Brexitismo y procesismo, agon¨ªas paralelas

Adem¨¢s de vidas paralelas, tambi¨¦n hay agon¨ªas paralelas: tal es el caso del Brexit y el proc¨¦s; brexitismo ¨Cseg¨²n la acertada descripci¨®n de Timothy Garton Ash¡ª y procesismo, dos peripecias convocadas durante la misma d¨¦cada por una idea, la independencia, tan atractiva como desastrosa. Juntas nacieron en 2013, cuando David Cameron prometi¨® un refer¨¦ndum sobre la salida del Reino Unido de Europa y Artur Mas anunci¨® la fecha y las preguntas de la consulta sobre la secesi¨®n de Espa?a para el 9 de noviembre del siguiente a?o, y juntas desfallecen en este 2022.

La idea que las hermana, el Brexit triunfante y el Catexit fracasado, ha demostrado id¨¦ntico valor corrosivo, para los pa¨ªses y para sus promotores. Separar, actuar unilateralmente, sortear la legalidad internacional, recuperar viejas soberan¨ªas, sustituir la cooperaci¨®n y la solidaridad por la arrogancia, el resquemor y la desconfianza, lleva a id¨¦nticos resultados, se aplique desde la plena capacidad ejecutiva del gobierno de un Estado o desde el desbordamiento de la soberan¨ªa compartida de una entidad subestatal autogobernada. Los responsables comparten el mismo error en el an¨¢lisis: sobrevalorar las propias fuerzas y minusvalorar las del adversario, encarnado por Bruselas y Madrid respectivamente. Comparten tambi¨¦n una odiosa y sistem¨¢tica afici¨®n a la mentira para convencer a los votantes. Y finalmente, los resultados, peor que nulos: paralizantes y destructivos para los respectivos pa¨ªses e incluso para los partidos independentistas y sus dirigentes.

Reino Unido est¨¢ condenado a recuperar cuanto pueda de su relaci¨®n con la Uni¨®n Europea, incluso lo m¨¢s esencial del mercado ¨²nico, y por supuesto el protocolo de Irlanda del Norte, surgido de los acuerdos de paz del Viernes Santo. Lo aconseja el resultado catastr¨®fico del Brexit, especialmente econ¨®mico y comercial, un balance que supera de lejos la particular e indiscutible cat¨¢strofe conseguida por el independentismo catal¨¢n. No le ser¨¢ f¨¢cil a Catalu?a reparar sus aver¨ªas, aunque por dimensi¨®n y relevancia los desperfectos del brexitismo ser¨¢n de m¨¢s dif¨ªcil recuperaci¨®n que los del procesismo.

Ha terminado la subasta independentista, que ha polarizado, radicalizado y destruido los partidos, elevado a los pol¨ªticos m¨¢s fr¨ªvolos e ineptos y da?ado el prestigio de ambos pa¨ªses y de sus econom¨ªas. Rishi Sunak era partidario del Brexit, como Pere Aragon¨¨s de la independencia, pero ambos quieren gobernar en favor de la econom¨ªa y de los ciudadanos, y no de las quimeras alentadas por oportunistas como David Cameron y Artur Mas, los que encendieron la mecha, extravagantes como Quim Torra o Boris Johnson, o escapistas como Nigel Farage, esfumado promotor del Brexit, o Carles Puigdemont, viajero hacia la irrelevancia.

Sin brexitismo ni procesismo, urge que Reino Unido y Catalu?a recuperen el esp¨ªritu de integraci¨®n y de cooperaci¨®n alrededor de la mejor idea surgida de la entera historia europea, que sigue siendo la libre y democr¨¢tica uni¨®n de sus pueblos y ciudadanos.

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