La hamburguesa y la lechuga
Aragon¨¨s necesita dar imagen de fuerza de cara a las elecciones catalanas, frente a la oposici¨®n, pero m¨¢s a¨²n frente a su propio partido
Explicar que se asciende a vicepresidenta a Laura Vilagr¨¤ para reforzarla en la negociaci¨®n con el ministro F¨¦lix Bola?os es como justificar que uno se come una hamburguesa en lugar de una ensalada porque ha subido el precio de la lechuga. Un pretexto con algo de verdad, pero que oculta la causa principal: que nos gusta m¨¢s la hamburguesa o que Pere Aragon¨¨s necesita dar imagen de fuerza a su Gobierno de cara a las elecciones catalanas. Sean cuando sean. Y lo necesita frente a la oposici¨®n pero incluso m¨¢s frente a su propio partido. Frente a Oriol Junqueras, que a¨²n en noviembre sembraba dudas sobre sus intenciones de ser de nuevo presidenciable (¡°Estoy aqu¨ª para intentar ayudar al pa¨ªs, al presidente Pere Aragon¨¨s y a todo el mundo¡±, dijo en el 3/24, algo que a todo el mundo le pareci¨® demasiado cr¨ªptico, incluso para lo habitual en el l¨ªder de ERC). Y tambi¨¦n frente a una militancia tentada de confiar m¨¢s en el carisma de Junqueras que en la discreci¨®n correcta pero gris del actual president.
Pere Aragon¨¨s acumula problemas como la sequ¨ªa, el nivel educativo del alumnado catal¨¢n, la crisis permanente de la sanidad p¨²blica, pero su imagen est¨¢ lastrada especialmente porque le correspondi¨® gestionar el pinchazo del globo del proc¨¦s. A Carles Puigdemont nadie le ha pedido nunca cuentas de la gesti¨®n de su Govern, porque a nadie le importaba: s¨®lo contaba ¡°el desaf¨ªo independentista¡±, a favor o en contra. Quim Torra fue la versi¨®n B del anterior -y encima le toc¨® la pandemia, que pill¨® desprevenido a todo Dios y que cada uno gestion¨® como pudo. En cambio, no es f¨¢cil ser quien abre las luces de la discoteca y avisa a la gente de que se acab¨® la fiesta y toca volver al curro. Por eso, el president de la Generalitat ha decidido tomar de un brazo a Laura Vilagr¨¤ (que lleg¨® como pr¨®xima de Junqueras a trav¨¦s de su abogada Estefan¨ªa Torrente pero tambi¨¦n como pr¨®xima de Aragon¨¦s en las Juventudes de ERC) y del otro a Sergi Sabri¨¤ (a quien no duelen prendas de entrar al choque directo con Junts per Catalunya), para que le a¨²pen como l¨ªder fuerte y medi¨¢tico. O lo intenten al menos.
La oposici¨®n lo ha detectado f¨¢cilmente y se lo ha echado en cara; a ver, si sabr¨¢n ellos lo que es electoralismo; el socialista Salvador Illa lleva meses present¨¢ndose como la force tranquille, a lo Mitterrand -salvando las distancias-, y el juntista Albert Batet ha soltado incluso un lema de campa?a: ¡°la ¨²nica alternativa para tener un pa¨ªs mejor y un pa¨ªs m¨¢s libre es Junts per Catalunya¡±. En Vox y en el PP urgen a convocar elecciones antes de que la amnist¨ªa pase de moda como arma arrojadiza -bueno, no lo dicen as¨ª de claro, por supuesto-, y hasta Carlos Carrizosa se ha atrevido a afirmar que ¡°hay una alternativa de futuro, y es Ciutadans¡±. S¨ª, ha dicho ¡°de futuro¡±.
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