La ¡®influencer¡¯ y la ¡®normalencer¡¯ se disputan Zaragoza

Son las cinco de la madrugada y Natalia Chueca, de 46 a?os, ya est¨¢ en Mercazaragoza, el mercado de abastos de la capital de Arag¨®n. Entre lechugas y cajas de pescado, compuesta y con buena cara, la candidata popular no para de sonre¨ªr, a la vez que habla con los comerciantes del precio de los tomates o de lo que ha subido la merluza, mientras la c¨¢mara de un m¨®vil recoge todos los pasos de la mujer que aspira a liderar Zaragoza con el PP, la cuarta ciudad de Espa?a.

Instagram, Twitter, Facebook, YouTube¡­ Chueca le da a todo y difunde todo. Fue la primera pol¨ªtica aragonesa en abrirse cuenta en TikTok y tiene ya m¨¢s de 4.000 seguidores. Por tierra, mar y aire, ha difundido sus fotos y v¨ªdeos bailando jota, corriendo en el parque, probando tapas en el Tubo y hasta anunciando los pr¨®ximos conciertos de las fiestas del Pilar. Tiene cerveza con etiqueta propia, La Chueca, y hasta canci¨®n con ritmo pop y estribillo pegadizo sobre Zaragoza y sus t¨®picos. Su sobreexposici¨®n medi¨¢tica y digital le ha valido el apelativo de influencer, pero detr¨¢s de todo esto no est¨¢ sola. La empresaria Yolanda Gil, de La Tilde Comunicaci¨®n, le ha puesto tres personas para alimentar esas redes. ¡°El algoritmo la quiere¡±, dice Gil; y destaca su ¡°energ¨ªa inagotable y su cercan¨ªa¡± porque no quieren ¡°el tono adulterado de la pol¨ªtica y la clave es su naturalidad¡±.

Pero lo que unos llaman naturalidad, otros critican como falta de experiencia por ser una reci¨¦n llegada a la pol¨ªtica. Su historia comienza apenas hace cuatro a?os, cuando el presidente de los populares y entonces futuro alcalde, Jorge Azc¨®n, coincide con ella en un curso de la Escuela de Negocios ESIC, en Zaragoza, y acaba fich¨¢ndola como parte de su equipo antes de las pasadas elecciones.

Hija de charcutera con un puesto en el mercado de la calle Azoque, Chueca se licenci¨® en Administraci¨®n y Direcci¨®n de Empresas con premio extraordinario de la Universidad de Zaragoza, hizo un MBA, se dedic¨® al marketing y no le fue mal. Exdirectiva de la juguetera Imaginarium, pas¨® antes por agencias potentes de publicidad como Bassat y McCann Erickson hasta que aparc¨® la empresa privada para hacerse cargo de la concejal¨ªa de Movilidad y Servicios p¨²blicos en Zaragoza, en el Ayuntamiento que recuperaba la derecha ¡ªgracias al pacto con Ciudadanos y aun habiendo perdido el PP las elecciones¡ª y le arrebataba a la izquierda que lo hab¨ªa gobernado los ¨²ltimos 16 a?os.

Hoy, a las puertas de unas elecciones cuyas encuestas le sonr¨ªen tanto como ella, Chueca quiere ser la alcaldesa que probablemente nunca so?¨®. Justo al rev¨¦s de su oponente, la socialista Lola Ranera, de 52 a?os, que ha vivido el Ayuntamiento de Zaragoza como si fuera su segunda casa. Licenciada en Ciencias del Trabajo y educadora social, pas¨® por UGT y aterriz¨® en el Ayuntamiento primero como asesora, y luego ya como concejal, en 1999. ¡°Lola conoce el Consistorio como la palma de su mano, y el suyo es un conocimiento preciso, de lo que pasa y por qu¨¦¡±. El que habla es Juan Alberto Belloch, exalcalde de Zaragoza, que la conoce desde hace casi 30 a?os y siempre cont¨® con ella, para sus cuatro a?os de oposici¨®n y los 12 en el Gobierno: ¡°Es la heredera de la Expo¡±. Y destaca de ella su relaci¨®n y familiaridad con los vecinos y su fortaleza. ¡°Yo no soy influencer, soy normalencer¡±, dice la protagonista en un c¨®mic electoral en el que cuenta sus propuestas, queriendo diferenciarse de su oponente.

Lo cierto es que salvo excepciones, entre ambas, Chueca y Ranera, todo son diferencias. Les separa todo, ideolog¨ªa, car¨¢cter y visi¨®n de ciudad, aunque les une el haber llegado a encabezar sus respectivas candidaturas casi de rebote. Chueca no hubiera sido candidata de no ser porque a Azc¨®n no le qued¨® otra que asumir la candidatura auton¨®mica, con disgusto inicial, tras la jugada del G¨¦nova de Pablo Casado de convertirlo en presidente del partido. A Ranera le toc¨® encabezar cuando la actual ministra de Educaci¨®n, Pilar Alegr¨ªa, decidi¨® abandonar el Consistorio, tras serle arrebatada la alcald¨ªa con el pacto PP-Cs en 2019.

A partir de ah¨ª, el juego de las diferencias puede ser m¨¢s largo que una partida de Monopoly. Mientras Ranera apuesta por el tranv¨ªa como modelo de transporte para la capital, Chueca prefiere el bus el¨¦ctrico. Mientras la popular defiende bajar los impuestos, la socialista incide en los servicios p¨²blicos. Chueca elige la colaboraci¨®n p¨²blica privada y no le duelen prendas en defender que los antiguos kioscos del parque Grande de Zaragoza, el bautizado con el nombre de Jos¨¦ Antonio Labordeta, sean ahora franquicias de comida r¨¢pida que su adversaria critica. ¡°A medio plazo esos restaurantes estar¨¢n llenos de zaragozanos¡±, defiende Chueca en la Cadena SER. Mientras Ranera lo critica usando el sobrenombre de NaTagliatella que le han puesto sus oponentes digitales en alusi¨®n a la marca de uno de los establecimientos.

Tampoco est¨¢n de acuerdo en el modelo de explotaci¨®n del nuevo estadio de la Romareda, objeto de deseo en estos comicios, ni en c¨®mo reverdecer la ciudad ahora que la atraviesa, como a media Espa?a, la sequ¨ªa. Y en lo que m¨¢s difieren es en los socios. Chueca, seg¨²n la ¨²ltima encuesta de esta misma semana de 40dB. para EL PA?S y la Cadena SER, necesitar¨¢ al menos un concejal de Vox para alcanzar la mayor¨ªa. A Ranera le har¨ªan falta las mejores horquillas del resto de la izquierda, fragmentada en Zaragoza en tres posibles partidos, adem¨¢s del suyo, ZEC, Podemos y CHA si logra recuperar su presencia, para llegar a ser alcaldesa. ¡°Con Lola es posible¡±, dice su eslogan. ¡°Seguimos haciendo Zaragoza¡±, predica Chueca. El 28-M se sabr¨¢ qui¨¦n acierta.