Nadie quiere saber nada de Vox en la campa?a andaluza
Moreno marca l¨ªneas rojas a la extrema derecha entre dudas sobre el papel de la candidata Olona
Hay dos batallas diferentes en la campa?a andaluza. De un lado se sit¨²an casi todos, del PP a las izquierdas alternativas, discutiendo sobre su comunidad. Enfrente, un p¨²gil solitario combate para salvar Espa?a: Macarena Olona. Mientras todos los dem¨¢s ¡ªel PP el primero¡ª se empe?an en el prosaico mensaje de que esto solo va de Andaluc¨ªa, la candidata de Vox se encarama a las alturas de la ¨¦pica: ¡°El partido que se juega el 19 de junio es Espa?a. Y, seg¨²n sean los resultados, si se le da la puntilla a Espa?a o se crea un aut¨¦ntico foco de esperanza¡±. Olona se lo avisa a los andaluces en el digital El Liberal: de ellos depende que Espa?a no sucumba.
Ya se hab¨ªa visto en el debate televisado del pasado lunes, en el que cinco candidatos hablaban de hospitales y colegios mientras Olona repart¨ªa diatribas contra el feminismo y la cultura isl¨¢mica, asuntos que ninguna encuesta ha descubierto entre las principales preocupaciones de los andaluces. Macarena de Salobre?a, como ella misma se titula, no hace nada por desmentir a sus rivales cuando acusan a Vox de usar Andaluc¨ªa como trampol¨ªn hacia el Gobierno de Espa?a. En el PP susurran el mensaje ¡ªsin sustento en los sondeos conocidos hasta ahora¡ª de que la falta de un discurso andaluz est¨¢ pasando factura a Olona.
Vox ha protagonizado hasta ahora una campa?a menos triunfal de lo previsto. Olona ha jugado mucho a no exponerse. Ha rehuido las entrevistas a los medios p¨²blicos auton¨®micos y le han organizado actos m¨¢s bien peque?os. Santiago Abascal se est¨¢ volcando en reforzar la campa?a. Al margen de cu¨¢l sea su desempe?o final, la extrema derecha aparece como el nudo gordiano de estas elecciones. La prueba es la insistencia de todos los dem¨¢s en erigirse en garant¨ªa de que Vox no gobernar¨¢. El popular Juan Manuel Moreno reclama una ¡°mayor¨ªa suficiente¡± para poder prescindir de tal compa?¨ªa. Juan Mar¨ªn, de Ciudadanos, pide que le voten a ¨¦l para que Moreno conserve un socio fiable. Y las distintas izquierdas aseguran que solo hay dos alternativas: o ellas mismas forman su c¨®ctel de gobierno o lo har¨¢n las derechas, incluidas sus dosis m¨¢s indigestas. ¡°El PP apuesta por el pasado y la ultraderecha, nosotros por el futuro¡±, declar¨® este viernes el ministro F¨¦lix Bola?os, de campa?a con el PSOE en M¨¢laga, donde asisti¨® a un acto en recuerdo de La Desband¨¢, la masacre de miles de civiles andaluces por la aviaci¨®n franquista en la Guerra Civil.
Moreno, en su imagen de hombre apacible, afable y sonriente, ha optado mayormente por ignorar a Vox. Pero este viernes aprovech¨® una entrevista en la SER con ?ngels Barcel¨® para marcar distancias frente a la extrema derecha. Se pregunt¨® cu¨¢l puede ser el ¡°inter¨¦s¡± de Vox en participar en un ¡°Gobierno en el que no cree¡±, ya que aboga por suprimir las autonom¨ªas. Y explic¨® que su aspiraci¨®n es captar el apoyo de una ¡°mayor¨ªa tranquila y serena¡±, a la que ofrece preservar ¡°el clima pol¨ªtico de Andaluc¨ªa, donde se discute con serenidad en el Parlamento¡±.
Tampoco es que Moreno prometa que jam¨¢s gobernar¨¢ con Vox, aunque siga jugando con el aviso de que, llegado el caso, no le temblar¨ªa el pulso para forzar nuevas elecciones. Lo que asegura es que hay cosas a las que no renunciar¨¢ en ning¨²n caso: el Estatuto de Autonom¨ªa y las pol¨ªticas contra la ¡°violencia de g¨¦nero¡± ¡ªen la SER recalc¨® el t¨¦rmino¡ª y contra el cambio clim¨¢tico, esas cuestiones que Vox reduce a ¡°mantras del consenso progre¡±.
La izquierda se encontr¨® este viernes con una mala y una buena noticia. La mala, el parte meteorol¨®gico: varios d¨ªas con el term¨®metro rondando o superando los 40 grados no son la mejor ayuda para sacar al electorado progresista de su sopor. El candidato del PSOE, Juan Espadas, lo coment¨® con estoicismo en un acto con gentes de la cultura de Sevilla, antes de anunciar la buena noticia para compensarlo: ¡°El voto por correo ha duplicado al de 2018¡å. Movilizar, movilizar y movilizar es la divisa incesante de la izquierda. Espadas no se cansa de repetirlo, de apelar incluso a los que sientan ¡°cabreo o decepci¨®n¡±. ¡°No podemos pensar que esto no va conmigo, que da igual, que el resultado ya est¨¢ previsto¡¡±, insisti¨®. ¡°Est¨¢ en juego el modelo de sociedad¡±. Mientras, en M¨¢laga, Bola?os, entre evocaciones a la carnicer¨ªa de La Desband¨¢, agitaba el peligro de la ¡°ultraderecha¡± para apelar ¡°al 40% de indecisos¡±.
Para ayudar a la movilizaci¨®n de la izquierda llegan Pedro S¨¢nchez y Yolanda D¨ªaz, en un fin de semana en que no quedar¨¢ l¨ªder nacional sin pasar por Andaluc¨ªa: tambi¨¦n desfilar¨¢n Alberto N¨²?ez Feij¨®o, Santiago Abascal e In¨¦s Arrimadas. D¨ªaz acude a su primer mitin con la candidata de Por Andaluc¨ªa, Inmaculada Nieto, junto a ??igo Errej¨®n; una estampa muy simb¨®lica de los intentos por recomponer las piezas del jarr¨®n roto a la izquierda de la izquierda. La vicepresidenta segunda ha acabado implic¨¢ndose m¨¢s de lo previsto en la campa?a, con otros dos actos programados para la ¨²ltima semana.
Adelante Andaluc¨ªa va por libre, prescindiendo de l¨ªderes nacionales. Su candidata, Teresa Rodr¨ªguez, sigue cultivando un combativo mensaje social, pero su primera ense?a no es ya el anticapitalismo, sino el andalucismo. Rodr¨ªguez ha olvidado su enojo tras el intento de Por Andaluc¨ªa de excluirle de los debates televisivos, ha cesado en los ataques y se ha sumado a esa especie de pacto de no agresi¨®n entre los grupos de izquierda.
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