Un c¨®mic sobre tener p¨¢rkinson
Ramon Ricart, diagnosticado con la enfermedad, publica ¡®Tiembla¡¯
¡°Mireu-me b¨¦, mireu-me b¨¦: soc l¡¯altre¡± escribi¨® Miquel Mart¨ª i Pol cuando ya llevaba vidrios en la sangre. Y es un verso que Ramon Ricart (Vic, 1967) cita expresamente en su c¨®mic Tiembla, un libro sobre el p¨¢rkinson que le diagnosticaron en 2014, cuando ten¨ªa 47 a?os. ¡°Fue¡±, escribe, ¡°como si hubiera entrado un extra?o en mi interior. ?No era yo! Quer¨ªa esconder al otro, que era yo mismo¡±.
Ricart admite que al principio es dif¨ªcil aceptar la enfermedad, por ahora, incurable y que no sabes a d¨®nde te llevar¨¢ una progresi¨®n que es distinta en cada enfermo. Desde quien permanece estancado sin que llegue empeoramiento alguno a quien se desliza r¨¢pidamente hacia una dura torpeza corporal. ¡°Tienes la sensaci¨®n de molestar a la gente sana, te averg¨¹enzas de tus gestos y te sientes culpable de crear incomodidades. Por ejemplo, cuando paralizas la cola en la caja del supermercado porque no puedes sacar la tarjeta¡±. En estas palabras resuenan las de Susan Sontag que, a prop¨®sito del c¨¢ncer y del sida, describi¨® como algunas enfermedades corrosivas no son ¨²nicamente un sufrimiento si no que, adem¨¢s, cargan al enfermo con falsos sentimientos de culpa. Escribir Tiembla (Bang Ediciones) ¡°ha sido una terapia, un camino hacia la aceptaci¨®n de la enfermedad¡±. Ese querer esconderse se ve claramente en algunos autorretratos del libro, en los que el protagonista se muestra¡ de espaldas
La experiencia del libro tiene un precedente, My degeneration, del canadiense Peter Dunlap-Shol. ¡°Ahora vive en Alaska y hemos quedado en conocernos el a?o pr¨®ximo cuando se celebre en Barcelona el Congreso Mundial del Parkinson. Creo que su libro es m¨¢s agresivo y tiende m¨¢s a la caricatura¡±. Cuando estaba terminando Tiembla, fue Dunlap quien le explic¨® que la diferencia entre un libro editado y uno in¨¦dito es la insistencia. Ricart lo envi¨® a tres editoriales. ¡°Una me dijo que era aburrido y el dibujo, normalillo. En otra, no hubo un criterio un¨¢nime en el consejo editorial¡¡±. En Bang, la respuesta fue r¨¢pida y satisfactoria. Lo han editado en castellano y franc¨¦s. ¡°De todos modos, mientras lo dibujaba, los mejores consejos sobre ritmo narrativo, tono, etc¨¦tera vinieron de mi pareja y de los amigos a quienes se lo ense?aba¡±. Y eso que Ricart no es un reci¨¦n llegado al oficio. Docente en distintas escuelas de dise?o, fue director de la Escola d¡¯Art de Vic, cre¨® el personaje de Catifa en la revista Tretzevents, ha ilustrado portadas, cat¨¢logos, dise?ado identidad corporativa¡
La bibliograf¨ªa de novelas gr¨¢ficas o c¨®mics sobre enfermedades es sorprendentemente abultada. En Medicina gr¨¢fica, por ejemplo, se puede encontrar una informaci¨®n muy bien ordenada sobre esta espec¨ªfica oferta. La propia web surge de un concepto lanzado por el m¨¦dico brit¨¢nico y autor de c¨®mics Ian Williams y el equipo espa?ol se sostiene con el trabajo de un grupo de sanitarios aficionados al garabato. Para los c¨®mics que tienen como tema principal una enfermedad narrada por alguno de sus protagonistas emplean el t¨¦rmino Patograf¨ªa Gr¨¢fica. El temario es ampl¨ªsimo. Ricart cita Manicomio (La C¨²pula) de Montse Batalla y Xevidom. ¡°Va sobre un episodio psic¨®tico y las consecuencias de un agresivo diagn¨®stico equivocado¡±. Libros sobre la depresi¨®n, los trastornos alimentarios, la pancreatitis, la leucemia¡pero siempre yendo m¨¢s all¨¢ de la mera descripci¨®n de la patolog¨ªa. Como hace Ricart.
Tiembla tiene m¨¢s de un registro. No puede decirse que sea compasivo -termina con un ¡°Aprovecha ahora que puedes¡±-, pero tampoco invita a la rendici¨®n. Hay iron¨ªa, como cuando emplea la parad¨®jica descripci¨®n que hizo el doctor James Parkinson de la enfermedad - ¡°par¨¢lisis agitante¡±- para convertirla en un t¨ªtulo de tebeo: ¡°El incre¨ªble caso del temblor paralizante¡±. Hay avisos ¡°sobre el peligro de la depresi¨®n¡±. Hay homenajes a las personas que lo han ayudado y siguen haci¨¦ndolo. ¡°Preparo una hoja donde reunir¨¦ los retratos de todos aquellos que me han auxiliado. Ser¨¢ una manera de dar las gracias¡±
Hay alusiones a otras situaciones mucho peores. En una cena de amigos, uno de ellos acude reiteradamente al ba?o, ha de devolver la comida porque padece una enfermedad rara, la acalasia. ¡°La boca del est¨®mago se cierra y no pueden tragar comida. Inclu¨ª esta escena porque ten¨ªa la sensaci¨®n de estar observ¨¢ndome demasiado a m¨ª mismo en el c¨®mic y deb¨ªa contar otras historias. En el relato de aquel encuentro no quer¨ªa ser el enfermo estrella de la cena. Lo ser¨ªa otro¡±.
Hay alguna reacci¨®n sorprendente como cuando Ricart est¨¢ a la espera del diagn¨®stico definitivo, tumor o p¨¢rkinson, y su personaje, paseando solo en la p¨¢gina 11, piensa: ¡°Ojal¨¢ sea un tumor¡±. ¡°Es lo que me pas¨® por la cabeza. El tumor, quiz¨¢s, se curar¨ªa. El p¨¢rkinson es para siempre. Desde luego no pretende ser ning¨²n argumento. Nada es blanco o negro. Luego, por desgracia, llegar¨ªa la muerte de Miguel Gallardo de un tumor cerebral, sobre el que tambi¨¦n hizo un libro¡±.
Y hay un relato muy duro sobre un neur¨®logo de gran hospital. ¡°Fue un caso de maltrato. Sigui¨® un protocolo estricto e hizo una aproximaci¨®n estereotipada cuando cada enfermo de p¨¢rkinson es distinto. Lleg¨® a negarme que la desviaci¨®n lateral que sufr¨ªa de la cabeza y me dificultaba, por ejemplo, poder caminar recto, fuese p¨¢rkinson. Tuve una enorme sensaci¨®n de desamparo hasta que pude cambiar de hospital p¨²blico y de equipo m¨¦dico¡±.
El narrador de Tiembla es Ricart, una voz. Ahora, un grupo de personas con p¨¢rkinson joven -¡±hay una chica a la que se lo diagnosticaron a los 21 a?os!¡±- celebran una serie de reuniones para poner en com¨²n sus experiencias. ¡°Quiz¨¢s, de estos encuentros, salga otro libro, una exposici¨®n¡Conviene saber qu¨¦ piensan otros enfermos¡±. Se trata de multiplicar las voces sobre una enfermedad que no es desconocida. M¨¢s bien¡ mal conocida. Tiembla ayuda a remediar esta ignorancia.
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