¨ªcolas durante los ¨²ltimos 40 a?os
El canto del ruise?or se escucha hoy m¨¢s fuerte que el ruido del tractor. La fauna salvaje del cielo se abre paso all¨ª donde el humano abandona las herramientas y tierras de cultivo ancestrales.
Las aves que habitan los bosques han aumentado en Catalu?a en los ¨²ltimos 40 a?os, seg¨²n el ¨²ltimo y tercer Atlas de aves nidificantes de Catalu?a, que en t¨¦rminos generales desvela la resistencia de la fauna av¨ªcola a los envites del cambio clim¨¢tico. Los expertos achacan la expansi¨®n de las aves entre pinos, abetos y robles al progresivo abandono del sector agr¨ªcola, lo que ha supuesto un espectacular aumento de la masa forestal en la comunidad. Hoy, el 70% de territorio catal¨¢n es bosque. Por contra, las aves de r¨ªos y zonas h¨²medas, como en el delta del Ebro, sufren un retroceso a causa de los efectos de temporales y la presencia de especies invasoras, entre otros.
Hoy, en Catalu?a nidifican habitualmente 233 especies de aves, 17 m¨¢s que hace 40 a?os. Aunque entre las 17 nuevas tambi¨¦n hay 8 ex¨®ticas. Se estima que hay entre 8 y 12 millones de parejas de p¨¢jaros que cr¨ªan cada a?o. El gorri¨®n contin¨²a siendo el m¨¢s abundante, con poco menos de 900.000 reproductoras, todo y que su poblaci¨®n est¨¢ en regresi¨®n en los ¨²ltimos a?os. A ¨¦l le siguen el verdecillo, el petirrojo europeo y el ruise?or. En la otra cara de la moneda est¨¢n la alondra ricot¨ª, el aguilucho p¨¢lido o la polluela chica, con menos de 10 parejas reproductoras.
Lo que sigue a continuaci¨®n es una clasificaci¨®n por tipos de aves, su estado y el medio que habitan (bosques, ciudades, r¨ªos¡), del atlas, elaborado por el Institut Catal¨¤ d¡¯Ornitologia con datos recogidos entre 2015 y 2019 por casi 1.300 ornit¨®logos y la investigaci¨®n del European Bird Census Council, del CREAF y del Centre de Ci¨¨ncia i Tecnologia Forestal de Catalunya, el CTFFC. El Atlas ha sido impulsado por un reto impulsado por el Departamento de Acci¨®n Clim¨¢tica, Alimentaci¨®n y Agenda Rural de la Generalidad de Catalu?a y el Zoo de Barcelona:
M¨¢s canto en el bosque.
Las aves ganadoras en estas cuatro d¨¦cadas son las aves forestales. ¡°Al abandonar la gente el campo, poco a poco el bosque ha ido ganando terreno, por lo que se ha producido una colonizaci¨®n de lo que antes eran espacios agr¨ªcolas¡±, explica Sergi Herrando, director general del Atlas e investigador del ICO, el CREAF y el European Bird Census Council. Es el caso del ¨¢guila calzada o el pico menor, muy escasas hace 40 a?os y que ahora han experimentado una expansi¨®n espectacular. Otras, m¨¢s ligadas a los bosques secos, como el mosquitero papialbo se han visto favorecidas tambi¨¦n por las condiciones m¨¢s secas que trae el cambio clim¨¢tico.
Por contra, las perdedoras por la progresiva desaparici¨®n de tierras de cultivo han sido las lechuzas, el alcaud¨®n real (botx¨ª) o las t¨®rtolas de bosque, que han visto reducida su poblaci¨®n. La raz¨®n, dice Herrando, se debe tambi¨¦n a la transformaci¨®n del mosaico agr¨ªcola: hoy m¨¢s caracterizado por el monocultivo.
?xodo e invasi¨®n de la ciudad
El abandono del campo por la ciudad es tambi¨¦n cosa de p¨¢jaros. Algunas de las conclusiones del atlas es que hoy en d¨ªa en la ciudad se ven aves que antes no se observaban tanto o directamente eran inexistentes. Es el caso de la t¨®rtola turca, que en el primer atlas de los a?os ochenta era pr¨¢cticamente anecd¨®tica y hoy es muy f¨¢cil de ver en localidades como Barcelona. O la paloma torcaz ( tud¨® ), una especie ¡°principalmente forestal pero que con el tiempo se ha adaptado y acostumbrado a buscar alimentos en la ciudad¡±, dice Herrando, que tambi¨¦n recalca que este ¨¦xodo a la ciudad es a consecuencia de problemas en otros parajes.
Un ejemplo es la amenazada gaviota corsa o de Audouin, que desde hace a?os anida se ha acostumbrado a anidar entre gr¨²as y buques del Puerto de Barcelona. La raz¨®n es que huye del delta de Ebro, en su d¨ªa la colonia m¨¢s importante del Mediterr¨¢neo pero donde ahora sus huevos son devorados por los zorros. La corsa es un ejemplo de aves que han llegado por su propio pie, o mejor dicho, por sus propias alas, a la ciudad., a la ciudad. No es el caso de las invasoras como la ruidosa cotorra, que se ha hecho fuerte en Barcelona.
Los flamencos resisten al temporal. Las garzas blancas sufren.
Las grandes perjudicadas en estos 40 a?os desde la publicaci¨®n del primer atlas de nidificadoras en Catalu?a est¨¢n siendo las aves que habitan los r¨ªos y las zonas h¨²medas. Es el caso de la garza blanca o la gallineta com¨²n, especies que notaron un notable crecimiento tras la declaraci¨®n de protecci¨®n de numerosas zonas h¨²medas a finales de siglo, y que en cambio hoy est¨¢n viviendo una regresi¨®n. En parte, por los efectos de los temporales en zonas como el delta del Ebro. ¡°Hay especies que, literalmente, han visto como sus zonas de nidificaci¨®n est¨¢n ahora bajo el agua¡±, dice Herrando.
La reducci¨®n del periodo de inundaci¨®n de los arrozales para controlar la expansi¨®n de un caracol invasor tambi¨¦n les afecta. Los flamencos, que cr¨ªan desde hace a?os en una ¨²nica colonia estrictamente protegida del delta del Ebro, resisten a los envites de las olas.
El ¨¦xito de la reintroducci¨®n.
En Catalu?a, se reproducen entre 90 y 110 parejas de cern¨ªcalo primilla (xoriguer petit ). La especie desapareci¨® como nidificante a mediados de la d¨¦cada de los ochenta, pero el ¨¦xito de un programa de reintroducci¨®n ha permitido su vuelta, todav¨ªa amenazada. Tambi¨¦n es el caso del buitre negro, reintroducido en 2007 en los Pirineos. Herrando pone en valor este trabajo, y destaca que la mejora en estas d¨¦cadas responde a la creaci¨®n de parques naturales a lo largo y ancho de la comunidad mediterr¨¢nea.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.