¡®Fari?a¡¯ frente a la covid-19 o c¨®mo adaptar periodismo al teatro
El autor del libro convertido en exitosa serie de televisi¨®n cuenta su experiencia al llevar el texto a las tablas
Tengo un amigo de Sig¨¹eiro (A Coru?a) que siempre me pregunta cu¨¢ndo sale el juego de posavasos de Fari?a. Y otro de Vigo que est¨¢ esperando por los Cantajuegos, me dice. Vienen las bromas porque el libro, publicado en septiembre de 2015 (vuela el tiempo) ha sido desde aquel mes y hasta hoy traducido a 10 idiomas, secuestrado por una jueza, adaptado a serie de televisi¨®n, trasladado al teatro, convertido en novela gr¨¢fica y hasta usado para hacer sudaderas y camisetas, adem¨¢s de un par de canciones. Llama la atenci¨®n lo que no deber¨ªa: hay decenas de temas en Espa?a que tendr¨ªan que trascender, que ojal¨¢ trascendiesen, de lo period¨ªstico y darse la mano con otros formatos culturales. Ya est¨¢ ocurriendo -sobre todo con series, pel¨ªculas y podcasts-, pero me queda la sensaci¨®n de que todav¨ªa hay mucho desaprovechado.
El ¨²ltimo de estos retos fue el teatro. Me lo propuso hace un par de a?os Xos¨¦ A. Touri?¨¢n, celebrity galaica, actor, humorista, productor, hombre de negocios y boxeador amateur cuando no le duele la espalda. Es probable que llevase tres copas de Ribeiro encima: ¡°?por qu¨¦ no adaptamos Fari?a al teatro?¡±, me dijo dudoso en la barra del L¨²a, refugio gallego en Madrid. Mi primera reacci¨®n (Touri?¨¢n no estaba bebiendo solo) fue de entusiasmo, pero enseguida se aplac¨® por las dudas. ?C¨®mo hacemos eso?
La condici¨®n inapelable, opino, para adaptar un trabajo period¨ªstico a distintos formatos es no ser reiterativo. Si vas a convertir un libro en serie, que ¨¦sta aporte algo distinto, ¨²nico, que solo pueda contarse desde una serie. Lo mismo para una novela gr¨¢fica o un podcast. Igual para el teatro. Si vas a vender el mismo producto con distintos envoltorios, te los van a traer de vuelta.
El objetivo era coger un tema tan doloroso y delicado como es el narcotr¨¢fico para Galicia y sacarlo del caj¨®n del tab¨²
Recuerdo una primera reuni¨®n con Tito Asorey, el director de la obra, y con Jos¨¦ Luis Prieto, dramaturgo encargado de la adaptaci¨®n. La consigna fue clara: debemos hacer algo completamente distinto. El teatro es cercan¨ªa, es burla, s¨¢tira, parodia¡ El objetivo era coger un tema tan doloroso y delicado como es el narcotr¨¢fico para Galicia y sacarlo del caj¨®n del tab¨². Sacudir el polvo y los complejos y hacerlos mutar en folclore. Un ejercicio sano y propio de una sociedad madura. Y con esa premisa nos pusimos a trabajar. Digo trabajar en el caso de ellos. Yo, a aprender. Mi labor en esta aventura es la de coproductor y asesor. Es decir, echar una mano en lo que necesiten, no romper nada y, en la medida de lo posible, evitar que nos arruinemos.
Le sali¨® a Prieto un texto maravilloso con m¨²sica en directo, humor, drama e interacci¨®n con el p¨²blico. Nos vinimos arriba y decidimos encargar una escenograf¨ªa a la altura, con pantallas, v¨ªdeos, im¨¢genes de archivo, juegos de luces¡ Ya puestos, vamos con todo. Lo mismo para el c¨¢sting: cinco todoterrenos que completan un mon¨®logo que deja a medio teatro llorando y al rato se marcan una mu?eira o un solo de bater¨ªa. En la obra no hay personajes establecidos, cada actor y actriz interpreta a una docena de ellos que entra y sale de escena cambi¨¢ndose de ropa ah¨ª mismo. Una sucesi¨®n fren¨¦tica de sketchs que van hilando la historia del contrabando y narcotr¨¢fico en las r¨ªas gallegas a trav¨¦s de vecinos, agentes, jueces, pol¨ªticos y periodistas. Un estilo que solo puede darse sobre un escenario.
Hubo tambi¨¦n que encontrar apoyos, patrocinadores, salas de teatro, hacer una buena promo¡ A m¨ª nadie me hab¨ªa avisado de todo esto, pero por alguna raz¨®n, acab¨® funcionando. La obra estuvo girando por Galicia desde octubre de 2019 hasta febrero de 2020, a las puertas de la pandemia. Y casi siempre las salas luc¨ªan llenas. En Vigo aparecieron por ah¨ª las madres de ?rguete, la asociaci¨®n de madres contra la droga, y acabaron en el escenario, dando las gracias entre l¨¢grimas de emoci¨®n. En Vilagarc¨ªa el p¨²blico asist¨ªa a la representaci¨®n de lo que llevan d¨¦cadas viviendo. Hasta alg¨²n narco se dej¨® ver en alguna funci¨®n. En el teatro ocurren cosas que no pueden pasar en ninguna otra parte.
El siguiente reto fue llevar la obra a Madrid. Derribar, una vez m¨¢s, esa invenci¨®n de ¡°es un tema local¡±. Lo local no existe. O, en todo caso, todo es local. Por suerte as¨ª lo entendi¨® tambi¨¦n y desde el primer momento el Teatro Espa?ol de Madrid y su concejal¨ªa de Cultura. Y ahora aqu¨ª estamos, a las puertas de arrancar una nueva dosis de Fari?a sobre el escenario de Las Naves del Espa?ol. Igual de nerviosos que cuando ¨ªbamos a arrancar la gira en Galicia, igual de ilusionados. Un poco m¨¢s acojonados. Con el virus que todo lo ocupa el margen es mucho menor y el riesgo, mayor, pero decidimos apostar y seguir adelante. Es, dir¨ªa, una convicci¨®n personal, un convencimiento de que esto deber¨ªa ser un ejercicio habitual: agarremos nuestras miserias como sociedad y pa¨ªs y hagamos cultura con ellas. Incluso aunque llegue una pandemia mundial.
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