La ca¨ªda de ¡®El Milagros¡¯, el patr¨®n colombiano que implant¨® su imperio de ¡®telecoca¡¯ en Madrid
Javier Betancur dirig¨ªa una red de narcotr¨¢fico de, al menos, 100 repartidores a domicilio en la capital a los que captaba en el bar La Espa?ola en su pa¨ªs
Una patrulla detiene a un hombre durante uno de los confinamientos perimetrales de Madrid. Es un control rutinario. Revisan sus documentos y le dejan continuar. Tras unos segundos, su m¨®vil sale despedido por la ventana y se estrella contra el asfalto. Queda deshecho. Solo un d¨ªa despu¨¦s, el veh¨ªculo est¨¢ en el desguace. El encuentro con los agentes hab¨ªa puesto en alerta al conductor, Javier Betancur, alias El Milagros o El Patr¨®n, de 52 a?os, un traficante de coca¨ªna colombiano ¡°con paranoia por la seguridad¡±, seg¨²n ha descrito hoy el inspector Tom¨¢s Santa Mar¨ªa.
En Madrid, viv¨ªa como un ciudadano de clase media, sin grandes lujos ni ostentaciones, en un piso en el distrito de Hortaleza. Insist¨ªa a sus subalternos para que ni siquiera hablaran por tel¨¦fono al volante para que no hubiera excusa para que la polic¨ªa les multara. En su ciudad natal, Donmat¨ªas, era el cacique respetado por todos. Pose¨ªa una gran finca con caballos y ganado vacuno y estaba en tr¨¢mites para ampliarla con varias parcelas m¨¢s. Si la de Pablo Escobar se llamaba N¨¢poles, ¨¦l hab¨ªa bautizado a su hacienda como Torino (Tur¨ªn, en italiano). El 28 de abril cay¨® junto a otros 39 miembros de su banda por tr¨¢fico de drogas y trata de seres humanos. Durante los ¨²ltimos a?os hab¨ªa forjado en Madrid su gran imperio de telecoca.
A mediados de 2019, los agentes de algunas comisarias se dieron cuenta de un detalle. Hab¨ªan detenido a varios ciudadanos colombianos con peque?as cantidades de coca¨ªna y en su documentaci¨®n, se repet¨ªa sin cesar una ciudad de origen: Donmat¨ªas, en la provincia de Antioquia, en Colombia. Todos eran muy j¨®venes, de entre 20 y 25 a?os. No pod¨ªa ser casualidad. A partir de ah¨ª comenz¨® una investigaci¨®n que ha acabado con 11 personas en la c¨¢rcel, incluido el jefe, y la incautaci¨®n de m¨¢s de dos kilos de coca¨ªna, 100.000 euros en efectivo, unos 50 terminales telef¨®nicos, nueve veh¨ªculos y numerosas joyas y efectos de valor.
La red ten¨ªa 20 pisos esparcidos estrat¨¦gicamente por toda la ciudad. Uno de ellos actuaba como call center y desde ah¨ª se derivaban los pedidos. Como en un servicio de reparto a domicilio, los peladitos, como se conoce a los repartidores, se desplazaban all¨ª donde quer¨ªa el cliente. Normalmente en una moto que proporcionaba la organizaci¨®n. ¡°Cuando el pedido se realizaba de madrugada, cuando a¨²n estaba vigente el toque de queda, la red dispon¨ªa de varios conductores de compa?¨ªas como Uber que les llevaban a los sitios por una comisi¨®n de 10 euros¡±, ha detallado el inspector Santa Mar¨ªa.
Las restricciones de la pandemia han favorecido el negocio de ¨¦xito de El Milagros, que se calcula que lleva activo una d¨¦cada. Los soldados llegaban a repartir hasta 16 kilos de coca¨ªna a la semana. Despu¨¦s enviaban el dinero a Donmat¨ªas a trav¨¦s de peque?os ingresos de efectivo inferiores a 1.500 euros. Se calcula que en estos 10 a?os han llegado a enviar a Colombia m¨¢s de 50 millones de euros.
Reclutados en el bar La Espa?ola
La oficina de empleo para reclutar a este ej¨¦rcito de peladitos estaba a miles de kil¨®metros de las calles madrile?as. En el bar La Espa?ola, en Donmat¨ªas, seg¨²n explican fuentes policiales. All¨ª, los conseguidores enga?aron a decenas de j¨®venes con un futuro incierto con promesas de trabajo en Espa?a. Los chavales adquir¨ªan unas supuestas deudas que nunca desaparec¨ªan y les manten¨ªan atados a la red criminal con el pretexto de que deb¨ªan reembolsar el billete de avi¨®n, el alojamiento y la manutenci¨®n en Madrid, o los matrimonios con espa?olas para poder permanecer en el pa¨ªs.
La polic¨ªa ha seguido de cerca los pasos de esta organizaci¨®n durante dos a?os. El 28 de abril, 200 agentes pusieron fin a las pesquisas con la detenci¨®n de sus integrantes y el registro de una docena de domicilios. En la casa del patr¨®n en Madrid descubrieron mucha documentaci¨®n y tambi¨¦n numerosas anotaciones del jefe de la banda. ¡°Lo apuntaba todo as¨ª que a partir de ah¨ª hemos obtenido informaci¨®n y puede que haya m¨¢s detenciones¡±, ha especificado Santa Mar¨ªa. El jefe solo se comunicaba con sus cuatro lugartenientes, no ten¨ªa ninguna relaci¨®n con los soldados de su organizaci¨®n. Hace casi un a?o la polic¨ªa ya desarticul¨® uno de los brazos de esta red que daba servicio a m¨¢s de 2.000 clientes.
Para llevar adelante la investigaci¨®n, han sido fundamentales cuatro testigos protegidos que estaban siendo retenidos en la red de narcotr¨¢fico contra su voluntad. ¡°El miedo es libre y muchos no quisieron cooperar por temor a que hicieran algo a sus familias en Colombia, pero queremos agradecer el valor de estas cuatro personas que ahora est¨¢n bajo protecci¨®n¡±, ha destacado el inspector. Estas cuatro personas han recibido otra identidad y son apoyados por una ONG.
La operaci¨®n deb¨ªa haber llegado a su fin a principios de a?o, cuando los agentes calculaban que El Milagros regresar¨ªa a Madrid de sus vacaciones navide?as en casa, pero el patr¨®n decidi¨® alargar su estancia en Colombia. Betancur, que lleg¨® a Espa?a hace tres lustros, ya estuvo condenado a 10 a?os de prisi¨®n por narcotr¨¢fico. Ahora espera en prisi¨®n la decisi¨®n de un juez sobre su futuro. Lejos de los caballos de su hacienda Torino.
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