Adolf Mas, el fot¨®grafo eclipsado por su archivo
Responsable de uno de los mayores fondos sobre patrimonio, fue tambi¨¦n un gran reportero de la Barcelona de 1900, como muestra una exposici¨®n en el KBr
Detr¨¢s de la fachada de la Casa Amatller, construida por Josep Puig i Cadafalch en 1900, una de las m¨¢s ic¨®nicas de Barcelona, se esconde uno de los archivos fotogr¨¢ficos de patrimonio art¨ªstico m¨¢s importante de Espa?a. Fue creado en 1941 a partir de las miles de im¨¢genes que realiz¨® Adolf Mas i Ginest¨¤ (Solsona, 1860 ¨C Barcelona, 1936) y que adquiri¨® Teresa Amatller como base de su Instituto Amatller de Arte Hisp¨¢nico. Mas estuvo en una de las primeras campa?as para documentar en 1907 el rom¨¢nico perdido entre las monta?as del Pirineo a donde lleg¨® con sus c¨¢maras (de 90 kilos) cargada a lomos de mulas. Tambi¨¦n fue uno de los mayores art¨ªfices del Repertorio iconogr¨¢fico de Arte Espa?ol que desde 1913 se realiz¨® para documentar los bienes art¨ªsticos hisp¨¢nicos para llevar a cabo una exposici¨®n en 1917, que luego, por la guerra, acab¨® siendo la Exposici¨®n Internacional de 1929. Sus im¨¢genes han acabado teniendo un valor incalculable, porque muchas de las obras fotografiadas han desaparecido o se han destruido en momentos convulsos, como la Guerra Civil, y, por tanto, son los ¨²nicos documentos de su existencia.
Pero esta labor de fot¨®grafo de arte y de gesti¨®n de este valioso archivo ha acabado eclipsando al fot¨®grafo Mas, como cronista gr¨¢fico y pionero del fotoperiodismo de Barcelona, donde capt¨® la vida en sus calles y retrat¨® muchos de los acontecimientos que se vivieron en la ciudad a comienzos del siglo XX. Ahora, este trabajo se reivindica, por primera vez, en la exposici¨®n Adolf Mas, los ojos de Barcelona, que puede verse (hasta el 8 de mayo) en la sede del centro de fotograf¨ªa KBr de la Fundacion Mapfre en Barcelona. Es la segunda gran muestra en la que esta fundaci¨®n da voz a peque?os tesoros de la fotograf¨ªa catalana, tras la dedicada a la colecci¨®n de daguerrotipos del Centre de Recerca i Difusi¨® de la Imatge de Girona. La muestra est¨¢ organizada en colaboraci¨®n con el Instituto Amatller de Arte Hisp¨¢nico.
Comisariada por Carmen Perrotta, autora de una tesis doctoral sobre Mas, en la exposici¨®n se explica como lleg¨® a la fotograf¨ªa con casi 40 a?os, tras abandonar su profesi¨®n como procurador de tribunales. La exposici¨®n presenta gran parte del material in¨¦dito hasta ahora y reivindica a este autor dentro del ambiente art¨ªstico del momento, con compa?eros como Ramon Casas, Santiago Rusi?ol, Picasso e Isidre Nonell con los que frecuentaba, como no pod¨ªa ser de otra forma, Els Quatre Gats. Se puede ver en el dibuj¨® realizado en 1900 por Opisso en el que aparece rodeado de todos ellos y de otros atistas como Joan Vidal i Ventosa, Manolo Hugu¨¦, Joaquim Mir y Ricard Canals, adem¨¢s del due?o del local, Pere Romeu.
Mas fotografi¨® a muchos de ellos y tambi¨¦n a otros artistas como Josep Llimona y Joan Borrell en sus respectivos talleres; a Jos¨¦ de Togores con alguno de sus amigos, a Apel.les Mestres, junto a sus famosas y enormes hortensias o a Pepita Teixidor a caballo, entre otros muchos. Tambi¨¦n a cantantes como Maria Barrientos o la famosa bailarina T¨®rtola Valencia como puede verse en las postales coloreadas que se exhiben junto con la m¨²sica (como hilo musical) que ella bail¨® en esas im¨¢genes; como su Danza de la serpiente.
A lo largo de m¨¢s de 200 fotograf¨ªas la comisaria reivindica la faceta art¨ªstica de Mas exponiendo toda una serie de retratos, primeros planos con abundancia de claroscuros. ¡°A pesar de que no nos permiten inscribir a Mas entre los pictorialistas, es indudable que parte de su producci¨®n va m¨¢s all¨¢ de lo que estaban haciendo en otros establecimientos fotogr¨¢ficos contempor¨¢neos¡±, explica Perrotta delante de las im¨¢genes del escultor Enric Claras¨®, el compositor y poeta Joan Llongueras, el escen¨®grafo Miquel Moragas o personajes an¨®nimos como la enigm¨¢tica Montserrat Blanch.
Mas tambi¨¦n fue uno de los fot¨®grafos que capt¨® con su c¨¢mara la transformaci¨®n de la ciudad y todas las actividades, tanto p¨²blicas como privadas, que se vivieron en esos a?os, dejando un legado de unas 20.000 im¨¢genes. Con su c¨¢mara inmortaliz¨® inauguraciones de infraestructuras como nuevos tramos del alcantarillado de la ciudad, fiestas populares con las calles llenas de gente; algunas, como la Calle Ferran decoradas por Josep Maria Jujol para la Merc¨¨ de 1902 y a reyes como Alfonso XIII en un coche de caballos pasando junto a la Sagrada Familia en 1904, adem¨¢s de inmortalizar acontecimientos como la Semana Tr¨¢gica de 1909 y la asamblea de la Federaci¨®n de Gimnasia Espa?ola (que reuni¨® a 16.000 personas) en 1900, entre otros muchos.
Mas fue uno de los profesionales que particip¨® en un concurso en 1908 para captar un barrio destinado a desaparecer por las obras de creaci¨®n de la Via Laietana. Las im¨¢genes parecen beber de otros grandes como el franc¨¦s Eug¨¦ne Atget sobre Par¨ªs, pero las del Barcelona est¨¢n llenas de humanidad al hacer parecer personas, casi siempre ni?os, llenos de vida en esas calles a punto de desaparecer.
Todo Lee Friedlander
Al lado de la obra de Adolf Mas puede verse tambi¨¦n el trabajo de uno de los grandes de la c¨¢mara de la segunda mitad del siglo XX: Lee Friedlander (Washington, 86 a?os); un autor que ha captado (y sigue haci¨¦ndolo porque no ha dejado de hacer fotograf¨ªas a diario) la vida cotidiana. Y lo hace lejos de los c¨¢nones establecidos; a trav¨¦s de unos encuadres donde siempre quedan ganas de saber m¨¢s, porque lo ha dejado fuera de la imagen; utilizando casi siempre exteriores y espacios p¨²blicos en los que representar narrativas de la historia de Estados Unidos. La retrospectiva, comisariada por Carlos Gollonet, presenta m¨¢s de 300 fotograf¨ªas, todas en blanco y negro excepto un primer trabajo que sirvi¨® para hacer car¨¢tulas de discos de jazz de los grandes nombres, que reciben al visitante a ritmo de jazz. ¡°Las fotos requieren una mirada atenta porque sacuden al espectador con un sentido de la iron¨ªa derivado de la yuxtaposici¨®n de objetos e ideas aparentemente inconexos¡±, apunta Gollonet.
En la muestra de Barcelona, que ya se vio en Madrid y Berl¨ªn, pueden verse todas sus series: como The Little Screens, de 1963, su primer trabajo personal, en que los protagonistas son las televisiones, como un familiar m¨¢s de la casa. En los siguientes trabajos los protagonistas son sus calles, los escaparates de sus tiendas y los reflejos de la gente al pasar; los coches, como objetos de las fotograf¨ªas o el lugar desde donde se fotograf¨ªan las ciudades; pero tambi¨¦n los monumentos.
Friedlander dedica muchas de sus fotograf¨ªas a su familia; a su mujer y a sus hijos y al mismo, ya que no deja de fotografiarse como un elemento m¨¢s de la historia que quiere contar, incluso cuando estuvo ingresado en un hospital y aparece lleno de cables postrado en la calle. Y entre las 300 im¨¢genes, una de la cantante Madonna en un desnudo expl¨ªcito de cuando era una joven modelo que pretend¨ªa ganarse la vida posando para un fot¨®grafo. Irreconocible.
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