El ocaso de los capos gallegos tres d¨¦cadas despu¨¦s de la Operaci¨®n N¨¦cora
La multiplicaci¨®n de bandas y la superproducci¨®n de drogas en un mercado global ha llevado a la irrelevancia internacional a los herederos del negocio en Galicia
Hace 32 a?os que se declar¨® en Espa?a la batalla contra los narcos. El 12 de junio de 1990 estall¨® la Operaci¨®n N¨¦cora, una monumental redada que se dise?¨® durante meses para ser una sorpresiva encerrona contra medio centenar de objetivos y con un despliegue policial nunca visto hasta entonces. Tuvo su epicentro en la r¨ªa de Arousa, en un peque?o territorio del sur de Pontevedra donde se concentraba el mayor n¨²mero de capos con sus extensas bandas que controlaban toda la droga que entraba en la Pen¨ªnsula. Pese al fiasco por el resultado judicial y del primer narcoarrepentido, que luego confes¨® que hab¨ªa mentido, la operaci¨®n marc¨® un antes y un despu¨¦s en el narcotr¨¢fico en Galicia y dej¨® a sus jefes tocados y en peligro de extinci¨®n. Hoy el narco gallego poco tiene que ver con aquellos tiempos.
Hasta entones nadie se hab¨ªa atrevido a poner nombre ante un juez a aquellos emprendedores capos. Leyendas del contrabando de tabaco como Vicente Otero Terito, Manuel Charl¨ªn (ya fallecido), Sito Mi?anco, Laureano Oubi?a o Marcial Dorado acapararon los fotogramas de la operaci¨®n pero la mayor¨ªa qued¨® en libertad sin cargos No se logr¨® incautar ni un gramo de droga, y el joven juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garz¨®n lo ten¨ªa dif¨ªcil para probar sus supuestas andanzas. Sin embargo, Garz¨®n pis¨® el acelerador con el testigo de cargo Ricardo Portabales, arropado por la plana mayor del Ministerio de Interior y una reci¨¦n creada Fiscal¨ªa Antidroga.
Los avatares del narcotr¨¢fico internacional han convertido a aquellos capos gallegos en irrepetibles, aunque muchos intentaron el relevo, y tampoco se ha podido alcanzar su capacidad financiera. Tres d¨¦cadas despu¨¦s, los productores de la droga mandan y ya no venden los alijos como lo hac¨ªan antes para que los traficantes gallegos se encargaran de la distribuci¨®n, sino que son ellos los due?os del mercado y los han relegado a meros transportistas a comisi¨®n, que se quedan a cambio con una parte del cargamento, un 30% aproximadamente.
¡°Europa demanda ya el mayor consumo de coca¨ªna y el precio de la droga es el doble que en EEUU; este es uno de los motivos de por qu¨¦ a los narcos gallegos le han salido tantos competidores¡±, comenta un agente antidroga de Pontevedra. ¡°Si algo han aprendido es a seguir controlando las rutas mar¨ªtimas, que es su balsa de supervivencia¡±, incide.
Con la mayor producci¨®n de coca¨ªna encadenando m¨¢ximos hist¨®ricos desde 2017 y una demanda r¨¦cord de consumo de esta droga, sobre todo en Europa, el mercado global ha colocado a Galicia en uno de los puentes para el tr¨¢nsito de cargamentos al Viejo Continente, bajo el control de numerosas bandas intermediarias multirraciales que se reparten los suculentos beneficios de las ventas. M¨¢s droga y de mayor pureza, m¨¢s organizaciones y tambi¨¦n mayores incautaciones marcan el nuevo eje de los continuos cambios y estrategias de los traficantes que siempre dan un paso m¨¢s en su plan de colaboraci¨®n con los narcos gallegos.
La captura del primer narcosubmarino en Europa en una playa de Cangas (Pontevedra) en noviembre de 2019 es una prueba irrefutable de que los c¨¢rteles sudamericanos mandan y que, adem¨¢s de la droga, exportan los mismos m¨¦todos de transporte que emplean para vender la coca¨ªna en el continente americano. El batiscafo fue construido en la selva colombiana de donde zarp¨® y su piloto era un narco gallego de 29 a?os que sab¨ªa navegar y acept¨® hacer la arriesgada traves¨ªa de un mes con 3.000 kilogramos de coca¨ªna que iban a convertirse en m¨¢s de 120 millones de euros.
A medida que el narcotr¨¢fico gallego fue quedando descabezado de l¨ªderes, las operaciones han perdido los nombre propios, dejando el protagonismo para las haza?as de los transportes o la inventiva de los narcos para camuflar sus env¨ªos. Los hist¨®ricos jefes que instauraron el gran negocio de la coca¨ªna y fundaron los primeros c¨¢rteles que se disputaban la entrada de cargamentos a gran escala en Europa ya se encuentran fuera de cobertura. Las nuevas generaciones solo trabajan a las ¨®rdenes de los grupos sudamericanos que controlan la producci¨®n en las selvas amaz¨®nicas y su reducido papel en el ¨¢mbito mar¨ªtimo les ha llevado a la irrelevancia en el estatus internacional.
Sito Mi?anco, el ¨²nico que sigue en prisi¨®n
Hasta que estall¨® la Operaci¨®n N¨¦cora, con el contrabando solapando el narcotr¨¢fico como un delito socialmente aceptado, solo hab¨ªa indicios de que la mayor¨ªa de los capos, que funcionaban como una aut¨¦ntica oficina de empleo, hab¨ªan cambiado a las multinacionales tabaqueras por los c¨¢rteles colombianos de Medell¨ªn y Cali, que ya estaban en guerra con el control de mercados y territorios en Norteam¨¦rica. Su prop¨®sito era inundar Europa de coca¨ªna a trav¨¦s de las costas de Galicia, y lo consiguieron.
En plena transici¨®n del tabaco al hach¨ªs y luego a la coca¨ªna, la redada removi¨® los cimientos de toda la potente infraestructura que estaba funcionando a pleno rendimiento y fue un aviso a navegantes. Los jefes salieron indemnes del juicio pero la presi¨®n policial que se desat¨® sobre todos ellos acab¨® con las leyendas y los mitos en el transcurso de las siguientes dos d¨¦cadas.
El ejemplo m¨¢s paradigm¨¢tico es el de Jos¨¦ Ram¨®n Prado, Sito Mi?anco, de 66 a?os, que acab¨® entre rejas seis meses despu¨¦s de que la Operaci¨®n N¨¦cora y dirig¨ªa la m¨¢s fiable organizaci¨®n para los c¨¢rteles colombianos. Sito, que ya hab¨ªa traspasado las fronteras de Galicia para fijar su base de operaciones en Panam¨¢ y B¨¦lgica, hab¨ªa quedado fuera de la redada y era un fugitivo desde entonces. La polic¨ªa le pisaba los talones y logr¨® implicarle con una partida de 300 kilos de coca¨ªna en Madrid, junto a varios de sus lugartenientes, una cantidad nimia para los alijos que luego traer¨ªa a Espa?a. La primera de las tres condenas que le cayeron (18 a?os) le convirtieron en el capo m¨¢s carism¨¢tico y resiliente del narcotr¨¢fico gallego, el ¨²nico que permanece en prisi¨®n.
¡°El narcotr¨¢fico se ha ido adaptando a la falta de liderazgos y hoy demanda mano de obra especializada para adaptarse a las dificultades¡±, apunta otro experto antidroga de la Guardia Civil. ¡°Cada fase, desde los laboratorios hasta que la droga llega a tierra, requiere de sus peones y en la ¨²ltima, que es casi siempre la m¨¢s arriesgada porque hay que surcar el oc¨¦ano Atl¨¢ntico, aparecen los grupos gallegos que son los que mejor conocen el terreno¡±, a?ade.
Para Manuel Charl¨ªn, fallecido en enero pasado a los 89 a?os, el caso N¨¦cora tambi¨¦n fue el comienzo de su viacrucis judicial, que arrastr¨® a toda su familia. El clan de Los Charlines levant¨® un emporio en el tr¨¢fico de coca¨ªna y hach¨ªs con el relevo generacional de hijos y nietos del patriarca hasta que la c¨¢rcel tambi¨¦n les fue retirando de la primera l¨ªnea. Sin pazos ni empresas, Charl¨ªn solo ha dejado un legado de juicios por blanqueo a sus descendientes.
Laureano Oubi?a sali¨® de prisi¨®n en 2017 siendo el capo que ha cumplido la condena m¨¢s larga por tr¨¢fico reincidente de hach¨ªs. Domin¨® casi dos d¨¦cadas el mercado europeo con proveedores pakistan¨ªes y marroqu¨ªes hasta que la c¨¢rcel lo apart¨® del negocio en cuatro ocasiones. Ha publicado sus memorias y se dedica a vender ejemplares en mercadillos y eventos deportivos, mientras sus hijas siguen pleiteando por su herencia en el Pazo de Bai¨®n, el objetivo de la Operaci¨®n N¨¦cora, que 18 a?os despu¨¦s fue vendido por el Estado por 15 millones de euros.
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