Las 10 de¡ Aute
Breve gu¨ªa de ¨¦xitos, hallazgos y temas escondidos para adentrarse en el universo del gran renacentista
Luis Eduardo Aute (Manila, 13 de septiembre de 1943; Madrid, 4 de abril de 2020) lo era casi todo. Pintor fant¨¢stico, poeta de verbo que brota a borbotones, cineasta experimental, compositor de fino trazo y cantante excelso, aun casi a su pesar: le cost¨® lo indecible acostumbrarse a subir a los escenarios. Otra v¨ªctima m¨¢s en el terrible listado de ca¨ªdos por el coronavirus, lega un cancionero extenso y lleno de bifurcaciones, que bien merecer¨ªa una gran reedici¨®n urgente. Una parte significativa de su obra no es f¨¢cil de encontrar hoy en las tiendas. Esta selecci¨®n es clamorosamente incompleta, avisamos: son m¨¢s de 300 (s¨ª, 300) los originales entre los que escoger.
Aleluya n? 1
(De Di¨¢logos de Rodrigo y Gimena, 1967)
El origen de todo. Tanto esta pieza como Rosas en el mar fueron inmensamente populares en la voz de Massiel. Aute, un veintea?ero volcado en la pintura, se ve casi impelido a grabar tambi¨¦n en nombre propio. Su voz es taciturna, mon¨®tona, ins¨®lita para un chaval de su edad en plena eclosi¨®n yey¨¦. Y m¨¢s in¨¦dita es a¨²n la tem¨¢tica, esa alegor¨ªa m¨ªstica, un gusto por el ritual y la religi¨®n que se convertir¨¢n en uno de los ejes centrales, casi obsesiones, de su imaginer¨ªa. ¡°Todo en esta vida es un estado de ¨¢nimo. Aqu¨ª no est¨¢ seguro ni Dios¡±, nos dir¨ªa en una entrevista de 2009.
Dentro
(De Rito, 1974)
La primera canci¨®n que fascin¨® al otro lado del Atl¨¢ntico a Silvio Rodr¨ªguez, del que se convertir¨ªa en aliado e ¨ªntimo hasta el ¨²ltimo d¨ªa. Y una fabulosa oda po¨¦tica a la masturbaci¨®n, un tema impensable en aquella Espa?a. ¡°Dentro, me quemo por ti / me vierto sin ti / y nace un muerto¡±, musitaba con una voz ya mucho m¨¢s temperada y seductora, tras seis a?os en que se neg¨® a retomar su trayectoria como cantante. La censura, por supuesto, ni se enter¨®.
Autotango del cantautor
(De Rito, 1974)
Junto a la religi¨®n y el sexo, el otro gran punto fuerte de Aute era el sentido del humor. Fin¨ªsimo siempre, y a¨²n m¨¢s afilado por su endiablada habilidad con los juegos de palabras. Este disco de regreso (que inclu¨ªa tambi¨¦n Las cuatro y diez) se cerraba con una parodia, o autoparodia, sobre lo plastas que pod¨ªan ser por entonces los cantautores, esos tipos de ¡°aire funeral¡±. Lo gracioso, claro, es que la cr¨ªtica tambi¨¦n le abarcaba a ¨¦l. La letra es impagable. Ejemplo: ¡°Si est¨¢s triste, que te cuenten alg¨²n chiste / Si est¨¢s solo, p¨²drete en tu soledad¡±. Dos a?os m¨¢s tarde escribir¨ªa junto a su amigo Jes¨²s Mu?¨¢rriz un descacharrante ¨¢lbum monogr¨¢fico, Forgesound, sobre los personajes del vi?etista Forges. Si conservan alg¨²n ejemplar en casa, vale un dinero.
Record¨¢ndote
(De Espuma, 1975)
Luis Eduardo sent¨ªa debilidad por las canciones de minutaje exiguo (su segundo elep¨¦, justo antes de la retirada, hab¨ªa sido en 1968: 24 canciones breves). Los apenas 110 segundos de Record¨¢ndote, con cita al final a Yesterday, siempre figuraron entre sus predilecciones; ¨¦l, tan poco dado a prestarse mucha atenci¨®n. Incluso rescat¨® esta primorosa miniatura como tema inicial para sus conciertos en las Ventas de los a?os ochenta, cuando era un artista de masas. La tocaba a solas con su mano derecha de aquella ¨¦poca, el guitarrista Luis Mendo. Este nos confiesa ahora: ¡°Comenzar un concierto as¨ª, a palo seco y ante m¨¢s de 10.000 espectadores, hac¨ªa que las manos te temblaran como maracas¡±.
Anda suelto Satan¨¢s
(De Albanta, 1978)
Despu¨¦s de tantas menciones a Dios, ten¨ªa l¨®gica que el cantautor se ocupara tambi¨¦n de su antagonista. Era una de sus p¨¢ginas m¨¢s at¨ªpicas, por su vocaci¨®n traviesa y roquera, pero acentu¨® la travesura coloc¨¢ndola como primer corte de un ¨¢lbum repleto de t¨ªtulos indispensables (Al alba, A por el mar, De paso, Albanta¡). Para el m¨ªtico directo Entre amigos, de 1983, le cedi¨® la interpretaci¨®n a un desaforado Teddy Bautista. Pero la versi¨®n m¨¢s c¨¦lebre y acaso m¨¢s lograda fue la de ?Bar¨®n Rojo! No en vano, Armando de Castro, guitarrista de la banda heavy, era buen amigo de Aute y su c¨ªrculo.
Cada vez que me amas
(De Templo, 1987)
El t¨ªmido que negaba serlo y el perfeccionista que nunca super¨® el miedo esc¨¦nico (¡°con los a?os, esa angustia no para de ir a m¨¢s¡±) se erigi¨® a mediados de los ochenta en ¨ªdolo de multitudes con Cuerpo a cuerpo (1984) y, en menor medida, Nudo (1985). Su manera de revolverse contra la maquinaria de la industria fue Templo (1987), un doble elep¨¦ henchido de m¨ªstica que en su d¨ªa no comprendi¨® casi nadie y ¨¦l siempre tuvo por su mejor trabajo. Ning¨²n ejemplo mejor que Cada vez que me amas, insuperable letan¨ªa amorosa. ¡°Sexo, amor, muerte y Dios son todo el mismo material¡±, argumentaba en las entrevistas.
La belleza
(de Segundos fuera, 1989)
Tras el fracaso, la redenci¨®n. Unos teclados et¨¦reos, casi new age, como ¨²nico revestimiento instrumental para que no desviemos la atenci¨®n de m¨²sica y letra, sublimes. Para muchos, su mejor canci¨®n; tan insuperable que solo podr¨ªamos resumirla con el propio t¨ªtulo: la belleza. Escucharla ahora en la voz de Rozal¨¦n, que ten¨ªa tres a?os cuando se public¨®, se erige en un s¨ªmbolo de esperanza en el futuro. Pese a todo.
Im¨¢n de mujer
(De Alevos¨ªa, 1995)
La sensualidad y las declaraciones de amor, quitaesenciadas aqu¨ª al m¨¢s puro estilo de la casa y con una vinculaci¨®n inequ¨ªvoca al sexo (¡°me voy a perder, pero sin salir de ti¡±). En 2008 nos dir¨ªa: ¡°No se me ocurre nada mejor que un buen polvo. Pero no hablo de aerobic genital, sino de un polvo enamorado¡±. Los m¨¢s avispados descubrir¨¢n en las segundas voces de Im¨¢n¡ a Javier ?lvarez, por entonces un pipiolo que debutaba ese mismo a?o con aquel primer sencillo exitos¨ªsimo, La edad del porvenir.
Tic tac
(De A d¨ªa de hoy, 2007)
Los ¨²ltimos trabajos de Aute son exquisitos y de enorme profundidad y recorrido tem¨¢tico, pese a que tanto este como Intemperie (2010) o Aire (2011) apenas gozaron de repercusi¨®n. Tic tac conjuga la metaf¨ªsica (¡°un chispazo entre nada y nada¡±) con ese humor felizmente irrenunciable, ya que la pieza transcurre al c¨®mico ritmo del charlest¨®n. Imbatible.
El ni?o que miraba el mar
(De El ni?o que miraba el mar, 2002)
El ¨²ltimo disco, acompa?ado de un cortometraje de animaci¨®n dibujado a l¨¢piz, fotograma a fotograma, por nuestro ¨²ltimo gran renacentista. Todo nace de la portada del ¨¢lbum, una foto que su padre le hizo de cr¨ªo mientras ¨¦l miraba al mar desde el malec¨®n de Manila. Su hija Laura imit¨® esa imagen, 65 a?os despu¨¦s, retrat¨¢ndole en el malec¨®n de La Habana. Una maravillosa manera de cerrar el c¨ªrculo.
Un recuerdo de discos en directo grabados en Madrid
Un repaso por algunos de los mejores ¨¢lbumes grabados en vivo en Madrid.
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