La pr¨®xima secesi¨®n
Nada indica que ni Bosnia y Herzegovina ni la comunidad internacional vayan a poder impedir la pr¨®xima secesi¨®n unilateral de la Republika Srpska, una de las dos entidades pol¨ªticas que forman el pa¨ªs
En una entrevista publicada en EL PA?S, Josep Massot consideraba que las obras de ensayo que se publican en Catalu?a suelen ser ¡°demasiado localistas¡±. Por suerte, no todo lo que se publica va de ¡°lo de casa¡± y de vez en cuando aparecen honrosas excepciones. Uno de los ensayos pol¨ªticos m¨¢s interesantes publicados en 2021 es la reflexi¨®n del periodista Joan Salicr¨² sobre la naturaleza de la guerra de Bosnia y Herzegovina, en un sobrio volumen publicado por Apostroph gracias al micromecenazgo, B¨°snia, la guerra que no ens van explicar.
Con precisi¨®n period¨ªstica y un buen dominio de las fuentes, Salicr¨² desarrolla una tesis que contradice el relato can¨®nico de la guerra de Bosnia de 1992-1995. Seg¨²n Salicr¨², esa guerra no fue el resultado de un conflicto nacional irresuelto. M¨¢s bien, el conflicto nacional fue el resultado de la guerra, y la guerra fue promovida por las ¨¦lites del antiguo sistema yugoslavo, que agitaron las tenues diferencias ¡°¨¦tnicas¡± existentes sin ninguna otra finalidad que perpetuarse en el poder. En este contexto, no es extra?o que Salicr¨² sea muy cr¨ªtico con los Acuerdos de Dayton, en los cuales los negociadores internacionales no vieron otra salida al conflicto b¨¦lico que el tipo de compromiso que las ¨¦lites pol¨ªticas buscaban, es decir, la divisi¨®n de la sociedad a partir de criterios ¨¦tnicos. As¨ª es como Dayton sell¨® la limpieza ¨¦tnica con la creaci¨®n de dos entidades: la Republika Sprska (RS) por un lado, puramente serbia, y la Federaci¨®n de Bosnia y Herzegovina por el otro, formada por diez cantones con fronteras trazadas cuidadosamente para garantizar una mayor¨ªa croata o musulmana en cada uno de ellos.
El an¨¢lisis casi irrebatible de Salicr¨² tiene el m¨¦rito de vincular el precedente bosnio con el momento de ¡°repliegue nacional¡± que vive el continente europeo, del cual Catalu?a no es precisamente una excepci¨®n. El defecto involuntario del libro es que se public¨® demasiado pronto. En abril de 2021 Salicr¨² no pod¨ªa adivinar es que en estas ¨²ltimas semanas la Republika Sprska dar¨ªa pasos de gigante hacia la implosi¨®n de Bosnia y Herzegovina.
El pasado 9 de enero las autoridades serbobosnias celebraron el D¨ªa de la Republika Srpska, que conmemora la proclamaci¨®n de la autodenominada Rep¨²blica Serbia de Bosnia y Herzegovina en 1992. Esta celebraci¨®n fue un ejercicio de desobediencia por partida doble: la fiesta en s¨ª fue declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional en 2015, y el refer¨¦ndum unilateral que las autoridades serbobosnias organizaron para ratificarla tambi¨¦n fue declarado inconstitucional en 2016. Pero lo realmente preocupante de la situaci¨®n no es este ejercicio de desobediencia simb¨®lica. Lo realmente preocupante es que nada indica que el Estado bosnio ni la comunidad internacional vayan a poder impedir la pr¨®xima secesi¨®n unilateral de la Republika Srpska.
El pasado 10 de diciembre fue una fecha clave en el proceso de desmantelamiento de Bosnia y Herzegovina. Ese d¨ªa el parlamento de la RS dio un paso decisivo en la hoja de ruta hacia la independencia trazada por el presidente Milorad Dodik. Se aprobaron las conclusiones de cinco informes que preconizan la ¡°devoluci¨®n¡± a las autoridades de la RS de m¨¢s de 100 competencias estatales en materia de fiscalidad, justicia, seguridad y defensa. Los siguientes pasos son la aprobaci¨®n en el plazo de seis meses de leyes de la RS sobre estas materias, la anulaci¨®n de las leyes estatales correspondientes y la prohibici¨®n de que las instituciones estatales operen en su territorio.
Mientras Putin se frotaba las manos, este malaventurado movimiento solo mereci¨® una liviana nota de protesta de las embajadas de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania e Italia. Ahora que las potencias occidentales tienen el foco puesto en Ucrania, el presidente Dodik tiene campo libre para consumar una deriva que ya no puede calificarse de simple escalada ret¨®rica.
Vista desde Catalu?a la posible secesi¨®n de la Republika Sprska resulta especialmente interesante, dados los notables indicios de que el proceso catal¨¢n ha inspirado a las autoridades serbobosnias. Por un lado, Dodik sostiene que su proyecto reposa en el ¡°derecho a decidir¡± del pueblo serbobosnio. Ser¨¢ chocante cuando el Gobierno independentista catal¨¢n salga a defender la integridad territorial de Bosnia y Herzegovina, como ya ha defendido la de Ucrania. Por otro lado, Dodik planea una desconexi¨®n gradual ¡°de la ley a ley¡±, seg¨²n la f¨®rmula que acu?¨® en su d¨ªa el hoy periclitado Carles Viver Pi-Sunyer. En resumen: el proceso catal¨¢n fracas¨® tal como se hab¨ªa planteado, pero la r¨¦plica de ese planteamiento puede llevar a la destrucci¨®n de Bosnia y Herzegovina.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.