La ambulancia militar y el huevo: Francesc Torres despliega la guerra en una impactante instalaci¨®n en El Born CCM de Barcelona
¡®La maldad bienvenida¡¯ es el t¨ªtulo de la obra del artista que invita a reflexionar sobre la experiencia b¨¦lica y puede verse en el vest¨ªbulo del centro
La imagen es sorprendente y chocante: una vieja ambulancia militar Land Rover amorrada contra un alto muro de hormig¨®n y alrededor cuatro bicicletas, ajadas y maltratadas, tiradas de cualquier manera. Al acercarte, observas m¨¢s cosas: hay una foto en el muro, de un soldado sujetando a un beb¨¦; y junto a las bicis y la ambulancia, en el suelo, otra foto, la de un hombre, un civil, muerto en su propia bicicleta. De las puertas traseras abiertas del veh¨ªculo sanitario brotan sonidos: dentro, donde deber¨ªa estar la camilla, una pantalla muestra im¨¢genes video gr¨¢ficas en bucle, de una mujer amamantando a una criatura y de diversas escenas de guerra, altern¨¢ndose. M¨¢s extra?o es descubrir entre el parachoques delantero de la ambulancia y el muro, aguant¨¢ndose por la presi¨®n, un huevo de gallina.
El extra?o e impactante conjunto es la instalaci¨®n art¨ªstica que Francesc Torres, uno de nuestros creadores m¨¢s internacionales y reconocidos, pionero del videoarte y la instalaci¨®n multimedia y el artista al que se dej¨® trabajar con los restos materiales recuperados de la Zona Cero de las Torres Gemelas, ha emplazado en el vest¨ªbulo de la entrada principal de El Born Centro de Cultura y de Memoria (CCM) de Barcelona. Titulada La maldad bienvenida y creada espec¨ªficamente para el lugar, donde figura como el pr¨®logo de la exposici¨®n temporal ?Por qu¨¦, la guerra?, prevista para marzo de 2024 (entonces la pieza de Torres se incorporar¨¢ a la muestra), es una invitaci¨®n a reflexionar sobre la experiencia b¨¦lica por parte de un artista en cuya producci¨®n la guerra, las armas, la tecnolog¨ªa, la automoci¨®n y la maquinaria militar han tenido un lugar relevante. Torres (Barcelona, 75 a?os) fue el autor en 2021 de la impresionante instalaci¨®n Aeron¨¢utica (vuelo) interior en el MNAC, en la que figuraba un bombardero republicano de la Guerra Civil suspendido en forma de cruz del techo de la Sala Oval.
¡°?Por qu¨¦, la guerra?, es una pregunta que ya plante¨® Albert Einstein a Sigmund Freud en 1932 en una carta y que este le contest¨®, preocupados los dos por el avance de la violencia fascista en Europa y c¨®mo se pod¨ªa parar¡±, se?ala junto a su ambulancia Torres, con un aspecto que recuerda (en crecidito) al Frederick Henry de Adi¨®s a las armas o al Larry Darrel de El filo de la navaja, y tambi¨¦n a alguno de los brigadistas internacionales de la guerra de Espa?a a los que tanto admira (empezando por el fot¨®grafo Harry Randall, al que dedic¨® ya una instalaci¨®n). Torres no se queda en una cr¨ªtica visceral a la guerra estos tiempos de conflicto en Ucrania y Gaza. ¡°Mi planteamiento ha sido ir m¨¢s all¨¢ de decir simplemente que la guerra es una salvajada. Y es que precisamente, si la examinas bien, la guerra es poco salvaje, es un fen¨®meno muy complejo y relacionado con lo m¨¢s esencial del ser humano. De hecho, y aunque pueda sorprender, la guerra, al igual que el arte y la religi¨®n, es una de las manifestaciones m¨¢s complejas, potentes y profundamente humanas¡±.
Torres opina que la erradicaci¨®n de la guerra fracasa hist¨®ricamente porque no se entiende su dimensi¨®n. Recalca que la guerra no es resultado de un impulso primario arcano, instintivo, y como tal ¡°un f¨®sil comportamental¡±, sino algo ¡°muy sofisticado, sist¨¦mico y moderno; algo que tiene reglas, leyes escritas, patrones de conducta, un ethos propio; algo que est¨¢ aceptado por las principales religiones, que tiene etiqueta en el vestir, dispone de base tecnol¨®gica, econ¨®mica, pol¨ªtica, y de un lenguaje caracter¨ªstico¡±. Recuerda el artista que la militar es una profesi¨®n honorable, que se aprende en escuelas prestigiosas como Saint Cyr, West Point, o Sanhurst. ¡°Se trata de cultura de primera magnitud, totalmente integrada en el tejido social, como fuerza determinante de la creaci¨®n de los Estados, como motor de innovaci¨®n tecnol¨®gica y cambio social¡±.
Torres ha tratado en su instalaci¨®n (comisariada por Marta Mar¨ªn-D¨°mina, ex directora del El Born CCM) de mostrar qu¨¦ es en realidad la guerra y por qu¨¦ existe. Y la respuesta a la segunda pregunta para la cual ha echado mano nada menos que de un pasaje de Tuc¨ªdides es ¡°porque se puede¡±. Esa es la respuesta que dieron los atenienses a los habitantes de la isla de Melos cuando, al amenazarlos los primeros con la muerte y la esclavitud si no alineaban con ellos contra Esparta en la guerra del Peloponeso, los m¨¦lidos se indignaron y les preguntaron c¨®mo eran capaces de ser tan injustos con quienes nunca les hab¨ªan perjudicado. La contestaci¨®n de los atenienses es la misma de los Estados actuales que hacen la guerra: porque se puede, porque podemos. ¡°El oscuro pozo de la guerra no tendr¨¢ fondo mientras el poder pueda¡±, apunta el artista.
Y a la hora de simbolizar todo eso, Torres ha escogido La maldad bienvenida, un t¨ªtulo contradictorio que hace referencia a la utilidad y hasta la necesidad (sin que esto cuestione su inmoralidad) de la guerra. ¡°La instalaci¨®n no afirma ni niega, justifica ni condena¡±, apunta.¡± No hay moralina ni moraleja¡±. El artista sopes¨® utilizar un tanque (una m¨¢quina que siempre le ha fascinado) pero, aparte de la dificultad que hubiera representado conseguir un carro de combate y meterlo en el Born, est¨¢ muy satisfecho de la ambulancia castrense, ¡°un veh¨ªculo destinado a salvar vidas, pero a la vez militar, un ox¨ªmoron¡±. Ese veh¨ªculo militar est¨¢ sosteniendo por presi¨®n un huevo, s¨ªmbolo universal de vida. Es un equilibrio delicado, si aprieta demasiado lo aplasta y si lo deja caer el huevo tambi¨¦n se destroza. ¡°La naturaleza del poder¡±, se?ala Torres, ¡°consiste en implementar una de las tres opciones posibles¡±.
La foto que hay en el muro, es una imagen ic¨®nica de la II Guerra Mundial. Tomada por Eugene Smith, muestra a un marine sosteniendo a un beb¨¦ desnudo en Saip¨¢n en 1944. Es un beb¨¦ japon¨¦s vivo que ha encontrado en un agujero despu¨¦s de la orgia de suicidios en la isla tras la invasi¨®n estadounidense. El marine, que seguramente horas antes estaba destripando soldados japoneses, muestra que posee a la vez la capacidad de matar y la de salvar. La imagen anam¨®rfica (comprimida y s¨®lo visible bien desde una posici¨®n) en el suelo, junto y debajo de la ambulancia, es otra foto famosa, la de la Guerra de Ucrania del ciclista abatido por soldados rusos en Buja en 2022. ¡°El civil muerto es la v¨ªctima esencial de toda la guerra¡±, explica Torres antes de ir hasta la parte trasera de la ambulancia (pr¨¦stamo de una asociaci¨®n, Premive, que se dedica a localizar y restaurar veh¨ªculos hist¨®ricos militares) y comentar las im¨¢genes del v¨ªdeo. Es un collage en el que puede verse entre otras escenas, una ceremonia del Pelot¨®n de Instrucci¨®n Silenciosa del Cuerpo de Marines de EE UU, un tiroteo en Siria, la explosi¨®n de un tanque ruso al recibir un pepinazo (el artista recuerda la propensi¨®n a estallar de los carros rusos a causa de llevar integrado en el habit¨¢culo el dep¨®sito de municiones), y la impresionante haka que soldados neozelandeses dedican como homenaje a un camarada muerto en Afganist¨¢n.
Torres quiere que el sonido de la videoinstalaci¨®n se extienda (¡°invada¡±) hacia las ruinas de 1714 que son el elemento fundamental del Born CCM. ¡°Este es un terreno que no es por supuesto extra?o al discurso que hago¡±, reflexiona.
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