Borja Momp¨®, el amor por la canci¨®n ¡°peque?a y bonita¡±
El cantante de Modelo de Respuesta Polar se emancipa en solitario con un perfil m¨¢s ensimismado
A Borja Momp¨® (Valencia, 1984) no siempre las primeras canciones de los discos son las que m¨¢s le gustan. La tradici¨®n impone abrir los vinilos por todo lo alto, emplear la mejor munici¨®n desde la casilla de partida y que los estribillos m¨¢s resultones y coreables se acumulen en la cara A. Pero ¨¦l se confiesa ¡°un devoto de esas canciones m¨¢s humildes que suelen quedar relegadas al corte octavo o noveno de los elep¨¦s¡±; piezas con m¨¢s hondura, reflexi¨®n y poso sereno que pirotecnia o artificio. Y Borja Momp¨®, su reciente debut hom¨®nimo en solitario, quiere convertirse precisamente en eso, en su declaraci¨®n de amor ¡°a la canci¨®n peque?a y bonita, la que se mima y cuida para que no parezca m¨¢s grande, sino, en todo caso, un poquito m¨¢s culta¡±.
Momp¨® lleva una d¨¦cada y cuatro discos al frente de Modelo de Respuesta Polar, una de las bandas m¨¢s idolatradas en los circuitos indies del pa¨ªs, pero siempre le intrig¨® que los periodistas especializados le preguntasen por influencias enrevesadas o ignotas a la hora de diseccionar sus canciones. ¡°Yo provengo de escuchar a Antonio Vega o a Carlos Go?i [Rev¨®lver] cuando era chaval¨ªn, S¨ª, claro que luego me introduje en la m¨²sica estadounidense, pero las pasiones de la adolescencia son las que marcan. Y durante todo 2020 no par¨¦ de ponerme a Jarabe de Palo, sobre todo los dos primeros discos, La flaca y Depende. De ah¨ª, en ¨²ltimo extremo, puede haber surgido alguna inspiraci¨®n para estas ¨²ltimas canciones¡±.
De ah¨ª y de aquellos m¨ªticos versos de Enrique Urquijo en Ojos de gata (¡°Pero c¨®mo explicar / que me siento vulgar / al bajarme de cada escenario¡±) que el Borja veintea?ero descubri¨® estremecido, como la plasmaci¨®n perfecta de un sentimiento que ¨¦l no era capaz de verbalizar. De pronto, aquel muchacho m¨¢s bien t¨ªmido y retra¨ªdo, el chico solitario que garabateaba canciones en Valencia ¡°por vocaci¨®n y desde siempre¡±, percib¨ªa que no era el ¨²nico ser humano abrumado en este planeta. ¡°Comprend¨ª que eran compatibles mi retraimiento a pie de calle con esa relaci¨®n amigable que siempre he mantenido con las tablas y el p¨²blico. Incluso he acabado descubriendo que no soy tan, tan t¨ªmido, que pod¨ªa haber un cierto ingrediente de pose¡¡±.
En el fondo, resultaba parad¨®jico que este amante de la soledad y los deportes individuales ¨Ces un surfista consumado¨C ostentara los m¨¢ximos galones en una banda de rock pero no hubiese conjugado a¨²n la primera persona del singular. ¡°Puede que me provocase algo de pudor y mucho miedo presentarme solo y con mi nombre¡±, se sincera. ¡°Por eso Borja Momp¨® termin¨® siendo un EP de cinco canciones, como el que mete el pie en el agua para probar la temperatura¡±. Quiz¨¢ deber¨ªa haber completado un elep¨¦, barrunta ahora tras comprobar que la experiencia ¡°ha tomado forma¡± y que un futuro quinto disco de Modelo de Respuesta Polar tendr¨¢ que esperar a¨²n, ¡°por miles de circunstancias¡±. Pero ¨¦l regresar¨¢ al estudio ¡°al final del verano, o incluso antes¡±, para afianzar su trayectoria en solitario. ¡°Llevaba tiempo sin escribir y lo echaba de menos incluso f¨ªsicamente. En estos momentos necesito vaciarme, ejercer al cien por cien como psic¨®logo de m¨ª mismo. Tiene un componente sanador y otro de artesan¨ªa, de oficio que llevo practicando toda la vida¡±.
Esa sanaci¨®n interior explica el tono contemplativo, incluso ensimismado, de canciones como Tratar de ser nadie, Flor de un d¨ªa o El amor rom¨¢ntico, con ecos de grandes artistas for¨¢neos como Bon Iver o David Gray. ¡°Con Modelo escrib¨ªa en primera persona sobre el t¨². Ahora las reflexiones son sobre m¨ª mismo, asumo erigirme en mi propio protagonista¡±. As¨ª han nacido versos hondos y punzantes; a veces dolientes, otras, eminentemente nihilistas. Por ejemplo, ¡°Nunca hab¨ªa sentido indiferencia en casi todo¡±, con el que quiso expresar ¡°ese anhelo por desaparecer y ser nadie, el deseo de dormir y que nada me afectara, tan presente durante este ¨²ltimo a?o y medio¡±. O ¡°T¨² lo sab¨ªas y yo lo intu¨ªa, la vida nos puede doler¡±, sobre el final de una relaci¨®n prolongada y ¡°las aristas en las relaciones humanas¡±. O este otro, ¡°Hay d¨ªas en que todos somos un poco extra?os¡±, con el que quiso autorretratarse con sus contradicciones y puntos oscuros. ¡°Siento que algunas veces puedo ser muy majo y otras, un aut¨¦ntico horror. No s¨¦ si eso me convierte en un tipo raro o, simplemente, con muchas vertientes¡±.
Incluso hay un tema, Siete a?os, que testimonia la relaci¨®n de amor discontinuo de su autor con Madrid, una ciudad en la que vivi¨® durante ese tiempo para terminar mud¨¢ndose a ?guilas (Murcia), mucho m¨¢s apartado ahora del traj¨ªn y la multitud. ¡°Se nos ha hecho largo / Ya no me divierte ser qui¨¦n soy¡±, concluye esa pieza, concebida casi como una canci¨®n de ruptura con ecos de Quique Gonz¨¢lez. Pero sin grandes traumas, permitiendo que afloren los buenos recuerdos de lo vivido juntos.
¡°Madrid tiene algo indescifrable que engancha, hasta el extremo de haber seducido a un chico de mar como yo y hacerle frecuentar los lugares m¨¢s oscuros¡±, admite. ¡°A menudo sal¨ªa sin rumbo fijo a ¨²ltima hora de la tarde y terminaba regresando a las ocho de la ma?ana tras haber pasado por tres casas distintas¡±. ?Regresar¨¢? ¡°All¨ª me he inspirado y divertido, y seguir¨¦ volviendo con frecuencia, pero ahora me encuentro en otro punto: el de escribir, leer y disfrutar de la naturaleza y los amigos de siempre¡±.
La madrile?a sala El Sol iba a acoger precisamente este s¨¢bado el estreno de este Momp¨® reinventado y en solitario, aunque un positivo por covid de ¨²ltima hora ha obligado a aplazar la cita ¡°unas pocas semanas¡±. Acabar¨¢ llegando pronto, en cualquier caso, ese momento de desgranar ese repertorio m¨¢s personal bajo el escrutinio de las miradas ajenas, lejos de ese recogimiento impune que reina en un estudio de grabaci¨®n. ?Aflorar¨¢ entonces el pudor? ¡°Un poco s¨ª¡±, suspira, ¡°porque me expongo much¨ªsimo m¨¢s que con mis canciones para Modelo de Respuesta Polar¡±. Pero en ¨²ltimo extremo, pronostica, el directo propicia la comuni¨®n entre la pista y el escenario. ¡°La gente escucha tus historias, pero tiende a asumirlas como propias. No les interesa cotillear en mi vida, sino que acaban pensando: esa canci¨®n parece hablar de mi novia¡¡±.
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