Fallece V¨ªctor Jou, alma de Zeleste y de la revoluci¨®n cultural que signific¨®
El promotor musical de la emblem¨¢tica sala, que fue el trampol¨ªn para toda una generaci¨®n de m¨²sicos, muere a los 84 a?os
La cultura espa?ola, y la catalana en especial, acaba de perder una de sus pilares m¨¢s ilustres: V¨ªctor Jou que falleci¨® a los 84 a?os en un hospital de Figueras este mediod¨ªa tras no poder superar un c¨¢ncer. Cuando alguien fallece es f¨¢cil a?adir a su nombre adjetivos superlativos, en este caso no son necesarios, baste con decir que la m¨²sica de nuestro pa¨ªs ser¨ªa hoy muy diferente si V¨ªctor Jou no hubiera existido. Y quien dice la m¨²sica, dice la cultura, la sociedad.
V¨ªctor Jou (Barcelona 1939) era un perito industrial que trabajaba en el Colegio de Arquitectos de Barcelona que, a pesar de no tener una relaci¨®n directa con la m¨²sica, hab¨ªa formado parte de aquel incre¨ªble caldo de cultivo que fue la Casa Full¨¤, una comunidad de reminiscencias hippies en la que convivi¨® con otros cerebros de nuestra cultura como Joan Brossa o Gabriel Ferrater. Con la mentalidad abierta heredada de esa experiencia y cabalgando sobre el lema de la comunidad, ¡°todo est¨¢ por hacer y todo es posible¡±, viaj¨® en 1970 a Londres sumergi¨¦ndose en la naciente contracultura. De regreso a su Barcelona natal, hab¨ªa nacido en la plaza Reial, y tras contactar con la entonces incipiente m¨²sica progresiva, decidi¨® liarse la manta a la cabeza y crear un espacio similar al Marquee londinense.
Ese fue el primer Zeleste, el de la calle Plater¨ªa (hoy Argenter¨ªa), inaugurado con su amigo el arquitecto Pepe Aponte el 23 de mayo de 1973 en un local cercano a Santa Maria del Mar con varios siglos de vida que hab¨ªa albergado anteriormente una sastrer¨ªa. Iron¨ªas del destino, cuando Zeleste cerr¨® el local volvi¨® al mundo del textil albergando ahora una tienda de ropa de moda. Desde el mismo d¨ªa de su inauguraci¨®n Zeleste fue simplemente otra cosa, algo muy diferente a todo lo que en aquellos momentos exist¨ªa en Barcelona, convirti¨¦ndose de alguna manera en la otra cara de la moneda, tanto cultural c¨®mo social, del entonces emblem¨¢tico Boccaccio de Oriol Reg¨¢s. Lo que Boccaccio fue para la gauche divine, el Zeleste lo fue para toda la progres¨ªa que hu¨ªa de las convenciones sociales.
El primer concierto que se realiz¨® en la sala marc¨® ya el camino que iba a seguir: Gato P¨¦rez, emblema de una m¨²sica que estaba intentando reencontrarse y redefinirse (a¨²n no se hab¨ªa adentrado en la rumba). El escenario Zelestial fue el trampol¨ªn para toda una generaci¨®n de m¨²sicos que pululaban por la ciudad sin haber encontrado todav¨ªa un punto de apoyo, si exceptuamos las peque?as pero importantes aportaciones de La Enagua. De m¨²sica progresiva se pas¨® a m¨²sica laietana y mucho mejor ona laietana, ya que no se trataba s¨®lo de m¨²sica. Una marca que se export¨® por toda Espa?a siempre con unos hilos movidos entre bastidores por las manos del incansable V¨ªctor Jou que incluso durante esos primeros a?os compagin¨® su labor zelestial con los trabajos de peritaje industrial.
Zeleste fue el eje de la m¨²sica barcelonesa, el local al que siempre pod¨ªas ir sin miedo porque encontrar¨ªas no s¨®lo amigos, tambi¨¦n una m¨²sica que con seguridad siempre te sorprender¨ªa. Un escenario que, siguiendo la gran apertura de miras de Jou, no solo acogi¨® a la movida layetana en su totalidad y de forma reincidente sino que tambi¨¦n fue el entarimado en el que, en la corta distancia, pudieron tocar grandes nombres del flamenco, en el recuerdo aquella incre¨ªble sesi¨®n con la Fernanda y la Bernarda de Utrera, de la m¨²sica India, L. Shankar y Zakir Hussain actuaron all¨ª, del jazz, Bill Evans, Machito, Gerry Mulligan, Jimmy Giuffre o de nuestro Tete Montoliu que incluso grab¨® varios discos en el local.
Y una cosa llev¨® a la otra la ausencia de infraestructuras casi oblig¨® a Jou a montar su propia empresa de management y su sello discogr¨¢fico para que todos estos grupos pudieran tener visibilidad. Una visibilidad que alcanz¨® su punto ¨¢lgido cuando en 1975 Jou mont¨® el primer Canet Rock, nuestro Woodstock particular, un antes y un despu¨¦s en la m¨²sica popular peninsular. Y l¨®gicamente esa cantidad de m¨²sicos que se hab¨ªa reunido alrededor del club cre¨® la necesidad de una escuela de m¨²sica moderna con ense?anzas distintas por no decir opuestas a las que ofrec¨ªa el Conservatorio municipal; as¨ª naci¨® la Escola de M¨²sica del barri de la Ribera (aunque todos la llam¨¢bamos Escuela de Zeleste) que fue la primera escuela alternativa de m¨²sica de Barcelona, anterior al Aula o al Taller.
Y V¨ªctor Jou, t¨ªmido, siempre en segundo plano, sin deseos de descollar, fue el alma de todo este movimiento.
En 1986 las 300 plazas de Zeleste se hab¨ªan quedado peque?as para albergar muchas de las citas internacionales que pasaban por Barcelona y Jou so?¨® con un espacio mucho mayor, para lo cual traslad¨® el local a un inmenso hangar del Poble Nou pero las cosas no fueron ya igual. El nuevo Zeleste se alej¨® de los intereses de los m¨²sicos que hab¨ªan creado la ona laietana y de sus fieles seguidores, el club fue dado dando bandazos hasta la quiebra econ¨®mica que llev¨® a su cierre. Poco despu¨¦s se reinaugurar¨ªa con otra direcci¨®n y otra ideolog¨ªa para convertirse en la actual discoteca Razzmatazz.
Jou, inquieto como siempre y ya al margen de sus aventuras zelestiales, invent¨® tambi¨¦n una nueva manera de contactar m¨²sicos con organizadores, fue el Mercat de M¨²sica Viva de Vic del que fue su director en las primeras ediciones antes de pasarle el testigo a Ram¨®n Muntaner.
Despu¨¦s de esta experiencia, la actividad de V¨ªctor Jou se difumin¨®, como m¨ªnimo en su aspecto musical aunque sigui¨® trabajando en su parcela de consultor¨ªa industrial.
Totalmente alejado de los focos medi¨¢ticos, Victor Jou se ha despedido con la sencillez que le caracterizaba, sin querer molestar ni preocupar a nadie. Su c¨ªrculo de allegados habla de una ceremonia de homenaje y despedida a celebrar en los pr¨®ximos d¨ªas de la que se informar¨¢ pertinentemente.
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