Las piedras de Santa Maria del Mar hablan
Un libro sobre los materiales y la construcci¨®n del templo g¨®tico de Barcelona desmonta alguno de los t¨®picos de uno de los edificios m¨¢s conocidos, pero con menos documentaci¨®n conservada
Uno de los programas de mayor ¨¦xito en la televisi¨®n espa?ola en los setenta fue Si las piedras hablaran; un paseo por un monumento en el que una voz en off explicaba en primera persona su historia a partir de guiones de Antonio Gala y presentaci¨®n de Natalia Figueroa. Los edificios, por desgracia, no hablan, pero hay personas capaces de leer lo que cuentan sus piedras. Como el ge¨®logo y profesor M¨¤rius Vendrell, que desde 2017 tiene puesta su mirada en uno de los edificios m¨¢s medi¨¢ticos de Barcelona: la iglesia g¨®tica de Santa Maria del Mar, construida en el barrio de La Ribera entre 1329 y 1383; protagonista de un betseller de Ildefonso Falcones y de una exitosa serie de televisi¨®n, pero de la que se conservan pocos documentos, tras perderse en el incendio del interior de la iglesia en 1936. Vendrell ha escrito Santa Maria del Mar. Pedra a pedra (Patrimoni 2.0 edicions) un libro que publicar¨¢ este mes en el que explica los materiales y las t¨¦cnicas empleadas; el orden y la l¨®gica constructiva que se sigui¨® en esta obra, as¨ª como desmonta t¨®picos relacionados con este templo.
Como el que los descargadores del puerto, los famosos bastaixos, trasladaron a hombros las piedras desde la cantera de Montju?c. ¡°Es una visi¨®n rom¨¢ntica, lo m¨¢s probable es que llegaran por mar en barcaza o carros. Otra cosa es que desde las barcas se llevaran a hombros, como con todas las mercanc¨ªas. Se podr¨ªan cargar las piedras peque?as, pero no las dovelas o las piedras de los pilares¡±, explica Vendrell, que ha localizado restos de cloruro de sodio, sal, fruto del contacto con el agua del mar, en muchas de las piedras de este y otros templos como la catedral y Santa Maria del Pi de Barcelona y Sant Jeroni de la Murtra, en Badalona, por lo que se transportaron en barco.
El trabajo de Vendrell permite comprobar la seguridad que mostraron los maestros de obras Ramon Despuig y Berenguer de Montagut al comenzar los trabajos. ¡°Realizaron unos cimientos muy peque?os, pudiendo hacerlos m¨¢s grandes para obtener un apoyo m¨¢s seguro. Montagut ten¨ªa una gran experiencia tras construir obras como la Seu y el Puente Viejo de Manresa¡±. Su pericia la dejaron clara al levantar los esbeltos 16 pilares octogonales de 1,5 metros de di¨¢metro y 23 de altura (17 hasta el capitel m¨¢s otros seis por la parte superior). Tambi¨¦n al construir unos contrafuertes peque?os comparados con los de la catedral de Barcelona. ¡°Fue un alarde de conocimiento emp¨ªrico, ya que consiguieron distribuir el peso de todo el edificio entre los pilares y las paredes que separan las capillas laterales¡±.
La primera piedra se coloc¨® el 25 de marzo de 1329 en el presbiterio (como recuerda una l¨¢pida junto a la puerta situada frente al Fossar de les Moreres). El edificio se pens¨® de forma unitaria, con planta basilical y tres naves, teniendo desde el comienzo sus dimensiones en mente. La construcci¨®n comenz¨® desde la fachada de la plaza de Santa Maria hasta el ¨¢bside, como Vendrell ha visto por las hiladas de los sillares. ¡°Cuando se cubrieron las capillas laterales y la primera de las tres terrazas, a 14 metros de altura, se cambi¨® el sentido de construcci¨®n, desde el presbiterio hasta la fachada¡±, explica.
El experto ha comprobado que m¨¢s del 99% de los 10.000 metros c¨²bicos de piedra es arenisca sil¨ªcea de Montju?c. ¡°Son piedras escogidas, duras y resistentes. Su estado de conservaci¨®n es excelente. Su acabado irregular no es por la alteraci¨®n, sino por el trabajo de los picapedreros, y es la misma superficie que pudo ver Montagut en el siglo XIV¡±.
Pero hay elementos extra?os. Como los capiteles de la puerta principal. ¡°Son parte del bloque de m¨¢rmol romano que Alfonso el Benigno se encontr¨® en 1329 en una playa de la isla de Cerde?a y mand¨® trasladar a Barcelona para construir la ¡®nueva iglesia¡¯, como determin¨® en un trabajo la profesora Francesca Espa?ol en 2017¡å, explica Vendrell. De un m¨¢rmol diferente, con vetas negras y origen desconocido, son los basamentos de las columnas de la portada de la calle dels Sombrerers, seg¨²n el ge¨®logo.
Vendrell calcula que, adem¨¢s de carpinteros, cordeleros y las personas que trabajaron en el taller de escultura y talla instalado a pie de obra ¡°porque el relleno de los contrafuertes est¨¢ formado por esquilar¡±, solo trabajaron ¡°un par de equipos o brigadas colocando la piedra de forma continua. M¨¢s de dos grupos ser¨ªa dif¨ªcil, porque les impedir¨ªa moverse por las plataformas. Ser¨ªan una decena de personas, m¨¢s o menos, las que construyeron el edificio¡±.
Pese a eso la construcci¨®n fue muy r¨¢pida, ya que se acab¨® en apenas 54 a?os, si se comparan con edificios como la catedral de Barcelona (que no se termin¨® hasta el siglo XX) o Sant Just i Pastor (que no se acab¨® hasta el siglo XVI) y eso que en 1347 y en 1362 la ciudad fue asolada por la Peste Negra que acab¨® con la mitad de los barceloneses. Para colmo, sin estar terminada, durante la Navidad de 1379, un incendio puso en peligro el edificio tras propagarse por los andamios de madera del interior. ¡°Al quemarse las cimbras cedi¨® uno de los arcos de la nave lateral y se desplaz¨®; pero no se desmont¨®, sino que se arregl¨® con hormig¨®n de cal y la obra continu¨®. Un acierto, sin duda, como vemos 643 a?os despu¨¦s¡±, apunta. En 1373 el templo ya hab¨ªa sufrido un terremoto que tir¨® la parte superior de uno de los campanarios (que se reconstruy¨® en el siglo XV), pero hizo que la torre acabara inclinada 16 cent¨ªmetros, ¡°aunque no corre peligro¡±, tranquiliza.
La huella de c¨®mo se construy¨® es visible seis siglos despu¨¦s en algunas de las paredes y, sobre todo, en los contrafuertes. ¡°Los agujeros que se ven alineados son las marcas de los mechinales para aguantar las plataformas de trabajo. Los que comunicaban con el interior se taparon, pero el ritmo de sillares es distinto. Es f¨¢cil ver c¨®mo fue creciendo el edificio con un ritmo ergon¨®mico que permit¨ªa al operario poner piedras entre sus rodillas y los hombros, que facilitaba su trabajo¡±.
En el interior, los andamios para construir los pilares permanecieron toda la construcci¨®n, porque se usaron para construir tambi¨¦n arcos, b¨®vedas y las claves; uno de los momentos m¨¢s complicados. No es de extra?ar que se celebrara con ¡°gran solemnidad¡± la colocaci¨®n de estas piedras que pesaban entre tres y ocho toneladas, como la del presbiterio. La ¨²ltima clave se coloc¨® en 1383. ¡°No hay documentaci¨®n de c¨®mo se izaban. Yo he hecho un ejercicio de aproximaci¨®n te¨®rica basado en soluciones mec¨¢nicas a base de poleas. Pero tambi¨¦n por documentos como el de 1453 de la construcci¨®n de la catedral de Palma que dio a conocer en 2010 el profesor Joan Domenge, que explica que para colocar una de las claves se cre¨® un artefacto tras alquilar, incluso, el m¨¢stil de un barco¡±. Vendrell ha localizado en una de las claves del Pi un agujero central de unos diez cent¨ªmetros que se tap¨® con una piedra y que se us¨® para izar la pesada piedra. ¡°En el caso de Santa Maria es imposible verlos por la restauraci¨®n y pintura acr¨ªlica que se us¨® en la restauraci¨®n en los ochenta¡±, remacha.
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