Un a?o del accidente de autocar en Pontevedra con siete muertos en Nochebuena: delito leve para el ch¨®fer e indemnizaciones en el aire
El tac¨®grafo no pudo precisar a qu¨¦ velocidad iba el autob¨²s por la carretera donde se produjo el siniestro. Los dos supervivientes alegan fallos t¨¦cnicos y factores climatol¨®gicos extremos
A las siete de la tarde de d¨ªa de Nochebuena de 2022, un autocar de la compa?¨ªa Monb¨²s arranc¨® de la estaci¨®n de autobuses de Lugo para llegar a Vigo unas tres horas despu¨¦s. Era una de las noches m¨¢s lluviosas del a?o y su ¨²ltima parada acab¨® siendo el lecho del r¨ªo L¨¦rez, a unos 56 kil¨®metros de alcanzar su destino. Solo el conductor y uno de los ocho pasajeros lograron sobrevivir al accidente, el peor registrado en Galicia desde 1987. Un a?o despu¨¦s, el proceso judicial gira en torno a la responsabilidad del ch¨®fer y las indemnizaciones que fijar¨¢ la sentencia. Seg¨²n los informes de la Guardia Civil de Tr¨¢fico, el conductor excedi¨® el l¨ªmite de los 80 kil¨®metros por hora en la zona del siniestro, lo que conlleva una multa por delito leve. El hecho de que las siete v¨ªctimas no llevaran el cintur¨®n puesto y s¨ª los dos supervivientes ser¨¢ el fondo del asunto del juicio en el que se determinar¨¢n las cantidades que podr¨¢n reclamar los afectados a la compa?¨ªa aseguradora.
La instrucci¨®n del caso ha ido m¨¢s lenta de lo previsto porque el tac¨®grafo recuperado por los buzos de la Guardia Civil el d¨ªa que izaron el autob¨²s del lecho del r¨ªo no ha dado los resultados esperados. Los da?os causados en el dispositivo tras permanecer cuatro d¨ªas bajo el agua no han permitido concretar la velocidad real a la que circulaba el veh¨ªculo en el momento del accidente. Tampoco en la central de la compa?¨ªa de viajeros se recibi¨® ning¨²n dato, al perderse la se?al de posicionamiento del autob¨²s probablemente debido a fallos el¨¦ctricos en el cuadro de mandos, anomal¨ªas que fueron advertidas por el conductor segundos antes de caer al L¨¦rez.
Los expertos en siniestros de Tr¨¢fico han analizado los restos del autocar -12 toneladas de chatarra de hierro y carrocer¨ªa- y han realizado una simulaci¨®n para reconstruir el accidente. Han determinado la velocidad hallando la media de los cuatro d¨ªas anteriores en los que el autob¨²s hizo ese mismo trayecto. As¨ª, el dictamen concluye que circulaba a unos 90 kil¨®metros por hora y, por tanto, sobrepas¨® la velocidad limitada a 80 al entrar en el puente de Pedre, situado en el ayuntamiento de Cercedo-Cotobade (Pontevedra). Sin embargo, el propio conductor y la pasajera que sobrevivi¨® declararon que la velocidad era normal y que la incesante lluvia acumulada en la calzada, los rel¨¢mpagos y la mala visibilidad causaron que el autob¨²s hiciera aquaplaning y se precipitara por el puente.
Bas¨¢ndose en el extenso informe pericial de la Guardia Civil y la declaraci¨®n del propio investigado, la Fiscal¨ªa de Pontevedra considera que el conductor pudo ser m¨¢s precavido, ya que circulaba por un tramo con un elevado ¨ªndice de siniestralidad por las balsas de agua que se forman en el viaducto debido a los problemas de drenaje del asfaltado, pero no aprecia la comisi¨®n de un delito grave sino una imprudencia menos grave. Aunque no hay todav¨ªa escrito de acusaci¨®n, Carlos Monz¨®n, de 63 a?os, afronta una pena de 3 a 18 meses de multa e inhabilitaci¨®n para conducir, seg¨²n avanzan fuentes judiciales.
Los abogados consultados, que representan a la mayor¨ªa de los 40 familiares personados en este procedimiento judicial, coinciden en que la responsabilidad del conductor no tiene recorrido penal, al no haber dado positivo en la prueba de alcoholemia ni existir otra negligencia grave que hubiera sido detonante del siniestro. Sin embargo, los letrados lamentan que no se haya agilizado el pago de las indemnizaciones por el seguro obligatorio de accidentes. Estas compensaciones s¨ª tienen que resolverse al margen del juzgado, a diferencia de las cuant¨ªas por responsabilidad civil, que establecer¨¢ el tribunal en la sentencia.
El hecho de que los pasajeros fallecidos no llevaran el cintur¨®n de seguridad puesto en el momento del impacto y fueran arrastrados por la corriente r¨ªo abajo podr¨ªa plantear la concurrencia de culpas en este accidente, al considerar la compa?¨ªa aseguradora que este factor contribuy¨® al resultado lesivo del siniestro mortal. Esto supondr¨ªa que las v¨ªctimas perdieran entre el 25% y el 75% de la indemnizaci¨®n, seg¨²n cada caso. ¡°Esto abrir¨ªa otro foro de debate que pelear¨ªamos incluso por la v¨ªa civil¡±, adelanta el letrado Alejandro Vega.
El peor accidente en 44 a?os
Alrededor de las 21.20 horas de la Nochebuena del a?o pasado, una llamada de un particular informaba al 112 que acababa de pasar por el puente de Pedre y hab¨ªa visto un socav¨®n en la barandilla y el quitamiedos de unos 20 metros de largo. Siendo noche cerrada y en plena tormenta, el hombre no pudo divisar el lecho del r¨ªo ni o¨ªr nada por el fuerte rugido que produc¨ªa su abundante caudal.
Pese a la inc¨®gnita de lo ocurrido, los servicios de emergencias activaron los protocolos, movilizando al personal de Protecci¨®n Civil, a los bomberos del Deza y Pontevedra, a la Guardia Civil y al equipo de mantenimiento del Ministerio de Fomento. Casi al mismo tiempo, el dispositivo recib¨ªa la comunicaci¨®n de la ¨²nica pasajera que sobrevivi¨® al accidente. Mar¨ªa del Rosario Gonz¨¢lez, de 49 a?os, residente en Ponteareas, llamaba desde el m¨®vil del conductor. Ella avis¨® de la tragedia y pidi¨® ayuda porque la situaci¨®n era cr¨ªtica y el autob¨²s, con los cristales rotos por el impacto, comenzaba a llenarse de agua.
El autocar hab¨ªa ca¨ªdo desde una altura de 29 metros y qued¨® encallado entre las piedras. Tres d¨ªas despu¨¦s, en el hospital Montecelo de Pontevedra donde estuvo ingresada varios d¨ªas por m¨²ltiples traumatismos, la mujer fue la primera en contar a la Guarda Civil c¨®mo fue el accidente. En una declaraci¨®n escueta, la superviviente relat¨® que iba en un asiento situado justo detr¨¢s del conductor con el que iba hablando. ¡°De repente, el ch¨®fer grit¨® ¡®?no lo controlo, no lo controlo!¡¯. Le pregunt¨¦ ¡®?qu¨¦ pasa?¡¯ y dio unos volantazos. El autob¨²s se mov¨ªa de un lado a otro hasta caer al r¨ªo¡±, recoge el atestado de la Polic¨ªa Judicial.
En medio de la desolaci¨®n y el p¨¢nico, la mujer explic¨® que el ch¨®fer le dio su m¨®vil para que llamara al 112. Ambos estuvieron dentro del autob¨²s una hora aproximadamente, esperando a que los servicios de emergencia aparecieran para rescatarlos. En ese momento, el agua ya estaba llegando al techo de la carrocer¨ªa, seg¨²n el testimonio de uno de los efectivos que acudieron en el ret¨¦n de primeros auxilios.
Mar¨ªa del Rosario Gonz¨¢lez se dirig¨ªa a Vigo para pasar las navidades con su hijo en compa?¨ªa de una amiga, Mari Luz ?lvarez, de 47 a?os, residente en Lugo, y que subi¨® en la parada de Monterroso (Lugo). Ella fue la s¨¦ptima v¨ªctima mortal y la ¨²ltima rescatada del accidente. Su cuerpo apareci¨® dos d¨ªas despu¨¦s r¨ªo abajo y no figuraba en la lista de pasajeros.
El 29 de diciembre, cuando sali¨® del Hospital Cl¨ªnico de Santiago donde recibi¨® atenci¨®n m¨¦dica, el conductor del autocar acudi¨® al Subsector de Tr¨¢fico de la Guardia Civil donde realiz¨® una primera declaraci¨®n. Seg¨²n el atestado, Monz¨®n relat¨® que iba a una velocidad de 70 kil¨®metros por hora (el l¨ªmite es de 80) y que perdi¨® el control del veh¨ªculo al encontrar una bolsa de agua y hacer aquaplaning, por lo que not¨® que las ruedas traseras se bloquearon. Adem¨¢s, Monz¨®n incidi¨® en que, en esos momentos, tres luces de aviso del cuadro se encendieron y luego el autocar cay¨® al r¨ªo sin ¨¦l poder evitarlo.
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