Feij¨®o esconde en Europa sus pactos con Vox

La digesti¨®n de los pactos con otras fuerzas pol¨ªticas para un partido acostumbrado a d¨¦cadas de gobierno en solitario es un proceso complejo y a menudo doloroso, como puede atestiguar el PSOE. Ahora le ha correspondido el turno al PP, en un momento especialmente delicado, una campa?a electoral que debe decidir qui¨¦n manda en Espa?a en los pr¨®ximos cuatro a?os y adem¨¢s con unos socios que sostienen que el mundo est¨¢ amenazado por una conjunci¨®n de plut¨®cratas, marxistas, feministas y homosexuales. Los populares llevan dos semanas sufriendo c¨®licos por el trance y buscan alivios donde pueden. Negar la evidencia es uno de los m¨¢s socorridos. El propio Alberto N¨²?ez Feij¨®o lo ensay¨® este jueves en Bruselas ante la plana mayor del Partido Popular Europeo (PPE), al que trat¨® de convencer de que ha dado m¨¢s apoyos al PSOE que acuerdos ha suscrito con Vox tras el 28-M.

Hubo un tiempo en que la mayor¨ªa del centroderecha europeo abominaba de los partidos situados en el extremo de su flanco e incluso promov¨ªa contra ellos lo que se llam¨® cordones sanitarios. Todo eso ha saltado casi completamente por los aires, al tiempo que la marea ultra se va extendiendo por el continente y accediendo a gobiernos. El mismo l¨ªder del PPE, el socialcristiano b¨¢varo Manfred Weber, abandera el acercamiento a los que hasta ahora eran marginados del sistema.

A pesar de esta nueva tendencia, Feij¨®o acudi¨® este jueves a Bruselas para asistir a una cumbre del PPE dispuesto a convencer a sus correligionarios de que sus pactos con la extrema derecha deben de ser algo as¨ª como una leyenda urbana. Feij¨®o habl¨® en una reuni¨®n a puerta cerrada con sus colegas europeos y luego explic¨® a los periodistas lo que hab¨ªa contado all¨ª. Lo relat¨® as¨ª: ¡°Nadie me ha preguntado, pero yo les he informado en una intervenci¨®n de unos 10-15 minutos de c¨®mo estaban las cosas. Les he dicho que hemos apoyado m¨¢s veces al Partido Socialista que pactos de gobierno tenemos con Vox. Hemos apoyado al PSOE en la Alcald¨ªa de la capital vasca, en la Alcald¨ªa de la capital catalana y en la Diputaci¨®n Foral de Gipuzkoa. A cambio de nada. Y en este momento estamos con un acuerdo de gobierno en Valencia con presencia de Vox y otro acuerdo de gobierno en Baleares sin presencia de Vox¡±. El candidato popular lo remach¨® dirigi¨¦ndose al periodista que le hab¨ªa preguntado por el tema: ¡°Si usted hace la suma, ver¨¢ que hay m¨¢s apoyos al PSOE que gobiernos con Vox¡±.

Efectivamente, los casos descritos por Feij¨®o suman 3-2 a favor de sus apoyos al PSOE. Cierto, si no fuera porque el presidente del PP se entreg¨® al m¨¢s puro malabarismo para maquillar ante sus correligionarios lo que realmente ha sucedido en Espa?a desde las elecciones municipales y auton¨®micas. El l¨ªder del PP cogi¨® los casos de tres instituciones locales y los compar¨® con c¨®mo est¨¢ el mapa de pactos que todav¨ªa se negocia en las comunidades aut¨®nomas. Y pas¨® por alto que PP y Vox han suscrito tambi¨¦n acuerdos de gobierno en otras 140 administraciones locales, entre ellas algunos municipios tan importantes como Valladolid, Toledo, Burgos, Elche, Huelva, Orihuela o Talavera de la Reina, y en el caso balear, citado por ¨¦l mismo, los consells insulares de Mallorca y Menorca.

En sus comparecencias p¨²blicas de las dos ¨²ltimas semanas, el l¨ªder del PP trata de minimizar sus acuerdos con la extrema derecha, echando por delante esos tres casos en que su partido apoy¨® al PSOE. En Vitoria y en la Diputaci¨®n Foral de Gipuzkoa, EH Bildu fue la formaci¨®n m¨¢s votada, por lo que se habr¨ªa hecho con los respectivos gobiernos si los populares no hubiesen dado su apoyo a los acuerdos previamente sellados entre los socialistas y el PNV para cerrar el paso a la izquierda abertzale. En Barcelona los populares ten¨ªan en su mano decidir si la alcald¨ªa reca¨ªa en el independentismo de Junts o en el PSC.

A despecho de las otras decenas de pactos con Vox, a Feij¨®o le sirven estos tres ejemplos para proclamar, como hizo este jueves en Bruselas, que el PP ¡°es un partido previsible¡± y que tiene como objetivo ¡°superar los bloques y las trincheras¡±. ¡°Somos un partido de Estado, lo vamos a seguir siendo y lo estamos demostrando con los pactos poselectorales¡±, subray¨® el dirigente popular, al tiempo que lamentaba que nadie le haya ¡°dado las gracias¡± por la actitud de su formaci¨®n en los tres casos apuntados. Mientras desgranaba esos argumentos, Feij¨®o urg¨ªa a la l¨ªder de su partido en Extremadura, Mar¨ªa Guardiola, a llegar a un acuerdo con Vox.

Una de las incomodidades de los pactos es que no se pueden controlar las actitudes del aliado y estas acaban salpicando a la otra parte. Al PSOE le revent¨® la campa?a del 28-M que EH Bildu incluyese en sus listas a etarras con delitos de sangre. Estos d¨ªas es el PP quien tiene que sobrellevar el show organizado por Vox contra las celebraciones del Orgullo LGTBI. El festival de declaraciones incendiarias no tiene fin. Los ejemplos m¨¢s recientes: el vicepresidente de Castilla y Le¨®n, Juan Garc¨ªa-Gallardo, define la bandera del movimiento como un ¡°trapo arco¨ªris que une a la plutocracia internacional con la izquierda m¨¢s sectaria¡±; en Extremadura, donde PP y Vox negocian el Gobierno aut¨®nomo, un concejal ultra de M¨¦rida equipara la ense?a arco¨ªris a la ¡°bandera de los ped¨®filos¡±; en dos pueblos de Granada ese partido pide a la Guardia Civil que la retire de las respectivas casas consistoriales¡­ Todo eso al tiempo que el PP muestra su adhesi¨®n a las reivindicaciones LGTBI.

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