Los comunes f¨ªan el acuerdo de investidura en Catalu?a a la ¡°ambici¨®n¡± del PSC en vivienda
Comuns reclama a los socialistas m¨¢s implicaci¨®n de la Generalitat en la construcci¨®n de pisos protegidos en unas negociaciones que intentan sortear el bloqueo que supuso el Hard Rock
De todas las carpetas que hay sobre la mesa en las negociaciones para una eventual investidura de Salvador Illa (PSC), los comunes priorizan las medidas sobre vivienda. Y de la ¡°ambici¨®n¡± de los socialistas en esta materia, plantean desde los despachos de los Comuns, depende parte de las opciones para que el di¨¢logo se convierta en un acuerdo.
¡°Tiene que ser la legislatura de la vivienda¡±, defiende constantemente J¨¦ssica Albiach, l¨ªder de la formaci¨®n en el Parlament. Los comunes consideran que la Generalitat debe asumir un rol m¨¢s activo en la implementaci¨®n de medidas residenciales y buscan un compromiso de los socialistas para impulsar su rol desde el Ejecutivo catal¨¢n. ¡°El Incas¨°l (Institut Catal¨¤ del S¨°l) solo ha construido 560 pisos de protecci¨®n oficial en la ¨²ltima d¨¦cada¡±, denuncia la propia Albiach, abierta a entrar en el Govern. Ahora los negociadores aspiran a hacer crecer la cifra y que no sean los municipios quienes asuman mayoritariamente las pol¨ªticas de vivienda p¨²blica. ¡°La Generalitat tiene que hacer su trabajo. Hasta ahora estaba demasiado delegado en los ayuntamientos¡±, reclam¨® el martes Albiach en una entrevista en el canal auton¨®mico 3/24.
La negociaci¨®n revisa actualmente otras cuestiones de la misma carpeta: la regulaci¨®n de los alquileres de temporada (el Parlament tumb¨® un decreto al respecto que los comunes apoyaban tras la abstenci¨®n del PSC), la gesti¨®n de los desahucios y la rehabilitaci¨®n de buena parte del parque de vivienda en los barrios m¨¢s vulnerables. Ambas formaciones admiten que existen avances e intercambios de documentos, aunque a¨²n hay recorrido para alcanzar puntos de encuentro definitivos.
A diferencia del ruido que generan las negociaciones entre ERC y PSC por la crisis interna de los republicanos, las relaciones entre comunes y socialistas se han desarrollado sin aristas p¨²blicas. Las formaciones se saben necesarias para alcanzar una mayor¨ªa ¡°progresista¡±, pero alcanzar un acuerdo no parece tan sencillo porque el di¨¢logo debe superar las posiciones maximalistas mostradas en campa?a. Albiach fue muy cr¨ªtica con las propuestas de Illa y el socialista asumi¨® el Hard Rock, convertido en una especie de elefante en la habitaci¨®n en las actuales negociaciones tras abanderar los comunes la lucha contra el proyecto. ¡°Es un elemento importante en las negociaciones¡±, admiti¨® Albiach, que lo incluy¨® como una cuesti¨®n m¨¢s del di¨¢logo en materia de infraestructuras. El futuro del macrocasino, en todo caso, a¨²n no est¨¢ definido, y el objetivo de comunes y socialistas es evitar que se convierta en una mancha en el expediente entre lo que se dijo y lo que se asume.
Todos los actores parecen ser conscientes de los dif¨ªciles equilibrios pol¨ªticos que existen en las negociaciones de investidura. Incluso en los pasillos del Parlament o en la sala de prensa los representantes pol¨ªticos rechazan comentar la actualidad: ¡°No queremos negociar en p¨²blico¡±, justifican. En el fondo del silencio conviven los vasos comunicantes entre el parlamento auton¨®mico y el Congreso de los Diputados (Junts ha amagado con dejar caer al presidente Pedro S¨¢nchez en el Gobierno si no facilita una investidura de Carles Puigdemont en Catalu?a) y el miedo de una repetici¨®n electoral. Algunas encuestas internas de los partidos alertan de que otros comicios no mover¨ªan excesivamente los bloques actuales, pero pondr¨ªan en riesgo los 68 diputados que actualmente suman PSC, ERC y Comuns, el m¨ªnimo de una mayor¨ªa parlamentaria. ¡°Junts busca desestabilizar las negociaciones e ir a otra vez a las urnas¡±, remarcan desde los partidos de izquierda.
Prudencia entre ERC y Comuns
De momento el PSC pivota todas las negociaciones. ERC y Comunes aseguran que no tienen una comunicaci¨®n continua de cara a una investidura, pero ambas formaciones se vieron hace d¨ªas en Ginebra (Suiza) antes del regreso de la secretaria general republicana Marta Rovira a Catalu?a tras la aplicaci¨®n de la ley de amnist¨ªa. Conscientes de su proximidad pol¨ªtica, el encuentro sirvi¨® para compartir ideas y reforzar aquellas materias que cada formaci¨®n considera capitales para su proyecto: la vivienda en el caso de los comunes y la financiaci¨®n para los republicanos. Desde entonces y como socios potenciales, ambos partidos intentan no torpedear las propuesta ajenas en estas carpetas.
Todos los frentes abiertos, sin embargo, dependen de la ratificaci¨®n de un eventual acuerdo entre ERC y el PSC por las bases republicanas. Rovira ya asegur¨® que desea alcanzar un pacto con los socialistas a finales de julio, a pesar de que el l¨ªmite reglamentario es el 26 de agosto, para poder plantear a los militantes un acuerdo sin la presi¨®n del reloj. Pero la percepci¨®n de los pocos diputados del sector progresista que se dejan ver por el Parlament es que ser¨¢ complicado seducir a los votantes republicanos. ¡°Tal y como est¨¢ el partido; quiz¨¢s no se vote con la mirada puesta en el contenido de un eventual acuerdo, sino con la mirada puesta en la crisis interna¡±, avisa un alto cargo republicano.
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