La pandemia no detiene los desahucios en Carabanchel
Una mujer, su hijo, su nuera y cuatro nietos son desalojados y se mudan a casa de otra de sus hijas, que tambi¨¦n est¨¢ luchando por mantener su casa
¡°Estamos mal, muy mal, desesperados¡±, dice por el tel¨¦fono Adoraci¨®n Cano, de 63 a?os, al describir c¨®mo han pasado la noche ella, su hijo, su nuera y sus cuatro nietos menores de cinco a?os tras ser desalojados de su casa en el barrio de Pan Bendito, en el distrito madrile?o de Carabanchel. El martes a las nueve de la ma?ana llegaron cinco furgones de los antidisturbios y unos 30 agentes a su puerta junto con personal del juzgado con una orden de lanzamiento, pero Cano no ten¨ªa nada empaquetado. El d¨ªa anterior la Sareb (Sociedad de Gesti¨®n de Activos procedentes de la Reestructuraci¨®n Bancaria, conocido como el banco malo) le hab¨ªa confirmado que aplazaba el desahucio por medio de un recurso por su situaci¨®n de vulnerabilidad.
Habr¨ªa sido la cuarta vez que se cancelaba el desahucio este a?o, pero la promesa no se cumpli¨®. Cano y su familia se llevaron lo que pudieron ¨Dsus muebles siguen en la que ha sido su casa durante dos a?os¨D y se marcharon a casa de otra de sus hijas. Sin embargo, all¨ª no hay espacio para todos, y adem¨¢s, ella tambi¨¦n est¨¢ luchando contra un desahucio bajo las mismas condiciones.
El drama de Cano y su familia est¨¢ agravado por una mara?a burocr¨¢tica aparentemente indescifrable. Ella sufre de depresi¨®n y ninguno de los adultos en la casa tiene trabajo. En medio de una pandemia, la situaci¨®n no tiene pinta de mejorar. Por esto, en teor¨ªa, la familia est¨¢ amparada por las medidas especiales sobre vivienda por la covid, que obligan a prorrogar estas ¨®rdenes.
De hecho, la Sareb estaba dispuesta a firmar un contrato de alquiler social con Cano, asegura la entidad. Sin embargo, ya que la familia en este momento no tiene ning¨²n ingreso, la Sareb dice que est¨¢ maniatada y no puede validar el contrato. Cano ha dejado de recibir la Renta M¨ªnima de Inserci¨®n, gestionada por la Comunidad, para tramitar el Ingreso M¨ªnimo Vital, pero no lo ha llegado a cobrar a pesar de que fue aprobado en julio. Sin dinero en su cuenta, no hay una salida clara.
A Cano la representa Asamblea de Vivienda de Carabanchel, que forma parte de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, como a tantos otros vecinos de este distrito con pocos recursos que se est¨¢n enfrentando a una situaci¨®n similar. ¡°Hay unos 54 casos en el distrito con la Sareb como el de Adoraci¨®n. Nosotros lo que planteamos son negociaciones colectivas, si dan una soluci¨®n para unos que se lo den a otros tambi¨¦n¡±, explica Daniel Vega, portavoz del movimiento antidesahucios. Uno de esos casos es el de Herminia, la hija de Cano que ha recibido a su madre, hermano, cu?ada y sobrinos en su peque?a casa. A Herminia le detuvieron la primera orden de lanzamiento el 23 de septiembre y ahora tambi¨¦n le est¨¢n ofreciendo un alquiler social en su actual domicilio, al tiempo que se gestiona su desalojo.
El colectivo de apoyo vecinal est¨¢ intentando negociar desde hace meses una soluci¨®n que en el papel parece l¨®gica y f¨¢cil de hacer: cancelar estos desahucios y que se hagan contratos de alquiler social para los actuales inquilinos, pues las viviendas quedan vac¨ªas tras el desalojo. ¡°Lo hemos propuesto varias veces y la Sareb dice que est¨¢ de acuerdo. Pero al final, como en el caso de Adoraci¨®n, se mantienen con la condici¨®n de que tiene que haber un ingreso. Es absurdo porque, ?ahora qu¨¦ pasa? Est¨¢ en la calle¡±, sentencia Vega.
¡°Con esta pandemia, con esta situaci¨®n de la vida que hay, de verdad que dar¨ªa para que tuvieran un poquito de humanidad¡±Adoraci¨®n Cano
En la Sareb, una entidad formada por el Estado despu¨¦s de la crisis para manejar ¡°activos t¨®xicos¡± de bancos como es la vivienda de Cano, el protocolo manda. El objetivo del organismo es deshacerse de todos los activos en un plazo de 15 a?os, por lo cual hay poco espacio para hacer excepciones. Pero Cano cuenta que esto no fue lo que le dijeron a ella. ¡°Durante el ¨²ltimo mes me hicieron firmar un alquiler social, mandar una cantidad de papeleo y me aseguraron que no me iban a desalojar¡±. Sin embargo, llegada la fecha del 27 de octubre, el contrato no estaba validado. Ante esta situaci¨®n, ofrecieron, junto con el Samur Social, que la familia fuera realojada en un albergue provisionalmente hasta que se pudiera firmar un contrato de vivienda social, pero Cano rechaz¨® la oferta.
Por ahora no hay una soluci¨®n a la vista. La opci¨®n del alquiler social a trav¨¦s de la Sareb se mantiene condicionada y la plataforma de vivienda social del Ayuntamiento no le ha ofrecido hasta el momento nada, asegura Cano. La familia se tendr¨¢ que acomodar en casa de Herminia mientras puedan estar all¨ª, con la esperanza de que los golpes no se encadenen. Mientras tanto, Adoraci¨®n no puede hacer m¨¢s que lamentarse por su impotencia ante una situaci¨®n que se le escapa de las manos y la comprensi¨®n. ¡°Con esta pandemia, con esta situaci¨®n de la vida que hay, de verdad que dar¨ªa para que tuvieran un poquito de humanidad, que aqu¨ª hay cuatro menores y yo soy una persona de riesgo tambi¨¦n¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.