6-D, el d¨ªa de los tramposos
El d¨ªa de la Constituci¨®n sirve para que quienes estaban en contra ahora la defiendan y que parte de los que la defend¨ªan hayan cambiado tambi¨¦n de opini¨®n
La celebraci¨®n del d¨ªa de la Constituci¨®n propicia que algunos resuciten largas capas y chambergos con el objetivo de embozar la realidad ya sea pasada o presente para lograr sus objetivos. La jornada del 6-D da incluso pie a que los hijos de quienes estuvieron en contra de la Ley de Leyes la pongan ahora como ejemplo. O, a la inversa, que los descendientes de quienes estuvieron a favor se manifiesten en contra.
La derecha y la extrema derecha llevan muchos a?os usando las vetustas vestimentas, que se popularizaron en Madrid durante la regencia de Mariana de Austria, a la espera de que el malestar popular cristalice en un mot¨ªn contra los Esquilache gobernantes de turno. Pero la historia es testaruda y quien peine canas recordar¨¢ c¨®mo la derecha extrema y la extrema derecha fueron dos puntales en la oposici¨®n a esta Constituci¨®n de la que ahora se autoerigen en garantes y que ha cumplido 44 a?os.
No es dif¨ªcil recuperar art¨ªculos del Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar de hace 44 a?os en los que con juvenil empe?o expresaba su oposici¨®n al texto que ¡°romp¨ªa Espa?a¡± por el que, en cambio, apostaban incondicionalmente Uni¨®n del Centro Democr¨¢tico, el PSOE, el Partido Comunista y los nacionalistas catalanes de Converg¨¨ncia. Llegada la votaci¨®n al Congreso, cinco diputados populares se opusieron al texto, tres se abstuvieron y ocho votaron a favor. En total, ocho contra ocho: una buena f¨®rmula para conservar el equilibrio entre franquistas y dem¨®cratas de nuevo cu?o que conviv¨ªan en el seno de Coalici¨®n Popular.
Pero no solo los hijos de aquella derecha hacen ostentaci¨®n de memoria selectiva en su tarea de desgaste. Otro tanto sucede con algunos de los descendientes del nacionalismo convergente, que se manifestaron precisamente el 6-D por las calles de Barcelona. Su objetivo no era erigirse en defensores de la Constituci¨®n ¨Cque sus padres o tal vez ellos mismos defendieron y ahora detestan¨C, sino oponerse al pacto de los Esquilache de turno para derogar el delito de sedici¨®n, tal como defiende el Govern. Esquerra, que en su d¨ªa se opuso a la Ley de Leyes, es considerada por los hijos de quienes la votaron como ¡°colaboracionista¡±. En esas y venidas por la historia, el expresidente Quim Torra tiene mucha experiencia. As¨ª que tras expresar su apoyo a la marcha contra los ¡°colaboracionistas¡±, agreg¨® en un tuit: ¡°Mi Constituci¨®n es la de 1706, en la que las Cortes catalanas proclamaron que ni ahora ni nunca perteneceremos a la casa de Borb¨®n¡±. Preso de furor austriacista, Torra se lanz¨® a endosar ese conjunto de leyes que, como propias de la ¨¦poca, consagraban, entre otras cosas, que los oficiales de la Inquisici¨®n que actuasen en Catalu?a fueran catalanes.
Habr¨¢ que esperar a la victoria de los carlistas ¨Cque en la tercera guerra ya se comprometieron a restablecer esas constituciones¨C para derogar la de 1978. Cualquier pretexto es bueno para derrotar los intentos reformistas por t¨ªmidos que sean.
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