Rufus T. Firefly, los rockeros que amaban la vida sosegada
La banda de Aranjuez orilla la psicodelia y abraza un sonido ¡°m¨¢s bonito y sereno¡± con su s¨¦ptimo disco, ¡®El largo ma?ana¡¯, que estrenan en vivo antes de publicarlo
Podemos llamarlo madurez. Serenidad. Asunci¨®n de la edad adulta. Progresiva cercan¨ªa de la cuarta d¨¦cada en los carn¨¦s de identidad, con o sin crisis asociada. Lo cierto es que a sus 38 y 35 a?os, respectivamente, V¨ªctor Cabezuelo y Julia Mart¨ªn-Maestro, los art¨ªfices desde hace tres lustros de Rufus T. Firefly, nunca se hab¨ªan sentido tan a gusto dentro de sus respectivos pellejos. Adi¨®s a las inaplazables urgencias juveniles, hola al disfrute con los peque?os placeres cotidianos. Todo ese proceso de sosiego interior impregna El largo ma?ana, el inminente s¨¦ptimo disco del t¨¢ndem que ha logrado colocar Aranjuez en el mapa del rock espa?ol. Esas 10 nuevas canciones desembarcar¨¢n en las plataformas digitales a finales de noviembre, pero la parroquia puede descubrirlas antes que nadie, desde la primera hasta la ¨²ltima, este pr¨®ximo viernes 17 en el festival Tomavistas Extra.
Media tarde en un bulevar de la villa ribere?a, a un paso de la preciosa parroquia de las Angustias. Sol pl¨¢cido y perezoso de un verano ya en retirada. Julia y V¨ªctor han pedido un caf¨¦ con leche y un rooibos, respectivamente, y se desentienden de las gominolas. Deber¨ªan ser medio famosos en un municipio de apenas 60.000 habitantes, pero nadie les reconoce ni les tiene por vecinos ilustres. ¡°Mola que aqu¨ª no nos ponga cara nadie. Es la mejor manera de que no te flipes ni pierdas el norte¡±, se carcajean.
No parece la escena m¨¢s rockera que pudi¨¦ramos imaginar para una banda que antes de la pandemia lleg¨® a oficiar casi 200 conciertos al a?o. Pero se les nota c¨®mplices, relajados, desprovistos de necesidades imperiosas. ¡°De chaval todos hemos so?ado en alg¨²n momento con ser estrellas del rock¡±, admite Cabezuelo. ¡°Piensas que las canciones de John Lennon, bah, tampoco eran para tanto, que t¨² mismo ser¨¢s como los Beatles. Pero es bonito ir desprendi¨¦ndose de esa inocencia, comprender que no pasa nada por no llegar lejos. Hemos alcanzado un punto de vista contemplativo. Ni juzgamos a nadie ni nos dejamos llevar por la histeria¡±.
Provienen de la cultura psicod¨¦lica, del amor por aquellos chavetas maravillosos que en la intersecci¨®n entre los sesenta y los setenta aplicaron una actitud lib¨¦rrima, retorcieron los l¨ªmites cl¨¢sicos de las canciones, abrazaron las atm¨®sferas sugerentes, los efectos sonoros o los modismos hind¨²s. Adoran, claro, a los primeros Pink Floyd y les han llamado no pocas veces ¡°los Tame Impala espa?oles¡±. Les encantan las gafas de cristales tintados en amarillo o azul. Y hasta admiten sin aspavientos ¡°experimentaciones psicotr¨®picas¡± puntuales para enriquecer su universo creativo.
¡°Alg¨²n viaje ha hecho falta para componer alguna cosilla¡±, concede V¨ªctor, ¡°pero solo para explicar la experiencia a posteriori. Olv¨ªdate de escribir una buena canci¨®n en un estado¡ regulero¡±. Julia le secunda: ¡°No s¨¦ c¨®mo los grupos cl¨¢sicos pod¨ªan enfrentarse a un directo en pleno viaje. En determinados estados, mejor estar sola y en casita que liarte a componer¡±. Pero, lejos de todo aquello, El largo ma?ana les ha salido bonito, directo, homog¨¦neo, l¨ªmpido. ¡°Salvando todas las distancias¡±, resumen, ¡°quiere ser como esos viejos discos cl¨¢sicos de Marvin Gaye que te atrapaban sin pegarte sustos. Volver a los tiempos en que el oyente no ten¨ªa necesidad de vivir en un sobresalto constante¡±.
Los seguidores de la vieja guardia puede que se sorprendan, al menos un poco. ¡°Y habr¨¢ algunos que se queden un poco chafados, pero tampoco pasa nada¡±, pronostica Cabezuelo. Todo encaja con esta nueva etapa vital ¡°alejada de las prisas, aunque sigamos, quiz¨¢s m¨¢s que nunca, inmersos en las incertidumbres¡±, apuntala Mart¨ªn-Maestro. Les divierte que alguien pueda equiparar su actual estado de ¨¢nimo con la filosof¨ªa zen. ¡°Yo nunca he manejado ese tipo de referentes, m¨¢s all¨¢ de George Harrison¡±, advierte V¨ªctor, cantante, guitarrista y compositor de la inmensa mayor¨ªa del repertorio, ¡°pero mi chica s¨ª que est¨¢ relacionada con todo ese rollo trascendental. Y quiz¨¢ se me haya pegado algo sin querer¡¡±.
Al principio del todo no eran as¨ª, claro. Hace 15 a?os, cuando empezaron, tocaban solo regular, pero quer¨ªan comerse el mundo. Eran los raros, los artistillas. Julia encauz¨® sus inquietudes a trav¨¦s de la facultad de Bellas Artes y ha acabado convirti¨¦ndose en la creadora de todas las portadas y dise?os de los Firefly. V¨ªctor, que siempre se hab¨ªa sentido ¡°un chico de otro tiempo y de otro lugar¡±, quiso ser m¨¢s pragm¨¢tico, se licenci¨® en ?ptica (¡°bien pensado, algo tiene que ver con la psicodelia¡±, bromea) y se pas¨® seis a?os despachando gafas de sol graduadas. Era un trabajo ¡°cercano, sencillo y mon¨®tono¡± con el que ganarse la vida, pero termin¨® sintiendo la necesidad irrefrenable de ¡°salir corriendo¡±. De reencontrarse con aquel chaval melenudo del instituto que intentaba copiarle el peinado a Kurt Cobain y buscaba sin ¨¦xito compa?eros de clase a los que tambi¨¦n les molasen Nirvana o Red Hot Chili Peppers.
Portadas y elogios del ¡®indie¡¯
Grabaron un buen pu?ado de discos, algunos muy buenos, sin que nada sucediera. ? (2012) o Nueve (2014) recibieron cr¨ªticas entusiastas que no parec¨ªa leer nadie. Y de pronto, con Magnolia (2017) y Loto (2018), primos hermanos en su concepci¨®n lis¨¦rgica y exacerbada, lleg¨® la conmoci¨®n. Multiplicaron por 20 sus ventas y actuaciones. Acapararon portadas y elogios en los sanedrines del indie. Experimentaron la sensaci¨®n in¨¦dita de que 5.000 gargantas coreasen unas letras cr¨ªpticas que ensayaban en unas antiguas vaquer¨ªas camino de Ont¨ªgola, un pueblo toledano a un paso de Aranjuez. Se abrumaron. A¨²n hoy, no saben bien por qu¨¦ sucedi¨® todo aquello. ¡°Quiz¨¢ que nos adjudicaran la etiqueta de la psicodelia sirvi¨® para definirnos, para identificarnos, pero fue un tr¨¢nsito demasiado r¨¢pido. Nos sobrepas¨®¡±, resumen.
Ahora ha llegado el momento de cambiar el paso. De reivindicar los peque?os placeres del d¨ªa a d¨ªa. Los paseos de V¨ªctor con su perrete, F¨²jur, al que bautiz¨® como al drag¨®n de La historia interminable. Las tardes de pintura de Julia en su casita de campo, lejos de la civilizaci¨®n pero muy bien protegida y acompa?ada por cuatro mastines inmensos: Joplin y sus hijos Janis, C¨¢stor y P¨®lux. Saben que no dejar¨¢n nunca de adorar la m¨²sica por encima de todo, pero les horroriza la idea de encasillarse. Por eso conf¨ªan en ¡°sobrevivir tocando y aprendiendo cosas nuevas y diferentes¡±, anota ella. Y anhelan, puestos a so?ar, que alg¨²n realizador repare en ellos para encargarles una banda sonora. ¡°Creo que nos podr¨ªan salir cosas chulas¡±, argumenta ¨¦l. ¡°Tenemos potencial instrumental para desarrollar pasajes emblem¨¢ticos. Y no olvidemos que antes de salir a tocar pinchamos Un amico, de Ennio Morricone. ?l siempre ha sido un referente¡±.
Rufus T. Firefly act¨²an el viernes 17 en Tomavistas Extra (Recinto Ifema, metro Campo de las Naciones), en cartel compartido con Maika Makovski. Precios, de 20 a 29 euros. S¨¢bado 18: Le¨®n Benavente y Chaqueta de Ch¨¢ndal.
Gu¨ªa de audici¨®n para un disco in¨¦dito
El experimento de presentar en directo un ¨¢lbum ¨ªntegro que a¨²n no se ha publicado, y del que apenas se conocen un par de avances, es realmente at¨ªpico. Tambi¨¦n su modelo de comercializaci¨®n. El largo ma?ana, s¨¦ptimo trabajo de Rufus T. Firefly, no llegar¨¢ a los canales convencionales (plataformas y tiendas) hasta el 26 de noviembre, pero la edici¨®n f¨ªsica en vinilo podr¨¢ conseguirse antes en los conciertos y a trav¨¦s de la web de la banda. Ese LP incluye, adem¨¢s, un c¨®digo de descarga muy ins¨®lito con el que los aficionados podr¨¢n archivar en su ordenador las diferentes pistas de cada canci¨®n. De esa manera, tendr¨¢n ocasi¨®n de escuchar por separado las voces, guitarras y dem¨¢s instrumentos, o de crear sus propias mezclas personalizadas.
La tem¨¢tica de las 10 piezas incide mucho en la aceptaci¨®n del momento, en una asimilaci¨®n de la realidad que se aleje de los sue?os infantiles o las visiones idealizadas del amor. Pero como los fans querr¨¢n saber algo m¨¢s antes de escuchar este nuevo repertorio, vamos a sugerirles algunos versos claves de cada una de las composiciones:
- Torre de marfil: ¡°Miro el abismo / ?l mira dentro de m¨ª¡±
- Lafayette: ¡°En el desierto emocional / En el silencio de la infinita b¨²squeda¡±
- Templehof: ¡°Ni siquiera el pu?al de la realidad / puede enfrentarse a la esperanza de la ma?ana¡±
- El largo ma?ana: ¡°No he dejado de correr / pero ya no quiero huir nunca m¨¢s¡±
- Me has conocido en un momento extra?o de mi vida: ¡°Cada vez que nos besamos / se besan nuestros muertos¡±
- Polvo de diamantes: ¡°El momento es ahora / El dolor es un ¨¢ngel¡±
- S¨¦ d¨®nde van los patos cuando se congela el lago: ¡°Voy a prestarte mis ojos / para que aprendas a mirarte¡±
- Selene: ¡°La vida empieza hoy / en este anochecer de plata¡±
- Esta persona no existe: ¡°Subo la monta?a sagrada cuando todo cae¡±
- El hombre de otro tiempo: ¡°He tratado de alcanzar algo real / He quemado cada puente que cruc¨¦¡±
Todos los cortes son obra de V¨ªctor Cabezuelo, salvo la letra de S¨¦ d¨®nde van los patos¡, que rubrica ?lvaro Marcos, del grupo Atenci¨®n Tsunami. El t¨ªtulo de esa pieza, por cierto, est¨¢ extra¨ªdo de El guardi¨¢n entre el centeno, la novela de J.D. Salinger.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.