¡°Nadie se cree que un gitano sea profesor. En la escuela me he encontrado con situaciones muy racistas¡±
A pesar de que los colegios cada vez tienen m¨¢s alumnado de nacionalidad extranjera y diferentes etnias, esta diversidad no se refleja en los docentes
¡°Cuando eres gitano, nadie espera que te saques bachillerato y llegues a la universidad. Imagina cuando dices que eres profesor de primaria. No te creen¡±. Josu¨¦ Fajardo tiene 27 a?os y, junto con otro docente de un centro de Gav¨¤ (Baix Llobregat), son los dos ¨²nicos profesores gitanos de toda Catalu?a. Pero ni la falta de referentes en su colectivo -un elemento clave a la hora de dise?ar su camino de futuro- ni los prejuicios han logrado frenar a Fajardo.
Despu¨¦s de cinco a?os trabajando en el mercadillo con sus padres, este joven de Buen Pastor (Barcelona) retom¨® los estudios y se sac¨® bachillerato en una escuela nocturna. Se matricul¨® en el grado de Educaci¨®n Primaria, en la modalidad a distancia, que tuvo que compaginar dos trabajos, dos hijos y mucho esfuerzo. Pero hace un a?o logr¨® graduarse. Actualmente, es profesor de primaria especializado en ingl¨¦s. ¡°Mi madre siempre ha sido profesora de escuela dominical en la iglesia. Yo tambi¨¦n lo fui un tiempo y, como disfrutaba tanto estando con los ni?os, me decant¨¦ por estudiar Educaci¨®n Primaria¡±, explica. Ahora, como profesor, aspira a convertirse en el referente que ¨¦l nunca tuvo en la escuela.
A pesar de que los centros educativos cada vez tienen m¨¢s alumnado de nacionalidad extranjera -cerca del 15% en Catalu?a, seg¨²n datos de Idescat - y de diferentes etnias, esta diversidad no se traduce en las plantillas del profesorado. En un a?o, Josu¨¦ Fajardo ha trabajado temporalmente en tres escuelas, y en ninguna hab¨ªa otro profesor gitano. En la misma situaci¨®n se ha encontrado Bintou Jarju, de 43 a?os y de madre andaluza y padre senegal¨¦s. Trabaja en el servicio educativo de Matar¨®, pero ejerci¨® como docente durante m¨¢s de 15 a?os. Solo en una ocasi¨®n coincidi¨® con otra profesora racializada. ¡°Soy madre de dos hijos y me preocupa que no tengan maestros con los que verse reflejados. Es normal que en su momento yo no los tuviera, pero no que, despu¨¦s de tantos a?os, ellos sigan sin tenerlos¡±, opina. Jarju se alej¨® hace a?os de las aulas, y ahora trabaja como asesora LIC, es decir, como asesora educativa para los centros de Matar¨®, especializada en temas de lengua, interculturalidad y cohesi¨®n social.
La falta de referentes educativos es uno de los problemas derivados de la poca diversidad que hay en los equipos docentes. ¡°La escuela puede ser una herramienta de cohesi¨®n y respeto, pero tambi¨¦n reproduce muchas de las desigualdades que hay en nuestra sociedad¡±, explica Mois¨¦s Esteban-Guitart, catedr¨¢tico en el Departamento de Psicolog¨ªa de la Universidad de Girona y director del Instituto Investigaci¨®n Educativa. El experto indica que la etapa de infantil y primaria es clave para la construcci¨®n de la identidad de los ni?os y, teniendo en cuenta la diversidad existente entre los m¨¢s peque?os, lo ideal ser¨ªa que tuvieran profesores con los que identificarse. ¡°Profesores que compartan su misma lengua, con una cultura parecida, y que sean el ejemplo y el modelo para cualquiera que se lo proponga puede llegar a la universidad y a cualquier oficio¡±, a?ade Esteban-Guitart.
Karen Onwuka tiene 46 a?os y es otra de las pocas profesoras racializadas que hay en Catalu?a. Hace 18 que es maestra de Primaria, especializada en ingl¨¦s, y es consciente de que lo que ha logrado ha sido gracias ¡°a la lucha de muchas personas¡±, asegura. Sin embargo, discrepa de la idea de que un alumno conecte con el profesor por el hecho de tener el mismo origen o pertenecer a una etnia concreta. ¡°Todo depende del profesor. Hay docentes racializados muy buenos. Hay otros con cierta rabia, y me preocupa que la transmitan a sus alumnos¡±, tercia. Onwuka lleva 15 a?os trabajando en la escuela Sant Bernat de Olesa de Montserrat (Baix Llobregat), un centro que presume de la gran diversidad que hay entre los alumnos. Por ello, la profesora defiende que es importante que todos los maestros tengan en cuenta esta diversidad y la vean como un hecho positivo.
Frenar el racismo desde las aulas
Cuando era peque?o, Josu¨¦ Fajardo estudi¨® toda su vida en un colegio de monjas, donde ¡°todo era muy blanco¡± y ¨¦l era el ¨²nico gitano. El diferente. Vivi¨® episodios racistas que, ahora como profesor, sigue viviendo. ¡°En la escuela me he encontrado con situaciones muy discriminatorias. A mucha gente le cuesta creer que yo sea el profesor; no conciben que un gitano tenga estudios y pueda cumplir con sus obligaciones¡±, lamenta. Pero Fajardo nunca ha ido gritando a los cuatro vientos que es gitano: ¡°No me gusta que se condicione mi trabajo por quien soy, sino por mi profesionalidad¡±.
Onwuka tambi¨¦n ha vivido situaciones desagradables en alguna de las escuelas por las que ha pasado en sus 18 a?os de carrera, pero su estrategia siempre ha sido la de la indiferencia: ¡°Hacerme m¨¢s fuerte y creer en m¨ª¡±, resume. De hecho, en ocasiones se ha enterado de que alguno de sus alumnos ha reaccionado ante comentarios racistas, defendiendo que su profesora es negra y no est¨¢ bien decir esas cosas. ¡°Al crear v¨ªnculos con tus alumnos los haces reflexionar sobre lo absurdos que son los t¨ªpicos chistes racistas y todos los prejuicios que se tienen hacia nosotros¡±.
Jarju se muestra tambi¨¦n cr¨ªtica con los discursos institucionales que defienden la interculturalidad y la integraci¨®n de los inmigrantes. ¡°Muchas veces se cree que los que llegan son los ¨²nicos que tienen que adaptarse. Y para m¨ª esto es un error: yo me adapto y t¨² te adaptas¡±, opina Bintou Jarju. La asesora, adem¨¢s, denuncia que aunque las personas de origen inmigrante est¨¦n plenamente integradas, no pueden evitar situaciones discriminatorias del sistema. ¡°Ad¨¢ptate, s¨ª, pero el d¨ªa que te toque buscar un puesto de trabajo te recordar¨¦ de d¨®nde vienes¡±, se queja.
El catedr¨¢tico Esteban-Guitart considera que el reto de futuro de la sociedad pasa por ¡°diversificar la normalidad y normalizar la diversidad¡±. ¡°Una sociedad m¨¢s madura y democr¨¢tica ser¨¢ aquella que consiga que el profesorado refleje la diversidad de or¨ªgenes, de g¨¦neros, de lenguas y de culturas que hay en nuestro pa¨ªs¡±, concluye.
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