¡®Rocky Horror Show¡¯ en el Coliseum de Barcelona: h¨¢gase un favor y corra a verlo

En estos d¨ªas de actualidad crispada y sombr¨ªa no se puede sino aplaudir la llegada al Coliseum de Barcelona del famoso musical gamberro Rocky Horror Show, que cumple 50 a?os, en una producci¨®n del West End londinense, en ingl¨¦s subtitulado, con un nivel art¨ªstico superlativo. Son dos horas (m¨¢s un intermedio para ir a buscar palomitas, toparte con gente singular y tener curiosos encuentros en los lavabos) que pasan volando y de las que es imposible no salir con el ¨¢nimo levantado y una sonrisa de felicidad. Un espect¨¢culo divertid¨ªsimo que acab¨® el martes en su noche de estreno (est¨¢ en cartel hasta el 5 de noviembre) con todo el p¨²blico del teatro en pie, riendo y aplaudiendo, y los actores repitiendo una y otra vez el n¨²mero m¨¢s emblem¨¢tico del show, el pegadizo Time warp, mientras los espectadores m¨¢s animados (mayor¨ªa en la sala) imitaban el baile (se ofrece un tutorial). ¡°Es un delirio, ?no?¡±, se?alaba encantado un espectador.

El Rocky Horror Show que se representa en el Coliseum, dirigido por Christopher Luscombe y en el marco de una gira de aniversario de la obra, es absolutamente can¨®nico (en esencia es el original de Richard O¡¯Brian de 1973) y devoto de la divertida tradici¨®n que hace que el p¨²blico participe en la funci¨®n acudiendo disfrazado, cantando las canciones e interactuando verbalmente con los actores. La velada de estreno ha contado con muchos grupos de espectadores caracterizados como personajes del musical que en varios pasajes de la representaci¨®n participaron y bailaron animadamente en sinton¨ªa con lo que ocurr¨ªa en el escenario.

Rocky Horror Show, que tuvo una inolvidable versi¨®n cinematogr¨¢fica en 1975 tan legendaria como el propio musical, Rocky Horror Picture Show ¡ªen el filme actuaban Susan Sarandon, Tim Curry y el rockero Marvil Lee Aday (Meat Loaf), como Eddie¡ª, es una loca celebraci¨®n de las pelis de serie B de ciencia ficci¨®n y terror. En la historia ¡ªque suele conocer perfectamente gran parte del p¨²blico¡ª, una pareja de j¨®venes reprimidos, Brad y Janet, se ven obligados por una aver¨ªa y una tormenta a detenerse en el castillo donde reside un cient¨ªfico travest¨ª y bisexual, el doctor Frank. N. Furter, con su criado el jorobado Riff Raff y una serie de personajes estramb¨®ticos, incluido Rocky, criatura con taparrabos de piel de leopardo creada en su laboratorio por el ¨¦mulo de Frankenstein. La estancia en el castillo (a destacar que en el sal¨®n hay disecado un dodo) propicia una liberaci¨®n sexual de los forzosos (y relativamente forzados) hu¨¦spedes y muchos l¨ªos que concluyen con la revelaci¨®n de que los habitantes del lugar son extraterrestres (del planeta Transexual en la galaxia Transilvania). Todo entre canciones, persecuciones, bailes, org¨ªas y muchas bromas de doble sentido. Desde el inicio de la funci¨®n (e incluso desde antes), el p¨²blico se lo pasa estupendamente con el tono de juerga que reina en el teatro, dentro y fuera del escenario. La noche del estreno aplaudi¨® a rabiar todos los n¨²meros. Anima a¨²n m¨¢s la funci¨®n la presencia de un narrador que contextualiza la acci¨®n y provoca continuamente los comentarios de los espectadores (en ingl¨¦s).

Los actores cantan (esos temas tan pegadizos como Science Fiction/ Double Feature, Dammit Janet, Sweet Transvestite, Don¡¯t Dream It, Be It o Wild and untamed thing) y bailan estupendamente, apoyados por la potente y rockera m¨²sica en directo de la Rocky Horror Band. Su entrega es contagiosa y cada n¨²mero una fiesta. En la funci¨®n de estreno destac¨® la inmensa presencia esc¨¦nica y la vis c¨®mica del int¨¦rprete que encarna al protagonista, el doctor Frank. N. Furter, Richard Meek, que curiosamente sustitu¨ªa al actor original (Stephen Webb) que acaba de ser padre. Meek, que recuerda a un Joe Dallesandro al que se le hubiera ido la mano con el gas de la risa, disfruta y hace disfrutar desde su primera aparici¨®n en la que recuerda a Dr¨¢cula hasta que se abre la capa para mostrar cors¨¦ y medias con liguero, complementos que nunca llevar¨ªan Bela Lugosi o Christopher Lee. Buen¨ªsimo tambi¨¦n el veterano (2.200 representaciones de la funci¨®n) Kristian Lavercombe como Riff Raff (papel que es un caramelo y que encarnaba en el musical original y en la pel¨ªcula el propio autor del libreto y la m¨²sica, Richard O¡¯Brian). Y alt¨ªsimo asimismo el nivel de todos los dem¨¢s, Haley Flaherty (Janet, una sosias de Sandy Olsson), Reece Budin (Brad, papel que hac¨ªa Meek), Ben Wasthead (Rocky), Suzie Macadam (Magenta), Darcy Finden (Columbia) y el coro de fantasmas. Joe Allen (Eddie) lo tiene dif¨ªcil para hacer olvidar a Meat Loaf y su entrada en moto en la pel¨ªcula con el temazo Hot Patootie, Bless My Soul. Hace doblete en el rol de Doctor Scott ¡ªno recordaba su pasado nazi (¡°nunca pudierrron prrrobarrr nada¡±) a lo doctor Strangelove de Kubrick¡ª, el investigador de ovnis y rival de los extraterrestres. A ¨¦l o alguien muy parecido te lo pod¨ªas encontrar en el lavabo de hombres inclinado sobre un urinario componiendo una extravagante figura (incluso para estos tiempos) con liguero y medias¡­

En fin, h¨¢gase un favor, compre una entrada y corra a verla.

Puedes seguir a EL PA?S Catalunya en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal