Cuatro de cada diez catalanes, sin vacaciones

Hablar de vacaciones no es hacerlo, necesariamente, de viajes, sino del derecho al descanso. En 2023, m¨¢s del 40% de la poblaci¨®n de Catalu?a aseguraba que, por motivos econ¨®micos, no pod¨ªa irse de vacaciones al menos una semana al a?o. En ese mismo periodo, la regi¨®n recib¨ªa m¨¢s de 18 millones de visitantes extranjeros (el 21,2% de los 85 millones que llegaron a Espa?a, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica). Las grandes empresas del sector, agrupadas en la patronal Exceltur, auguran que las cifras de 2024 ser¨¢n a¨²n mejores en cantidad de llegadas, gasto y creaci¨®n de empleo.

El turismo supone el 12% del PIB catal¨¢n (casi el 13% en Espa?a), y es uno de los principales motores de crecimiento del pa¨ªs. Seg¨²n las ¨²ltimas previsiones del Ministerio de Econom¨ªa, llegaremos al 2,4% en 2024. Como imaginar¨¢n, ahora vienen los peros.

El primero: que el crecimiento no genera bienestar por s¨ª mismo. No lo genera si los costes humanos, sociales y medioambientales son altos y tampoco si no se reparten de forma justa los beneficios. Costes como la proliferaci¨®n de pisos tur¨ªsticos y la escasez de vivienda digna y asequible; la precariedad laboral en muchas actividades del sector; la extenuaci¨®n de los recursos naturales y urbanos; la disneyficaci¨®n del centro de las ciudades y, de fondo, la conversi¨®n de cualquier territorio y forma de vida en un producto del capitalismo global.

El segundo: que cuando hablamos de vacaciones no lo hacemos necesariamente de viajes, sino de otra cosa. Hablamos del derecho al descanso y al disfrute del tiempo libre. Un tiempo que, para muchas personas, solo alcanza para reparar y poner a punto la m¨¢quina para seguir trabajando, dentro o fuera de casa. Reparaci¨®n del esfuerzo f¨ªsico y mental. Puesta a punto de todo lo necesario para seguir en pie: alimentaci¨®n, vestimenta, tareas del hogar y cuidados.

En realidad, ?qui¨¦n puede descansar? Quien no est¨¢ en estado de agobio permanente. Y en 2023, cuatro de cada diez personas ten¨ªan motivos para estarlo. El 38,5% de la poblaci¨®n catalana afirmaba que no podr¨ªa hacer frente a un gasto imprevisto de 600 euros como por ejemplo cambiar la caldera o tener una aver¨ªa en el coche. El 40,3% tuvo que reducir la compra de carne o pescado debido a la inflaci¨®n, y una cifra similar renunci¨® a un tratamiento m¨¦dico por no poder permit¨ªrselo (ir al dentista, principalmente).

Son datos de la encuesta Vivir la desigualdad, elaborada por Oxfam Interm¨®n junto a la agencia 40dB, y revelan que, pese a la mejora estad¨ªstica de los datos macroecon¨®micos (crecimiento, creaci¨®n de empleo y moderaci¨®n de la inflaci¨®n), una parte importante de la sociedad tiene el piloto encendido de enero a diciembre, con el inexorable efecto de esa luz roja en la salud mental, en la posibilidad de planificar la vida y proyectarse a futuro. En el sue?o, en los sue?os.

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