¡°El respeto a las fronteras se debe aplicar a todos los Balcanes, tambi¨¦n a Serbia¡±
El jefe de la diplomacia del pa¨ªs se?ala como ¡°prioridad¡± alcanzar un acuerdo con Kosovo sin reconocerlo como Estado independiente: ¡°No es bueno para nosotros tener un conflicto congelado¡±
El ministro serbio de Exteriores, Nikola Selakovic, (38 a?os, Uzice) ha tenido suerte. Lleva solo seis meses en el cargo y ya aterriza en Madrid con un importante tanto diplom¨¢tico: el ¨¦xito de la campa?a serbia de vacunaci¨®n contra el coronavirus. Es uno de los cinco pa¨ªses del mundo que m¨¢s dosis ha puesto gracias a administrar tanto las occidentales y aprobadas por la UE de Pfizer y AstraZeneca como la rusa Sputnik V y la china Sinopharm, entrega vacunas a pa¨ªses vecinos y promueve que cualquiera viaje all¨ª a inmunizarse gratis. Un gol en t¨¦rminos de relaciones p¨²blicas para un pa¨ªs cuya imagen sigue marcada en el imaginario colectivo por su papel en las guerras de desintegraci¨®n de Yugoslavia y que suele generar titulares por asuntos como Kosovo, la cercan¨ªa a Mosc¨² y Pek¨ªn o las acusaciones de erosi¨®n de su democracia.
A lo largo de una entrevista con este peri¨®dico, realizada este lunes en Madrid, Selakovic repite insistentemente dos f¨®rmulas: ¡°Paz y estabilidad¡± y ¡°pa¨ªs peque?o y pobre¡±. La primera, para subrayar que ese es hoy el aporte de Belgrado a la regi¨®n: ¡°El papel del presidente [serbio, Aleksandar] Vucic es uno de los m¨¢s importantes pol¨ªticamente para la paz y la estabilidad en el sudeste de Europa y en los Balcanes¡±, dice. La segunda, para explicar por qu¨¦ su pa¨ªs ¡ªque negocia un ingreso en la UE que se antoja lejano¡ª se vio ¡°obligado¡± a recurrir a vacunas de rivales estrat¨¦gicos de la Uni¨®n.
Militante desde 2008 en el partido del presidente tras hacerlo en el que lideraba el ultranacionalista Vojislav Seselj (condenado hace tres a?os por cr¨ªmenes de guerra), Selakovic mantiene el tono pausado de triple vencedor de la competici¨®n de oratoria de la Facultad de Derecho de la Universidad de Belgrado, en la que se licenci¨®. Incluso cuando se le pregunta por sus visitas a la c¨¢rcel en La Haya a l¨ªderes serbios acusados de genocidio cuando ostentaba la cartera de Justicia (2012-2016), por el pasado m¨¢s espinoso o por el di¨¢logo con el nuevo Gobierno kosovar. Este martes se reuni¨® entre otros con su hom¨®loga espa?ola, Arancha Gonz¨¢lez Laya, y con la presidenta del Congreso, Meritxell Batet. Espa?a, uno de los cinco ¨²nicos pa¨ªses de la UE que no reconocen a Kosovo como Estado independiente, es, dice, ¡°uno de los pilares m¨¢s importantes¡± de la pol¨ªtica exterior serbia.
Selakovic aborda los tres temas que marcan estos d¨ªas la agenda. El primero es la propuesta, el pasado lunes, de la Comisi¨®n Europea de permitir la entrada a los turistas de pa¨ªses con menos de 100 contagios por 100.000 habitantes o inmunizados con una vacuna autorizada por la Agencia Europea del Medicamento o la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, entre las que no se encuentran Sputnik V ni Sinopharm, con las que se han inmunizado decenas de miles de serbios. ¡°Va a ser una buena forma de atraer gente de los pa¨ªses de origen [de las vacunas]. Chinos y rusos no van a tener permitido el acceso a la UE, pero s¨ª a Serbia¡±, se?ala el ministro antes de recordar los recientes acuerdos con Hungr¨ªa y Grecia para que acepten a los turistas serbios inmunizados contra la covid con cualquier f¨¢rmaco.
Al inicio de la pandemia, el presidente serbio tild¨® la solidaridad europea de ¡°cuento de hadas¡± mientras calificaba a China de ¡°aut¨¦ntico amigo en momentos de necesidad¡± y besaba su bandera, lo que no sent¨® muy bien en Bruselas. ¡°El verdadero problema¡±, responde el ministro, ¡°reside en que Serbia recibi¨® la primera entrega de vacunas [desde la UE] en abril de 2021... Y eran unas 57.000 dosis [el primer mill¨®n de las chinas lleg¨® en enero]. As¨ª que nos enfrent¨¢bamos a una elecci¨®n: ?Vamos simplemente a escuchar algunos discursos pol¨ªticos? ?O vamos a intentar encontrar la mejor manera de proteger la salud de nuestros ciudadanos?¡±.
Papeles an¨®nimos
El segundo asunto en boga son los papeles an¨®nimos sobre los Balcanes que han circulado recientemente por Bruselas sin que nadie reconozca su autor¨ªa. El m¨¢s pol¨¦mico plantea reconfigurar las fronteras fijadas tras la desintegraci¨®n de Yugoslavia en los a?os noventa del siglo pasado, de forma que Serbia se fusionase con la Rep¨²blica Srpska, la entidad serbia de Bosnia, y Kosovo ¡ªque declar¨® en 2008 una independencia de Serbia que reconocen en torno a la mitad de los 193 pa¨ªses de la ONU¡ª con Albania. En respuesta al documento, el presidente serbio subray¨® su respeto por la integridad territorial de Bosnia, pero su ministro de Interior, Aleksandar Vulin, abog¨® por que todos los serbios ¨¦tnicos, presentes en varios pa¨ªses de la zona, vivan en un ¨²nico Estado. Selakovic deja clara la posici¨®n de Belgrado: ¡°Serbia respeta y apoya la integridad territorial de Bosnia Herzegovina [¡] Y si hablamos del respeto a las fronteras de los pa¨ªses de la regi¨®n tambi¨¦n significa el respeto a las fronteras de Serbia, lo que significa que Kosovo y Metohija son nuestras provincias del sur. No se puede decir ¡®esta es una regla que se aplica a todos los casos, menos al de Serbia¡±
El tercer tema es, precisamente, Kosovo. De la semana pasada, la m¨¢s balc¨¢nica en tiempo en Bruselas por las visitas de los dirigentes de Serbia, Macedonia del Norte y Kosovo, sali¨® la perspectiva de reinicio en junio de las conversaciones entre Belgrado y Pr¨ªstina, en las que media la UE. Selakovic subraya que el di¨¢logo es ¡°una prioridad¡± para Serbia ¡ª¡±No es bueno para nosotros tener un conflicto congelado porque en alg¨²n momento alguien va a llegar al poder y descongelarlo¡±, advierte¡ª y aplaude que el rechazo de Espa?a, Grecia, Rumania, Eslovaquia y Chipre a la independencia kosovar garantice un ¡°enfoque neutral por parte de Bruselas¡± a la hora de negociar un acuerdo que, en ning¨²n caso, implicar¨ªa el reconocimiento serbio de Kosovo como Estado independiente. ¡°Cuando me pregunta por el reconocimiento mutuo, ?cu¨¢l es el acuerdo de compromiso ah¨ª? A un colega le pregunt¨¦ qu¨¦ recibir¨ªa Belgrado [en ese caso]. Me dijo: ¡®ser¨ªais reconocidos por Pr¨ªstina¡¯. Le respond¨ª: ?Est¨¢s de broma? No necesitamos ese tipo de reconocimiento. Somos un Estado reconocido y miembro pleno de la ONU. Un acuerdo de compromiso no significa que una parte gana todo y la otra pierde todo¡±, se?ala.
Involuci¨®n democr¨¢tica
Serbia lleva a?os en el disparadero de algunos expertos y ONG, que denuncian una involuci¨®n democr¨¢tica bajo el mando de Vucic, antes primer ministro. El estatus democr¨¢tico de Serbia ha sido rebajado a ¡°r¨¦gimen h¨ªbrido¡± por la ONG estadounidense Freedom House y el pa¨ªs ha ca¨ªdo 39 posiciones (hasta la 93) desde 2014 en el ¨ªndice de libertad de prensa que elabora Reporteros sin Fronteras. El ministro defiende que las libertades no se est¨¢n viendo erosionadas, sino que han avanzado: ¡°Las condiciones [democr¨¢ticas] son mucho mejores que cuando est¨¢bamos en la oposici¨®n¡±, en 2008, cuando lideraban el pa¨ªs algunos de los partidos que boicotearon las ¨²ltimas elecciones.
Otro tema espinoso es la incomodidad de Serbia a la hora de afrontar su pasado m¨¢s reciente. Cuando ten¨ªa la cartera de Justicia, Selakovic visit¨® en la c¨¢rcel en La Haya a l¨ªderes serbobosnios como Ratko Mladic y Radovan Karadzic, entonces acusados y posteriormente condenados por genocidio y cr¨ªmenes contra la humanidad en Bosnia. ¡°Era mi obligaci¨®n, como ministro de Justicia, atender a las circunstancias en las que ciudadanos serbios est¨¢n en una unidad de encarcelamiento esperando a ser juzgados. Eran sus derechos humanos¡±, defiende. Tambi¨¦n insiste en que el presidente Vucic ¡ªque en 2018 defini¨® a Slobodan Milosevic como ¡°un gran l¨ªder serbio cuyas intenciones eran buenas, pero sus resultados fueron muy pobres¡±¡ª trata de aportar ¡°un enfoque bueno y razonable¡± al hablar de personajes hist¨®ricos como Milosevic. ¡°Siempre est¨¢ mencionando algunos de sus errores, malas decisiones [¡] Fue un periodo terrible para nuestra historia moderna¡±, concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.