La familia que endulza Madrid desde 1852
La Pajarita es la bomboner¨ªa m¨¢s antigua de la ciudad. Le puso el nombre Unamuno y fabrican caramelos de la misma manera artesana que hace 168 a?os
Los toman en el Congreso de los Diputados, en el Senado, en el Tribunal Constitucional, en casa de Viggo Mortensen y en la de cientos de madrile?os desde 1852. Se trata de los caramelos de La Pajarita (Villanueva, 14), la bomboner¨ªa m¨¢s antigua de Madrid. ¡°Al a?o de que se presentara el caramelo de az¨²car cristalizado en la Exposici¨®n Mundial de Londres de 1851, Vicente Hij¨®s fund¨® en la Puerta del Sol un despacho donde se vend¨ªan por primera vez estos caramelos en Madrid, junto a chocolates, caf¨¦s y t¨¦s. A?os despu¨¦s, cuando Unamuno, amigo de Vicente, populariz¨® las pajaritas de papel que hac¨ªa en los caf¨¦s, le sugiri¨® el nombre¡±, cuenta Carlos Lemus, marido de Roc¨ªo Azn¨¢rez y sexta generaci¨®n de la misma familia que contin¨²a con el negocio.
Comenzaron con doce sabores de caramelos, ahora ofrecen diecisiete y el ¨²ltimo en incorporarse fue el de lima a finales de los ochenta. Adem¨¢s de sus intensos aromas, gracias a las esencias naturales que utilizan, estos finos y rectangulares caramelos se caracterizan por estar envueltos en un papel con un jerogl¨ªfico que indica la direcci¨®n de su primera ubicaci¨®n. ¡°La actual tienda de la calle Villanueva la abrimos en 1969. La compramos cuando solo estaba la parcela y a¨²n no se hab¨ªa construido el edificio. El primer inquilino fue La Pajarita¡±, dice Carlos. De aquel momento queda como testigo una foto en la pared donde aparece Perico Chicote sirviendo el c¨®ctel de inauguraci¨®n. ¡°En 1991 tuvimos que cerrar la de Sol por un tema especulativo. Declararon en ruina el edificio y despu¨¦s de la reforma, en el mismo a?o el alquiler mensual pas¨® de 12.000 pesetas (72 euros) a un mill¨®n (6.000 euros). Solo las franquicias tienen m¨²sculo financiero para soportarlo. Por eso encuentras las mismas tiendas en Londres, Par¨ªs o Bruselas. Esto habr¨ªa que protegerlo de alguna manera¡±, apunta Carlos.
Las que s¨ª est¨¢n protegidas son las recetas de los dulces que venden. ¡°Son las originales. Las de los caramelos de violeta est¨¢n bajo secreto industrial. Solo alguien que se apellide Azn¨¢rez puede elaborarlos¡±, comenta. Las cantidades exactas que se necesitan para hacer los marron glac¨¦ las guardan en el interior de la caja fuerte del local. Este dulce de casta?as confitadas lo ofrecen desde el puente del Pilar hasta el D¨ªa del Padre y mantiene la fama de ser uno de los mejores de la ciudad. ¡°Ya nos est¨¢n empezando a preguntar por ellos, pero solo los tenemos en temporada de casta?as¡±, aclara Mar¨ªa Hermosell, directora de la tienda.
Adem¨¢s de estos ¡®best sellers¡¯, de sus cl¨¢sicos caramelos envueltos y los ¨¢cidos que dispensan a granel, en lo que se refiere a bombones han recuperado uno que no vend¨ªan desde 1988: la pajarita de chocolate negro. ¡°Cuando lleg¨® la moda del chocolate con leche se dejaron de lado. Ahora que hay mucho inter¨¦s por el porcentaje de cacao y su origen, estamos haciendo pruebas en el obrador para lanzar pronto las pajaritas con un 70% de cacao¡±, explica Carlos. Y, aunque a lo largo de su historia han recibido varias ofertas para vender sus productos en otros lugares, siempre se han negado: ¡°Solo podr¨ªamos si duplic¨¢ramos turnos en el obrador o si busc¨¢ramos otras m¨¢quinas del siglo XIX, que son con las que seguimos elaborando todo¡±.
Los caramelos del Congreso.
Cuentan que en el hemiciclo los llamaban los caramelos de don Joaqu¨ªn Bau porque fue este diputado quien comenz¨® a regalarlos en los a?os veinte. ¡°Nos los compraba y los llevaba a las comisiones que presid¨ªa. Desde entonces hemos estado siempre presentes¡±, dice Carlos. ¡°El a?o pasado, durante el per¨ªodo que no hubo gobierno no nos pidieron, pero en cuanto pactaron, nos llamaron para la sesi¨®n de investidura. Suelen estar, entre otros sitios, junto a la tribuna de oradores. Y cuando entran nuevos partidos nos llega que preguntan de d¨®nde son. Tambi¨¦n son nuestros clientes El Senado, el Tribunal Constitucional, algunas Reales Academias y muchos artistas. El ¨²ltimo ha sido Viggo Mortensen¡±, explica Carlos.
De historia, az¨²car y chocolate est¨¢n bien servidos en La Pajarita. Las encargadas de su tienda disfrutan describiendo cada uno de los detalles que hay en este peque?o espacio: las vitrinas y mostrador de 1850, las latas de los a?os treinta, la m¨¢quina de escribir con la que hacen las facturas o las preciosas cajas de cart¨®n que montan delante del cliente y cuya patente est¨¢ enmarcada en la pared. Es un museo vivo del dulce en el que, a partir de tres euros, uno se puede llevar un cucurucho de bombones con forma de pajaritas. Y, pese a que la experiencia de la tienda es insustituible, ahora se puede comprar ¡®online¡¯ (bombonerialapajarita.es) y degustar parte de la historia m¨¢s golosa de Madrid en casa.
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