As¨ª imaginan sindicatos, oposici¨®n y padres la vuelta al cole en Madrid tras la crisis de la covid
El Gobierno regional, centrado en el final de este curso, no tiene todav¨ªa un plan de cara a septiembre mientras la comunidad educativa le plantea una larga lista de demandas
Nueve de la ma?ana. Primer d¨ªa de cole del curso 2020-2021 en Madrid, vuelta a las aulas despu¨¦s de que un mal bicho obligara a cotar en seco las clases el 11 de marzo. Pero ya no hay timbrazo general ni colas de entrada ni el bullebulle del regreso. Los alumnos, a quienes sus padres han medido la temperatura antes de salir de casa y que llegan andando porque se han peatonalizado los entornos de los centros para evitar aglomeraciones, tienen asignado un orden escalonado de llegada por clase. Los adultos tratan de evitar que se abracen, pero alguno se escapa.
Tras pasar por una alfombrilla desinfectante, entran con mascarilla a un colegio que ha sido puesto patas arriba y redise?ado por los servicios de evaluaci¨®n de riesgos laborales de la Comunidad y en el que se han acometido a toda prisa obras de ampliaci¨®n y adecuaci¨®n en verano. Con las paredes forradas de carteles de prohibiciones y advertencias, los ni?os recorren los nuevos pasillos de seguridad, con el itinerario de ida y el de vuelta marcados con adhesivo en el suelo. Antes de entrar en clase, se lavan y desinfectan las manos en espacios habilitados para la higiene en cada pasillo. Hay gel hidroalcoh¨®lico por todas partes: en la entrada del cole, en las zonas comunes.
Son muchos menos ni?os por aula, por lo que para acomodarlos a todos dan clase en el gimnasio, en la biblioteca, en el sal¨®n de actos, en el patio, en el campo de f¨²tbol y hasta en el centro cultural del barrio o en el polideportivo municipal m¨¢s cercano, aunque en la de Estela, donde se supera por poco la ratio-covid, los que llegan los ¨²ltimos tienen los pupitres tan cerca como antes, pero separados por mampara. Tambi¨¦n se han terminado obras a toda prisa y se han reabierto aulas y colegios que fueron cerrados durante los a?os duros de los recortes, que cercenaron mil millones a la escuela p¨²blica seg¨²n CC OO, una herida que a¨²n sangra.
Rodrigo ha tenido menos suerte, le toca barrac¨®n prefabricado, que hab¨ªan sido erradicados de Madrid el curso pasado y ahora, aunque contados, vuelven dolorosamente por culpa de la pandemia. Desdoblar las clases, instalar aulas prefabricadas o echar mano de espacios p¨²blicos ha sido imposible en algunos centros, por lo que los alumnos tienen que combinar ense?anza presenciales y online, eso s¨ª, con wifi gratis y tablet del cole para los m¨¢s desfavorecidos y formaci¨®n tecnol¨®gica y de metodolog¨ªas digitales para los docentes.
Beatriz echa de menos a su tutora, que ya no da clase al pertenecer a un grupo de riesgo ¨Del 30% de la plantilla seg¨²n estimaciones sindicales¨D y ahora tiene a alguno de los miles de profesores reci¨¦n contratados, a un alumno del ¨²ltimo curso de Magisterio haciendo pr¨¢cticas remuneradas, a un alumno-ayudante, a personal de los centros p¨²blicos usados como aulas y hasta padres. Los docentes, que se han sometido a pruebas PCR antes de incorporarse a sus puestos, van con mascarilla y guantes y, para algunas actividades, hasta con pantallas. La limpieza no se hace ya con el cole desierto sino que, aprovechando cambios de clase, entra un zafarrancho a desinfectar y ventilar.
El comedor ya no es el punto de reuni¨®n por etapas, se han a?adido varios turnos m¨¢s, se ha ampliado la distancia entre mesas y hay cursos que incluso comen en clase. El ansiado recreo tambi¨¦n divide a los estudiantes por cursos y en clase de educaci¨®n f¨ªsica se han cambiado los partidos de f¨²tbol por la pr¨¢ctica individual del deporte. Por cambiar han cambiado hasta las papeleras, ahora con tapa y pedal para aislar al virus, y los grifos de los ba?os, para accionarlos con el codo. Todas las puertas est¨¢n abiertas para no tener que tocarlas y hay jab¨®n, papel para secarse las manos y toallitas desechables en los aseos. El papel ha sido reducido al m¨ªnimo, por ser el material en el que el virus tiene m¨¢s vida.
En Infantil, las medidas de seguridad son m¨¢s fuertes. La ratio se reduce a la mitad, hay aulas-c¨¢psula sin contacto ni en el patio ni en el comedor, no se pueden usar ni columpios ni areneros, los profesores usan batas y pantalones con gomas en mu?ecas y tobillos, cobertores para el calzado y gafas o pantallas. Se toma la temperatura a los alumnos antes de entrar y no se permite el acceso a los que tengan fiebre.
En cada centro, hay una enfermera atenta a posibles s¨ªntomas, un coordinador en seguridad y salud y una orientadora y se han reorganizado la jornada y el calendario escolar. Los curr¨ªculos de todas las etapas se han adaptado a unos alumnos que llegan con muchas lagunas y carencias del curso anterior, a los que se examina los primeros d¨ªas para ajustar el programa todav¨ªa m¨¢s. Los ni?os salen tambi¨¦n escalonadamente por una puerta distinta de por la que entran al centro, en el que ya no se permite la entrada ni visita de ninguna persona ajena.
Este es el in¨¦dito panorama que resulta de sumar las propuestas de CC OO, el sindicato mayoritario del sector, UGT, la federaci¨®n de padres (FAPA) Francisco Giner de los R¨ªos y la oposici¨®n, presentadas la semana pasada. Y es el escenario intermedio de los tres que barajan, porque el peor implica que hay una segunda oleada de pandemia y que, o no se puede empezar el curso, o se vuelve a interrumpir al poco de empezar. En realidad, es un relato de ficci¨®n, porque el Gobierno regional, de momento, no ha explicado c¨®mo piensa retomar la educaci¨®n presencial.
¡°En la actualidad, la Comunidad de Madrid trabaja en la organizaci¨®n y las medidas de cara al final del presente curso. Respecto al pr¨®ximo y a las medidas de organizaci¨®n de los centros educativos, todav¨ªa no podemos adelantar nada¡±, responde un portavoz de Educaci¨®n con los padres en un ay, pregunt¨¢ndose si sus hijos empezar¨¢n el curso con normalidad o si seguir¨¢n telecolegiando, con muchas empresas retomando ya el trabajo presencial.
Radiograf¨ªa de la educaci¨®n en Madrid
- La etapa donde se concentra un mayor n¨²mero de estudiantes es en primaria, con 432.889, seguida de la ESO, con 280.356.
- La capital aporta la cifra m¨¢s alta, 523.667 alumnos, seguida por el sur de la regi¨®n, con 297.493.
- Hay 3.650 colegios, de los que son p¨²blicos 1.891, concertados 558 y privados 1.201. Los m¨¢s habituales son los de l¨ªnea 2, con alrededor de un 45% del total, por lo que el colegio tipo tiene unos 450 alumnos, 30 profesores, un conserje y un administrativo. Sindicatos y padres denuncian que son muy antiguos, est¨¢n muy masificados y que hay muchas fases pendientes de construcci¨®n en los nuevos centros.
- Los profesores ascienden a 95.102, de los que 52.097 trabajan en la p¨²blica y 43.005 en la privada-concertada. El grupo m¨¢s numeroso de edad en la p¨²blica es de 40 a 49, mientras que en la concertada y privada es de 30 a 39. El personal no docente es de alrededor de 8.300 personas.
- De las 34.880 aulas, el 60,3% cuenta con sistemas digitales interactivos.
- El presupuesto para las ense?anzas no universitarias de 2018 fue de 3.629 millones de euros.
[Datos obtenidos del anuario oficial Datos y Cifras de la Educaci¨®n 2019-2020 y de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n]
Estas im¨¢genes sobre c¨®mo la pandemia est¨¢ cambiando la educaci¨®n no nos podr¨¢n dejar indiferentes.
— Alejandro Morduchowicz (@alejmordu) May 22, 2020
Va hilo con algunas de ellas.
1. Ni?os en la escuela en Edimburgo, Escocia. pic.twitter.com/cbwoM9uoFl
Informaci¨®n sobre el coronavirus
- Aqu¨ª puede seguir la ¨²ltima hora sobre la evoluci¨®n de la pandemia
- As¨ª evoluciona la curva del coronavirus en Espa?a y en cada autonom¨ªa
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