C¨®mo se organizaron en tiempo r¨¦cord siete cient¨ªficos de Madrid para realizar m¨¢s de 3.000 pruebas semanales de la covid-19
Un grupo de jefes de laboratorio de la Complutense impuls¨® desde finales de marzo una red para utilizar todo su material para luchar contra el coronavirus
En la pantalla aparecen siete rostros. Estamos a finales de marzo, una quincena en la que Madrid contabiliza 9.000 muertos por coronavirus. Las personas que participan en la videoconferencia llevan d¨ªas necesitando hacer algo. Son los jefes de siete laboratorios, casi todos de la Universidad Complutense, y saben que pueden ayudar. En sus instalaciones est¨¢n los instrumentos necesarios y cuentan con el personal capacitado para hacer los tan demandados tests de la covid-19. La pregunta es ?c¨®mo?
El instigador de esta reuni¨®n fue el experto en malaria Jose Manuel Bautista. A trav¨¦s de llamadas, mensajes de WhatsApp y emails comenz¨® a organizar a sus compa?eros para que su universidad se convirtiera en epicentro de las pruebas de coronavirus. En cuesti¨®n de d¨ªas, algo impensable teniendo en cuenta la pesada burocracia que soportan los cient¨ªficos, los siete laboratorios con m¨¢s de 60 profesionales crearon una red para llevar a cabo los tests de las residencias de mayores de toda la comunidad, el colectivo m¨¢s azotado por el virus. Desde principios de abril, aproximadamente, analizan alrededor de 500 pruebas diarias, m¨¢s de 3.000 por semana. Las famosas PCR.
¡°A mis chicos no tuve ni que avisarles, ellos mismos me escribieron para decirme que se hab¨ªan apuntado voluntarios¡±,Jos¨¦ Manuel Bautista, jefe de laboratorio
¡°Siempre se dice que somos un elefante pesado, en este caso hemos sido una gacela¡±, asegura Bautista. Han sido r¨¢pidos en todo, especialmente en aligerar el pesado papeleo que hace que comprar una simple probeta suponga una p¨¦rdida de esfuerzo y tiempo para cualquier investigador. ¡°Aqu¨ª, la burocracia ha desaparecido¡±, sentencia. Jose Antonio Escudero dirige un equipo que normalmente estudia las resistencias a los antibi¨®ticos y fue uno de los primeros en sumarse. ¡°Normalmente tienes que rellenar siete papeles para cualquier cosa, ahora se ha dise?ado un sistema por que que pasamos la factura a rectorado y ellos se encargan de todo¡±, apunta. Desde el otro lado de un cristal, se?ala una cabina nueva que est¨¢n utilizando para realizar las PCR. ¡°Antes, all¨ª hab¨ªa unas estanter¨ªas, la instalaron en pleno confinamiento¡±, apunta como ejemplo de un proceso que en un estado normal habr¨ªa llevado meses.
¡°A mis chicos no tuve ni que avisarles, ellos mismos me escribieron para decirme que se hab¨ªan apuntado voluntarios¡±, explica. Dos de los miembros de su equipo son Alberto Hipolito y Luc¨ªa Garc¨ªa, uno est¨¢ realizando su tesis y ella ya tiene una beca postdoctoral. ¡°Nos parec¨ªa una pena que teniendo el conocimiento no pudi¨¦ramos formar parte de esto. Lo que estamos llevando a cabo es lo que hacemos de forma rutinaria¡±, se?ala ella. ¡°Estamos acostumbrados a trabajar en estas cabinas y con estas medidas y nos ve¨ªamos capacitados para hacerlo¡±, completa ¨¦l.
No ha sido f¨¢cil. En los primeros d¨ªas se perdieron horas preciosas en intentar averiguar c¨®mo validar un m¨¦todo para llevar a cabo las pruebas y a qui¨¦n remitir los resultados. ¡°El problema es que todo est¨¢ atomizado y cada departamento solo puede tomar decisiones en lo que le ata?e. Tanto en la Comunidad como en el Gobierno central. Nosotros pertenecemos a Sanidad, a Universidades, a Ciencia, a Servicios Sociales porque habl¨¢bamos de residencias¡¡±. Durante m¨¢s de un mes, Bautista solo enviaba los resultados al Instituto de Salud Carlos III porque no le facilitaban una direcci¨®n del Gobierno regional a la que mandarlos. ¡°Hemos sido una c¨¦lula aut¨®noma a la que han dejado trabajar porque aportaba soluciones¡±, opina Bautista.
Coordinaci¨®n para la recogida de muestras
En este tiempo han desarrollado un protocolo espec¨ªficamente para la realizaci¨®n de las pruebas y la entrega de resultados. Se coordinan con Servicios Sociales para organizar el calendario de recogida de muestras. La primera parada es el laboratorio de bioseguridad de nivel 3, uno de los pocos que existen en Espa?a de estas caracter¨ªsticas, y que se rige por unas estrictas normas de protecci¨®n y aislamiento. Aqu¨ª se inactiva al virus y se prepara para distribuirlo entre la red de laboratorios de la universidad y uno del Ciemat (un organismo p¨²blico de investigaci¨®n), que tambi¨¦n se ha incorporado a esta red. Tambi¨¦n han proporcionado material a las residencias, desde desinfectantes hasta EPIS, y asesoramiento sobre c¨®mo aislar y tratar a los positivos.
Un robot es ahora capaz de realizar en 20 minutos los tests para los que antes se tardaba tres horas de m¨¢xima concentraci¨®n en un proceso manual. En una sola tanda, analizan a toda una residencia.
Pero no solo ha sido una cuesti¨®n de rebajar la carga de trabajo administrativo de los investigadores. Tambi¨¦n ha habido dinero que antes no exist¨ªa. En todo este proceso se han invertido m¨¢s de 300.000 euros que han salido de donaciones privadas y de los fondos de la Complutense. El Ministerio de Sanidad tambi¨¦n ha suministrado algo de material. La farmac¨¦utica e investigadora Celia S¨¢nchez Ramos ha tenido mucho que ver en las negociaciones de adquisici¨®n de suministros y en la coordinaci¨®n de todas las donaciones que han recibido en estos dos meses.
El resultado de todo este esfuerzo son m¨¢quinas como la que ense?an orgullosos los investigadores Javier Arroyo y Jesus Garc¨ªa Cantalejo. Un robot capaz de realizar en 20 minutos los tests para los que antes se tardaba tres horas de m¨¢xima concentraci¨®n en un proceso manual. En una sola tanda, analizan a toda una residencia. Arroyo muestra en el m¨®vil las fotos que se tomaron los miembros de su laboratorio con la m¨¢quina el d¨ªa que vinieron a instal¨¢rsela. La caja en la que ven¨ªa envuelta a¨²n se encuentra en la estancia. ¡°Fue todo un acontecimiento, la compa?era que desarrollaba esta labor se maravillaba de que ahora vaya a hacerlo en cuesti¨®n de minutos¡±, indica. Su laboratorio es el encargado del toque final de las pruebas, el que realiza el control de calidad de los resultados.
Pero no solo se han quedado en lo que ya saben, tambi¨¦n tratan de innovar. Luis Ortega pertenece a un grupo que trabaja en enfermedades animales. Su equipo colabora por una parte con el diagn¨®stico rutinario, pero adem¨¢s est¨¢n desarrollando nuevas pruebas m¨¢s r¨¢pidas, que requieren menos medios y cuestan menos dinero. Para ello, est¨¢n colaborando con la Universidad de Washington. ¡°Nosotros ya est¨¢bamos acostumbrados a trabajar con estas sinergias, ahora solo hemos cambiado el foco para centrarnos en este pat¨®geno¡±, resalta.
Jos¨¦ Carlos Segovia, bi¨®logo del Ciemat, nunca hab¨ªa pensado que se enfrentar¨ªa a una situaci¨®n as¨ª. ¡°Pens¨¢bamos que a Europa no iba a llegar y que si lo hac¨ªa pod¨ªamos controlarlo. Es un virus sumamente inteligente que ha conseguido su principal objetivo: expandirse¡±, cuenta mientras se dirige al laboratorio que su instituci¨®n p¨²blica ha destinado para los tests de coronavirus. Un cartel a la entrada lo especifica. ¡°Me sorprendi¨® c¨®mo nos pusimos en marcha, esto es algo que ha surgido desde abajo y ha funcionado, especialmente por la predisposici¨®n de todos los profesionales. Les ha dado igual, ma?ana, tarde, noche, festivo¡¡±, detalla mientras recorre sus instalaciones un 15 de mayo, d¨ªa no laborable en Madrid.
Jes¨²s P¨¦rez Gil es decano de la facultad de Biolog¨ªa. Bajo una pintada en la que se lee Hemos ganado el primer asalto, realizada en alguna de las protestas estudiantiles que ha vivido esta universidad. lanza una reflexi¨®n: ¡°?Aprenderemos algo? No lo s¨¦. Esta crisis, desde luego, ha supuesto una inyecci¨®n de autoestima para nuestros investigadores. Esta situaci¨®n ha hecho que una universidad como la Complutense gane m¨¢s confianza, porque tenemos ganas y voluntad y eso no siempre se mide en los rankings¡±.
Informaci¨®n sobre el coronavirus
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