Nueve meses para dominar el mar de la Copa del Am¨¦rica de vela: ¡°Nunca hab¨ªa visto un viento tan cambiante como en Barcelona¡±
El equipo Alinghi Red Bull Racing estudia desde septiembre de 2022 el mar en la ciudad y sigue adapt¨¢ndose a las corrientes y los cambios de viento continuos propios de la zona
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Seguramente no exista una mejor comparaci¨®n para explicar c¨®mo es navegar en un velero que vuela por el mar de Barcelona que la propuesta de Gautier Sergent, ingeniero aerodin¨¢mico del equipo Alinghi Red Bull Racing. ¡°Es como ir en un F¨®rmula 1 haciendo rally¡±, dice, y mueve la mano arriba y abajo, simulando el oleaje del Mediterr¨¢neo o los botes de un coche a toda velocidad que sufre por mantenerse estable en un camino empedrado, qui¨¦n sabe.
Sergent disputar¨¢ el a?o que viene en Barcelona su sexta Copa Am¨¦rica, todas con la misi¨®n de dise?ar el barco m¨¢s r¨¢pido de la competici¨®n. Y conseguirlo en la capital catalana tiene miga. ¡°Nunca hab¨ªa visto un viento tan cambiante como aqu¨ª¡±, dice el dise?ador. Y eso es un problema. Si cambia el viento, cambian las corrientes, el oleaje y las condiciones a las que tienen que adaptarse los catamaranes de la Copa Am¨¦rica de vela, considerada la F¨®rmula 1 del mar por la velocidad que alcanzan.
La Copa Am¨¦rica busca tradicionalmente la m¨¢xima velocidad. Los expertos admiten que la tecnolog¨ªa y el dise?o de los barcos son m¨¢s importante que la intervenci¨®n de los marineros, como ocurre en la F¨®rmula 1 con los pilotos, pero la experiencia del Alinghi en sus nueve meses de adaptaci¨®n que llevan en Barcelona, el ¨²nico que ha establecido su base en la capital catalana, plantea un posible cambio de paradigma. ¡°Aqu¨ª, a mar abierto, el agua es m¨¢s inestable y no podemos ce?irnos ¨²nicamente en la velocidad, sino en un equilibrio entre velocidad y estabilidad¡±, apunta. En las tres ediciones anteriores, en San Francisco (Estados Unidos), Hamilton (Bermudas) y Auckland (Nueva Zelanda), las zonas mar¨ªtimas eran m¨¢s estables porque se encontraban dentro de una bah¨ªa y el efecto del viento era m¨¢s limitado. ¡°Entonces la velocidad era la prioridad¡±, apunta Sergent. ¡°En Auckland [sede de la ¨²ltima edici¨®n] sab¨ªas que tendr¨ªas una semana sin viento, o con una direcci¨®n constante. En Barcelona cada d¨ªa es diferente y var¨ªa durante la misma jornada¡±, compara, ¡°y es m¨¢s dif¨ªcil acertar el dise?o del barco¡±.
Los cambios climatol¨®gicos se explican, entre otros, por los vientos t¨¦rmicos que se dan en condiciones de estabilidad atmosf¨¦rica, seg¨²n Jordi Mateu profesor de N¨¢utica de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalunya (UPC). La diferencia de temperatura entre el mar y la tierra, especialmente en Barcelona por, entre otros, la cantidad de asfalto, produce que el aire fr¨ªo del mar ocupe el espacio que deja el aire caliente, que sube a medida que avanza el d¨ªa, y genera movimientos atmosf¨¦ricos. ¡°Por la ma?ana el mar est¨¢ como una balsa pero luego, cuando hace m¨¢s calor, se intensifica el oleaje. Estas olas pueden superar el metro de altura¡±.

La orograf¨ªa del terreno tambi¨¦n condiciona el comportamiento irregular del mar. La cordillera litoral impide el avance del viento de componente norte, que llega a la costa tras superar la sierra de Collserola por sus laterales. ¡°Los vientos entran racheados y cambian de direcci¨®n en tierra, y esto afecta al oleaje¡±, explica Mateu. Las olas requieren ¡°un viento intenso, persistente y distancia [conocida con el anglicismo fletch en el argot] para crecer¡±, apunta.
Existen m¨¢s diferencias. Las olas mediterr¨¢neas son ¡°m¨¢s cortas y con m¨¢s cresta¡± que las oce¨¢nicas, m¨¢s largas, indica Mateu. Y la mayor altura de la ola [la distancia vertical entre el valle y la cresta] dificulta la navegaci¨®n porque aumenta el riesgo de que los foils [las aletas inferiores que levantan el barco utilizando los mismo principios f¨ªsicos que las alas de un avi¨®n cuando cogen velocidad] queden fuera del agua y que la parte frontal de la embarcaci¨®n impacte contra el mar al no tener un punto de apoyo. ¡°A mayor velocidad, mayor riesgo de impactar si el agua no est¨¢ plana¡±, remarca Sergent.
Jib ripping nose dive for @alinghiredbull in Barcelona.#AC37Recon ? https://t.co/STAgaAO3sQ pic.twitter.com/DZS7l6NMLa
— americascup (@americascup) May 7, 2023
Hay m¨¢s. Una embarcaci¨®n puede notar en Barcelona la fuerza del mar de fondo sin que haya viento, algo poco com¨²n en las anteriores tres sedes de la Copa Am¨¦rica. ¡°Los vientos que se dan en l¡¯Empord¨¤, que escapan de los Pirineos, generan un mar de fondo que puede llegar a Barcelona¡±, insiste Mateu. Los barcos pueden notar a la vez la inercia del mar de fondo que proviene de norte a sur y la fuerza del viento de la ciudad. ¡°Esta combinaci¨®n lo complica todo un poco¡±, asegura Nils Theuninck , tripulante del Alinghi.
El dise?o perfecto del barco es el Santo Grial de todos los equipos. Y el Alinghi, con nueve meses de estudio del mar de Barcelona, conf¨ªa en tomar la delantera al resto de equipos, que llegar¨¢n a la ciudad en uno o dos meses. ¡°Practicar en el mar donde competiremos es una ventaja, pero los equipos trabajan con sus simuladores¡±, explican desde el conjunto suizo, convertido con el paso del tiempo en el equipo local porque sus velas ondean a diario por las costas barcelonesas. ¡°Las condiciones de Barcelona pueden abrir un poco m¨¢s la competici¨®n¡±, cierra Sergent.
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